Dom 17.08.2008
rosario

SOCIEDAD › LOS PROYECTOS EN LOS QUE SE TRABAJA PARA EVITAR QUE LOS HIJOS DE LAS MUJERES DETENIDAS CREZCAN TRAS LAS REJAS O SEAN ABANDONADOS.

Madres sin libertad

El director Pablo Trapero lo contó con detalle en "Leonera", una realidad que afecta a muchas mujeres presas en Rosario y en todo el país. Rosario/12 indagó en esa dura problemática y entrevistó a Matilde Bruera Defensora Pública de la Justicia Federal. Ella integra la Comisión de Género creada hace poco por la Defensoría General de la Nación. En ese ámbito se trabaja en estrategias para darle otra salida al problema, como por ejemplo, el beneficio de la prisión domiciliaria.

› Por Alicia Simeoni

Niños presos o niños abandonados, una consecuencia inmediata del estado de prisión de las mujeres madres. Están los que crecen entre barrotes, paredones y alambres de púa, donde no entra la Convención Internacional de los Derechos del Niño o la Ley Nacional 26.061 de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes. Si no es de ese modo, quedan separados de sus grupos familiares, casi sin contacto con sus padres, y en especial con sus madres, que en las familias humildes son, a menudo, proveedoras del sustento económico y cabezas de la contención afectiva de los hijos. Para buscar remedio a la falta de acceso de las mujeres a la Justicia y al ejercicio de sus derechos, la Defensoría General de la Nación creó, en agosto del año pasado, una Comisión de Género que integran defensores de distintos puntos del país, hombres y mujeres que trabajan sobre dos ejes, el de la violencia hacia ellas y las situaciones que enfrentan cuando están en conflicto con la ley penal. La defensora pública ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2, Matilde Bruera, integra esa comisión que entre otras tareas se propone la elaboración de estrategias para que las mujeres madres, con hijos que dependan de ellas, puedan recibir el beneficio de la prisión domiciliaria. Bruera dice que los jueces son remisos a otorgar esa alternativa, pero enumera fallos a favor, surgidos de la Justicia Federal de Rosario y otros que denegaron los pedidos. Bruera señala también que como ocurre con la discriminación, que surge de la estructura sociocultural y se introduce en los más diversos ámbitos de la vida, el mundo del delito reproduce los mismos modelos de estigmatización y de dominación masculina. Por otra parte, trabajos de investigación de especialistas en género, muestran cómo las mujeres prisionizadas son casi abandonadas a su suerte, reciben muchas menos visitas que los hombres y no son tenidas en cuanta en sus necesidades biológicas ni en la atención específica de la salud. Bruera concedió esta nota a Rosario/12 cuando se estrenó el filme "Leonera", en los cines rosarinos. Historias de vida en el testimonio de la defensora Bruera y en la película del director Pablo Trapero que coinciden en la dureza extrema de la vida en la prisión y en la que no debieran estar los niños.

Desde su lugar de trabajo en la Defensoría Nº 2, Bruera integra la Comisión Nacional sobre Temáticas de Género integrada por defensores, hombres y mujeres, de distintos puntos del país y de los fueros civil y penal, con la finalidad de buscar remedio para las prácticas de discriminación de las mujeres en el ámbito de la Justicia. La Defensoría General de la Nación creó esa instancia en agosto de 2007. También el año pasado hubo un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que corrobora los obstáculos que sufren las mujeres para acceder a la Justicia, un ámbito que, explica Bruera, reproduce los patrones que tienen origen en formaciones socioeducativas, en el rol que se le atribuye a la mujer y todos los condicionamientos que existen para el ejercicio de sus derechos. De allí que esta comisión nacional se constituyó para trabajar sobre dos ejes fundamentales, el de la violencia de género y el que tiene que ver con las mujeres en conflicto con la ley penal.

Julia Zárate, la protagonista de Leonera, es una joven estudiante universitaria, hija de una madre abandónica y que arrastró su desprotección hasta permitir el abuso de dos hombres que se entraron a su vida, su novio y el amante de éste.

"La comisión tiene un rol activo, no sólo atiende las cuestiones que le llegan sino que desarrolla estrategias para corregir todo lo que tiene que ver con las dificultades de las mujeres para acceder a la Justicia". El área de trabajo creada por la Defensoría General trabaja en coordinación con la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

-¿En qué consiste el trabajo de elaboración de estrategias?, preguntó este diario.

-En diseñar las formas en que los defensores abordaremos el problema de la prisionización de mujeres, que no puede ser tomado de la misma manera que en las situaciones que atraviesan los hombres. Elaboramos cuestiones acerca de qué se propicia, qué se decide hacer en cada caso y cómo llevar adelante los planteos. La elaboración de estrategias se basa también en trabajos de investigación, particularmente uno sobre las mujeres en conflicto con la ley penal, que se realiza con la Comisión de Cárceles de la Defensoría General de la Nación y con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Uno de los temas sensibles que se trabajó en los últimos tiempos, y en los que se han producido desarrollos doctrinarios y jurisprudenciales, es en el caso de las mujeres presas con niños pequeños, que es uno de los problemas que detectamos en la prisionización de mujeres. Los defensores investigamos para tener números generales, pero de manera permanente nos llegan los casos. Lo que se hace con las investigaciones es tener un panorama más real sobre la problemática, pero en la defensoría a mi cargo tengo una cantidad de causas de mujeres que han ido a prisión y tienen chicos chiquitos a su cargo. Cuando una persona cae presa hay un gran impacto en su grupo familiar, sea cual sea. Un hombre suele dejar sin sustento económico a la familia, la mujer presa también deja sin sustento porque en las familias humildes, ella en general, suele ser cabeza de familia. Pero además la situación se agrava, y esto es lo diferente con la prisionización del hombre, ya que además de ser cabeza de familia y sustento económico, tiene a su cargo a los chicos. ¿Qué genera la condición de presa de una mujer?. Niños abandonados o niños presos que es uno de los temas que aborda la película "Leonera". El primer planteo es que se viola el principio de intrascendencia de la pena consagrado en los instrumentos internacionales de derechos humanos. La condena que un tribunal le aplica a una persona no puede afectar a otras de su grupo familiar ni a terceros. En realidad casi siempre trasciende a terceros por el golpe que significa la prisionización de un padre, de un hijo, de cualquier miembro de la familia, pero cuando se trata de la mujer, la pena impacta y trasciende directamente a los niños.. Por eso es que quedan abandonados o presos. Muchos niños y niñas corren en el pabellón. Juegan, van al jardín, se enferman, festejan cumpleaños. Abren y cierran las puertas de las celdas, una y otra vez. Son los entretenimientos a los que tienen acceso. En algún horario las celadoras los sacan a un espacio con toboganes y hamacas. Está rodeado de altas paredes que terminan en alambres de púa y en las más sofisticadas con hojas de acero puestas en doble faz. Un espacio sin libertad.¿Eso es una plaza?

-Pero además del principio de intrascendencia de la pena, ¿qué pasa con los derechos de los niños?

-También se violan, y se viola además el principio de culpabilidad por el que nadie puede ir preso si no hay un juez que lo declare culpable. En el caso de los niños, van presos porque su mamá va presa.

Lo que estamos pidiendo en estas situaciones es la prisión domiciliaria de las mujeres. Cuando un juez decide privar de libertad a una mujer, ya sea durante el proceso o después de una condena, nosotros solicitamos que en protección del interés superior del niño, y por las razones que antes mencionaba, la mujer cumpla esta privación de libertad en su casa, para poder hacerse cargo de los chicos.

La Defensoría General de la Nación tiene una publicación que lleva como título "Limitaciones al encarcelamiento" y allí se habla de las situaciones de las mujeres embarazadas o con hijos menores de edad y entre los fallos están los que corresponden a la Justicia Federal de Rosario durante el 2007. Los dos tribunales orales, el Nº 1 y el Nº 2, tienen fallos a favor de la prisión domiciliaria y otros que niegan el recurso. Matilde Bruera dice que "si bien los jueces son bastante remisos a otorgar el beneficio, registran algunos fallos favorables tanto en materia de prisión preventiva como de condena".

"Hay un caso que resolvió el Tribunal Oral Nº 1 en el que se hizo eco de dos situaciones, la mujer involucrada tenía niños chiquitos, pero a la vez un bebé. Estaba imputada por tráfico de estupefacientes junto con su marido. Cuando el Tribunal resolvió la prisión preventiva de ella, hicimos el pedido que esa prisión se cumpliera en el domicilio y así lo resolvieron los jueces y a la vez, cuando salió la condena, también se dispuso que la cumpliera en su hogar", explicó Bruera y describió que el Tribunal chequea todos los datos que le aportan los defensores y resolvió que a partir de la Convención de los Derechos del Niño, incorporada en el año 1994 a la Constitución Nacional, y de la ley 26.061 de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, era lo que correspondía hacer.

Hay otro fallo similar del Tribunal Oral Federal Nº 2, también de 2007. Se trató del caso de una chica que tiene 7 hijos menores -se habla de aquellas personas a las que la ley considera menores de edad y que dependan de la madre. En la causa que menciona la defensora federal Nº 2 los hijos son de variadas edades hasta llegar a los que son muy pequeños. Estos últimos eran muy dependientes de la madre y los otros manifestaron problemas de conducta y emocionales, a partir de la prisionización de la mujer. Estos dos, fueron fallos favorables.

Bruera narra luego otra causa que le "preocupa mucho". Respecto de esa causa el Tribunal Nº 2 no hizo lugar al pedido de prisión domiciliaria de una madre con dos niños, de 3 y 6 años, cuando fueron detenidos sus padres. Este expediente ya está en discusión en la Cámara de Casación. "Consideramos que esos chicos están en estado de abandono porque si bien fueron acogidos por familiares tuvieron una experiencia nefasta. De esto dio cuenta la directora de la escuela a la que concurrían y que afortunadamente lo advirtió. Estaban pasando hambre y otras situaciones de maltrato. Esa directora hizo el planteo ante la Dirección Provincial del Menor que tomó intervención y así fueron con otros familiares. Pero si bien están mejores, viven separados. Nadie se podía hacer cargo de los dos niños. Los jueces nos están negando la detención domiciliaria porque dicen que la familia se hizo cargo de los chicos.. Desde la Defensoría lo discutimos, porque consideramos que hay que analizar toda la historia que pasaron. Están alejados de la madre, con quien vivían, y del padre, hay una desintegración familiar y si bien legalmente no están abandonados, en la práctica es lo que sienten. Uno de los chicos está mostrando problemas de conducta.. Uno de los aspectos que hemos cuestionado y por el que fuimos a Casación, es que se han violado los derechos del niño porque no se los escuchó. Se hizo todo el proceso de denegación de la prisión domiciliaria de la madre sin escucharlos y las demoras de la Justicia hacen que sigan en la situación descripta". El recurso de queja ante Casación ya fue admitido, un dato que hace reflexionar a la defensora federal acerca de que "por lo menos esa admisión contiene la consideración que al menos el fallo del Tribunal Oral es discutible.

-¿Tienen contacto con la madre?

-Esta es otra situación difícil. Ven muy poco a la mamá porque como en Rosario no hay presos federales, ella está en Ezeiza y como se trata de una familia de escasísimos recursos económicos casi no los pueden llevar.

Al nene más pequeño le hacía mal ir a la cárcel. Ella tuvo dos 'acercamientos familiares', es decir la trajeron a Rosario para que la familia pueda verla, pero en el primero de ellos el varón no la pudo ver, le hacía mal ir a la prisión.

-¿Cuáles son los delitos en que mayormente participan las mujeres?

-La característica es que participan en los delitos que no son tan violentos. Para mayor claridad vale decir que el paradigma de la mujer en la actividad delictiva es el mismo que se desarrolla en la sociedad en general. Así como tiene participación laboral en determinadas tareas, en los conflictos penales también tiene asignada una intervención específica. Hay una división del trabajo que es sociocultural, en los trabajos admitidos por la ley y en aquellos que no lo son. El de la venta de estupefacientes es uno de los rubros en el que participan. Pero hay que decir que las actividades que se penalizan son, en general, pequeñas. El estado argentino en realidad no está persiguiendo al narcotráfico, sino que está criminalizando pequeñas actividades, las más intrascendentes y las que suelen comprometer al grupo familiar, a quienes venden drogas en su casa y en barrios humildes. Nosotros sostenemos en los juicios, que el Estado argentino está incumpliendo con sus obligaciones internacionales de perseguir al narcotráfico, porque sólo se criminalizan pequeñas situaciones, que en realidad son intrascendentes para lo que puede llegar a ser el narcotráfico en serio. Se trata de quienes consumen drogas o de pequeños minoristas que con la venta sustentan su propia economía familiar o su propia adicción. Decimos que esta es una criminalización secundaria, se trata de lo que elige la policía y los Tribunales o fiscales.

-Hay mujeres que tienen a sus hijos con ellas...

-Si como en el caso que narré del Tribunal Oral Nº 1. En el primer tiempo esta mujer tenía a su bebé consigo hasta que se resolvió la prisión domiciliaria. En la cárcel de Mujeres de Rosario hay un pabellón de mujeres madres donde están las que tienen los niños pequeños. Hace muchos años escribí una nota, ante otra que había aparecido hecha con muy buena voluntad y que alababa la limpieza y las buenas condiciones del lugar.. Yo fui muy crítica por lo que significan los niños presos, aunque tengan pabellones pintados de rosa y de celeste con cunitas decoradas, son chicos que crecen privados de libertad. Los chicos deben poder entrar, salir, estar con compañeros, crecer en libertad, estar con sus hermanos. Por otra parte la prisión significa riesgos para la salud. Muchas veces los pediatras aconsejan a las madres no llevar a los chicos a los jardines maternales porque se amontonan y se empiezan a contagiar las enfermedades infantiles. Imagínense lo que implica para la salud de un niño crecer en un medio carcelario. También lo que significa la privación de libertad en su salud psíquica, en sus manifestaciones emocionales. Otro caso que reclamamos ante Casación fue el pedido de prisión domiciliaria negado a una madre con un hijo de 15 años. Para la visión de los jueces no era pequeño y esa fue la razón de la denegación del beneficio para su madre. Pero ocurrió que el adolescente, y a raíz del encierro de su madre, quedó en situación de calle. Quedó solo y cuando ella estuvo presa abandonó la vivienda y ahora está en la calle. Este caso también fue admitido por la Cámara de Casación, lo que implica que la situación debe ser revisada.

-Este desarrollo de casos es con la mirada puesta en los niños pero ¿cómo es la situación de la mujer en el proceso penal?

-Siempre más compleja que la del hombre por su condición de género. He tenido situaciones donde otros imputados en el mismo proceso la presionan. Hay estudios de especialistas en género que muestran que hacia ellas la victimización es mayor. Además las mujeres tenemos particularidades fisiológicas que los hombres no tienen. Las cárceles están hechas iguales para todos, pero para asegurar la igualdad hay que establecer desigualdades en positivo. Sin embargo no tienen aseguradas las condiciones de higiene y la atención médica necesaria, no se les reconocen las visitas íntimas de la misma forma que a los varones. Por las mismas particularidades socioculturales no reciben las mismas visitas que los hombres y, es más, en un período de tiempo son abandonadas. Se han hechos estudios de las filas de familiares esperando para entrar a ver a hombres y a mujeres que están presos. Ellas casi no tienen quienes las vayan a ver. Como son sostenes culturales de los hogares sucede eso. En cambio, ellas sí sostienen al hombre preso el tiempo necesario y si no lo sostiene la pareja, lo hace la madre, la hermana. En general las mujeres no son abandónicas de los hombres presos.

Por otra parte hay que pensar en que las visitas no son sólo acompañamiento y contención, sino provisión de necesidades, de ropa, de medicamentos. A la mujer se la visualiza como sostén de los otros, no como alguien para ser sostenido. Esto también requiere elaborar estrategias específicas. Hay que asegurarle otras condiciones porque la familia no se las dará. Las cárceles tienen que tener y no tienen atención adecuada de la salud.

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