SOCIEDAD › DEBATES. CUATRO MIEMBROS DE CARTA ABIERTA ROSARIO ANALIZAN CóMO SIGUE EL ESPACIO QUE LOS NUCLEó PARA POSICIONARSE EN EL CONFLICTO CON EL CAMPO.
En medio del duro conflicto gobierno-campo, intelectuales de todo el país decidieron tomar un rol protagónico ante lo que juzgaron "una amenaza destituyente contra un gobierno popular". Pasados los momentos más duros del enfrentamiento, ahora analizan cómo seguir con un espacio que pretende dar su principal batalla en el marco de una "lealtad crítica" hacia el gobierno; pero también desarticulando las "trampas de sentido de la derecha".
› Por Leo Ricciardino
Surgido al calor de los tractorazos y de los discursos altisonantes que se mezclaban con el paradigma de "el hombre de trabajo", "el interior postergado", los piquetes con "razones" y los cortes "irracionales"; la "soberbia de esa mujer" y la "iracundia de ese hombre"; el espacio que abrieron los intelectuales de Carta Abierta para dar -como ellos mismos lo dicen- "la batalla por el sentido", pretende pervivir tras el conflicto con el campo que instaló renovados debates en la sociedad argentina. La trinchera intelectual surgió en Buenos Aires, en esas fervorosas asambleas en la Biblioteca Nacional que rápidamente se replicaron en Rosario, Santa Fe, La Plata y Córdoba, por nombrar a los principales lugares. En esta ciudad los miembros de Carta Abierta están convencidos de estar en el ojo de la tormenta productiva que disparó discursos que aglutinaron a amplísimos sectores medios urbanos. Y que es, precisamente, aquí donde se encuentra uno de los núcleos duros de esos relatos que van encontrando salida hacia la derecha, hacia el cuestionamiento de la intervención del Estado, aún cuando éste beneficie a esos mismos sectores medios urbanos. Por eso no se descarta un encuentro nacional en Rosario, próximamente.
Pero por sobre todas las cosas, lo que esta "batalla" permitió fue resignificar el rol del intelectual en la sociedad. Un papel que fue protagónico y orgánico en las fuerzas políticas con la recuperación de la democracia y que, poco a poco, desde fines de los `80 y principalmente en los '90, pasó a un claro ostracismo. Por eso Rosario/12 reunió a cuatro miembros de Carta Abierta de Rosario, para discutir de estas transformaciones, de esta pelea por el sentido y por un proyecto de país. También para debatir acerca de la necesidad de expandir este espacio más allá del mezquino achatamiento contra el kirchnerismo al que quieren confirnarlo desde la oposición.
Juan José Giani es Licenciado en Filosofía y uno de los impulsores locales de C.A. Para él está claro que a partir de un episodio como el conflicto desatado por las retenciones móviles, "el panorama político argentino se re-politizó intensamente. Si bien hubo una posición puntual que nosotros tomamos a favor de las retenciones móviles como mecanismo de redistribución del ingreso; más allá de esa discusión evidentemente hubo un conjunto de sectores políticos, económicos y también intelectuales, que se encolumnaron para antagonizar respecto de la posición global del gobierno. Lo que nosotros hicimos fue hacernos cargo de esa politización global de la gestión kirchnerista y desde el lugar de la cultura, los intelectuales, ocupar el lugar de la trinchera que nos correspondía. Nos parecía, y nos parece, que más allá del debate puntual con el campo, estaba en juego un modelo de país".
Por su parte, para Marta Bertolino que es psicóloga y Analista Institucional, es mismo conflicto, "se da en el marco de un proceso histórico que arranca en el 2003 -que a su vez viene de la profundísima crisis de 2001- en el que se viene privilegiando la política. Se vuelve a poner sobre la mesa la política ligada a la historización de los procesos en nuestro país, cosa que estaba borrada, de la que se renegaba. Entonces, se vuelven a articular y vincular las cosas que suceden con las que habían sucedido antes y en este contexto, por ejemplo, todo el capítulo de impulso a los juicios contra el terrorismo de Estado viene a formar parte de este proceso de entender el presente por lo que ha sido la historia política de nuestro país". Para Bertolino, en ese marco, ni bien iniciado el gobierno de Cristina Fernández "nosotros nos encontramos con que los sectores que han sido derrotados en las urnas, quieren avanzar en un proceso de desestabilización política. Ahí se empieza a poner en evidencia que hay un conflicto muy profundo que en la historia de nuestro país se resolvió siempre por la vía violenta -vía golpes- y donde nosotros empezamos a captar que ahí subyacía una continuidad aunque con otras formas y una diversidad de expresiones".
Otra integrante de C.A. Rosario, la docente universitaria Marisa Germaine, apuntó que "hay que prestar atención a que en el regreso a la democracia, sectores como los que hoy se nuclean en Carta Abierta participaban dentro de los partidos políticos. Por eso hoy espacios como el nuestro se conforman porque hay otras instancias que tienen dificultades para incorporar a sectores intelectuales y de la cultura. Y no sólo son los partidos tradiciones, también hay nuevas fuerzas que tienen muchos problemas a la hora de generar lugares lo suficientemente plurales y de debate como para hacerlo".
Para Germaine quienes se nuclean en Carta Abierta "tenemos ideas, experiencias y procedencias políticas muy diversas; y eso en buena medida tiene que ver con cuáles han sido los ejes de la política gubernamental desde la asunción de Néstor Kirchner hasta el presente que han concitado la adhesión de estos sectores que nos estamos nucleando. La política en Derechos Humanos ha sido uno de esos ejes, pero también la política internacional en la decisión que se relaciona con consolidar un espacio dentro del MERCOSUR y también dentro de una política de privilegiar la región mucho más abarcativa. Y, por supuesto, los esfuerzos de una política para por lo menos tender a una redistribución de la riqueza y cierta recomposición de la participación de los trabajadores en el producto bruto nacional. Pero también nos núcleo el hecho de que en tan corto tiempo se haya conformado un sector de derecha que participa tan activamente en la vida política jaqueando a un gobierno recién electo es lo que motivó este intento de participación bastante extendido".
Horacio Baster es especialista en Gestión Pública y también tiene su visión de este proceso de C.A. Para él la falta de participación de los sectores intelectuales "viene de una herencia de los '90 con un descreimiento total, que tuvo después un período muy intenso que tuvo su quiebre en 2001. Por eso está bien abarcar este período desde ahí, este fue un momento cúlmine en el cual los distintos sectores nos encontramos en la necesidad de expresar en conjunto cuestiones estratégicas sobre el modelo de país. Y también algunas falencias del gobierno por más que nos sintamos expresados en muchas políticas puntuales. Por eso reclamamos mayor participación para ciertos sectores que coinciden estratégicamente en un mismo modelo y que no pudieron expresarse en su totalidad".
-Ahora, ¿ustedes vieron que el gobierno se sintió débil en algún momento y comenzó entonces a juntar apoyos de todos lados y dijo "bueno, busquemos ahora a los intelectuales también"?
(Giani)- No, todos tuvimos la sensación inmediata de que hacía falta ayudar. Por una parte estaba toda la trama muy fuerte de los medios de comunicación, de las fuentes ideológicas de la reacción que intentaron hacer ver que los apoyos del gobierno tenían que ver con la captación o con el beneficio material. A nosotros nadie salió a coptarnos ni a ofrecernos nada, sino que nuestro apoyo tenía que ver lisa y llanamente con las convicciones, con una conciencia crítica que había que aglutinar para defender el gobierno. Pero también para marcar déficits porque nosotros somos concientes de que este no es un grupo de "aguante". Lo que hace Carta Abierta es abrir un espacio desde donde marcar con autonomía e independencia las críticas que hacen falta, lógicamente, en la convicción de que estamos en medio de una batalla por el sentido social. Porque la intensidad del debate intelectual tiene que ver con que de alguna manera el kirchnerismo repuso una idea de épica en la historia. Hay un sentido del pasado, hay una lucha, hay un conflicto, un antagonismo decisivo en el presente que vivimos, y ahí es donde los intelectuales recuperamos un rol más vinculado a la tarea genuina de un intelectual que es la interpretación de momentos decisivos de la historia y no necesariamente con la participación técnica en un espacio determinado.
Sobre los apoyos al gobierno y el nucleamiento en Carta Abierta, Marta Bertolino señaló que muchos de los intelectuales que se reunieron en este espacio "más bien hemos vivido situaciones conflictiva en relación a no sentirnos contenidos en estructuras políticas y en muchos casos vivir diversos grados de ostracismos. En esta provincia particularmente. Yo vengo de la militancia peronista de larga data y te puedo asegurar que es muy difícil encontrar espacios. Con toda la experiencia del reutemismo tan criticado desde quienes después tomaron el gobierno en esta última gestión; lo primero que nos encontramos a poco de comenzar el conflicto es con el abrazo de Reutemann con Binner en torno al conflicto con el campo. Esto nos ilumina un aspecto de lo que está pasando: Está quedando mucho más al desnudo un conflicto muy profundo entre la posibilidad de armar un proyecto de país con un modelo fuertemente redistributivo o un país cada vez más hacia la derecha. Y este no es un conflicto de la Argentina, sino que abarca a toda Latinoamérica, sino basta ver lo que pasa en Bolivia, en Venezuela".
-¿Esto resignifica también a las propias ciencias sociales a partir de la práctica cotidiana, de los contenidos?
(Germaine) -Es que es un desafío para quienes vienen del campo académico o de la cultura, porque nosotros podemos producir algo que pueda aportar al proyecto nacional y más allá de pensar sobre si el gobierno será más o menos receptivo de nuestras propuestas; para nosotros el problema está en ver si podemos pensar, discutir y proyectar determinado modelo de país de un modo bastante más orgánico. Sobre todo ahora que la pertenencia de estos sectores no se inscriben en las estructuras de los partidos políticos; por eso el desafío es ver si en espacios como Carta Abierta podemos generar alguna perspectiva que pueda ser tomada, sostenida y llevada adelante en el sentido de un proyecto que efectivamente antagonice con una derecha que está absolutamente bien perfilada con intelectuales orgánicos trabajando desde hace mucho tiempo, que producen y tienen muy claro hacia adonde van.
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