SOCIEDAD
La Organización Internacional del Trabajo
estima que el "mobbing" afecta a alrededor
del 9 por ciento de trabajadores del mundo.
› Por Sonia Tessa
Es un fenómeno con historia. La humillación y persecución sistemática de una persona en su ámbito laboral no es nuevo, aunque recién ahora los fallos judiciales que indemnizan a víctimas de mobbing -acoso moral en el trabajo- asoman como una jurisprudencia. Al mismo tiempo, la difusión de este problema también permite a muchas personas comprender la situación que viven -ya que muchas veces la víctima no puede advertir con claridad lo que está sufriendo- y ver más salidas que aguantar o renunciar a un empleo en silencio. ¿En qué consiste? En un proceso de persecución sistemática que incluye malos tratos, cambio de horarios o asignación de tareas por debajo de la capacidad laboral, difamación, a veces con el fin de que la persona renuncie a su trabajo. Por su evolución, el abogado español Cristóbal Molina Navarrete la definió como "la lluvia fina, es esa situación en la que bueno, llueve, llueve pero tú no te das cuenta, es tan leve, que tú sabes que algo va mal, que algo te incomoda, pero no sabes exactamente qué, pero cuando te quieres dar cuenta estás empapado, y estás tan mal que es difícil actuar".
El catedrático estuvo esta semana en Rosario, invitado por la Asociación de Empleados de Comercio, a instancias de su abogada Susana Treviño. "El acoso moral efectivamente es una situación relativamente moderna pero que tiene mucha historia detrás. Y una de las grandes dificultades es que se produce inicialmente de una manera tan larvada, de una manera tan sutil, que cuando el trabajador se da cuenta ya tiene una afección de salud laboral importante", expresó.
Para Molina Navarrete, el tratamiento del mobbing tiene que lograr que las víctimas puedan considerar que tienen chances de pelear la situación al interior de la empresa, con expectativa de interrumpir el proceso y ganar en bienestar dentro de su empleo. Claro que para eso falta un trecho largo. "Si tú a mí me estás fastidiando, me estás haciendo la vida imposible tengo dos reacciones: o te resisto o me voy. O me defiendo o huyo, es una reacción vital. Claro, si tú tienes más poder que yo, hacerte frente sé que al final terminaré cediendo", es el razonamiento de este abogado que forma parte de la comisión creada en España para elaborar una ley específica sobre acoso moral en el trabajo. "La mayor parte de los procedimientos que llegan a los Tribunales son de despido indirecto. Las personas ya no pueden más, y entonces se van y dicen por lo menos dame una indemnización. Hasta hace poco la gente se iba en silencio, ahora que conocen el problema lo presentan, y se van pidiendo la indemnización. El nuevo paso sería que las personas le hicieran frente con visos de ganar, no con la idea de sufrir", subrayó.
La Organización Internacional del Trabajo y la Unión Europea estiman que el mobbing afecta a alrededor del 9 por ciento de los trabajadores de todo el mundo, es decir, a 13 millones de personas. Pero en función de apuntar a la prevención, los especialistas destacan su magnitud en términos de pérdida de productividad y perjuicios económicos que ocasiona a las organizaciones. "Los últimos estudios que la UE ha llevado a cabo en esta materia no fueron sobre la epidemiología del acoso, las enfermedades que genera, sino entre los costes. Y ha cifrado que puede estar entre un mínimo de 60 mil euros y un máximo de 120 mil. Que eso para ustedes sería casi 400 mil pesos. Pero ya no es sólo el coste directo, el coste económico, sino la pérdida de productividad, y eso en una sociedad globalizada se mide mucho. Se cifra en torno al 1,5 -2 por ciento, en función también del tamaño de las empresas", graficó Molina Navarrete, quien señaló: "¿Ha de prevenirse el acoso moral por los daños económicos? No, ha de prevenirse porque es un problema muy grave para las personas, pero es un mensaje también a los propios empresarios. Oiga, que usted también sufre este tema. Hay que tomar medidas, pero es más económico prevenir que no hacer nada".
Se trata básicamente de crear instancias para atender el problema antes de que sea irreversible. "Se deben crear los canales dentro de la empresa y fuera para que la persona, a la primera señal de alarma o de alerta, pueda plantearlo", explicó el catedrático.
"El acoso moral es un problema de tal magnitud que necesita un tratamiento integral en tres niveles. Uno es la prevención, otro cuando no se ha podido prevenir, reparar y corregir ese daño, y el tercero cuando ya el daño se ha producido, sancionarlo", indicó Molina Navarrete. "Todo el mundo acepta, pero esto no hay que ser doctor en derecho para verlo, de pequeñito a mí me decían siempre que es mejor prevenir que curar. Es más barato, lo único que ocurre es que como el coste no lo paga quien genera el daño, entonces difícilmente podemos prevenir", señaló.
Es que hoy, los daños que provoca el acoso moral en el trabajo no lo pagan las empresas donde se produce, sino mayoritariamente la sociedad. "La tendencia mayoritaria en los países en los que se ha afrontado una legislación específica, como Suecia, Bélgica y Francia, es canalizarlo en la normativa de salud laboral. Se acepta que el marco adecuado sean las leyes de riesgo del trabajo", señaló. Y se establecen dos mecanismos básicos: procedimientos de solución de conflicto dentro de la organización del trabajo. "Es decir que cuando una persona perciba que está sufriendo una situación inadecuada, incómoda, la llame o no acoso moral, pueda plantearlo en la empresa de manera directa, inmediata, rápida y confidencial. Es una vía fundamental que las personas puedan ser atendidas, que se las escuche, y para eso hay que crear un procedimiento", abundó. Pero es tan importante como que existan esas instancias que estén a cargo de especialistas. "Quiero plantear mis denuncias ante personas que saben de qué les voy a hablar. Para eso se ha creado, por ejemplo en Bélgica, consejeros de prevención de riesgos psicosociales. Ellos son los encargados de adoptar las medidas necesarias, una vez investigada la situación", explicó.
En este marco, es importante que las empresas establezcan claramente un código de conducta. "Todo el mundo debe saber que no se tolera ese tipo de comportamientos. Es importante que las reglas estén claras. Todo el mundo tiene que saber que situaciones de acoso moral, o el acoso sexual, o la violencia física, o la violencia psíquica no se toleran, y si se hace -pues, claro, en cualquier empresa puede pasar- va a obtener el castigo establecido", afirmó el especialista.
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