SOCIEDAD › CUATRO POLITóLOGOS ANALIZAN LA COYUNTURA DE LOS DIFERENTES PAíSES LATINOAMERICANOS
Convocados por el Congreso de la Democracia que se realizó en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNR, Marcelo Cavarozzi, Margarita López Maya, Leonardo Avritzer y Carlos Huneeus relevaron los desafíos que enfrenta la región en este siglo.
› Por Claudio Socolsky
En el marco del X Congreso Nacional de la Democracia y III Congreso Internacional de la Democracia, realizado esta semana en la facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), y que contó con la participación de 700 expositores, Rosario/12 tuvo la oportunidad de dialogar con los politólogos Marcelo Cavarozzi (Argentina), Margarita López Maya (Venezuela), Leonardo Avritzer (Brasil) y Carlos Huneeus (Chile) sobre el panorama actual y los nuevos desafíos de la democracia en la región. Los especialistas abordaron sus análisis a partir de las características de cada uno de los países desde donde desarrollan su actividad. En líneas generales, y aunque lógicamente con matices, los politólogos coincidieron en destacar los avances y consolidaciones de la institucionalidad democrática en América Latina, además de reconocer la importancia del Congreso realizado en la ciudad para continuar profundizando el debate sobre la problemática.
Margarita López Maya: "El socialismo del Siglo XXI"
Para la profesora investigadora del Centro de Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela, hubo un avance en las instituciones democráticas a todo lo largo de la región, y en muchos casos ya de muchos años, en lo que pareciera un proceso de consolidación, al menos de la valorización de las instituciones democráticas. Pero cada país tiene sus propios ensayos, y en el caso de Venezuela la situación es bastante difícil porque, explicó, allí se han ensayado a lo largo de los años de gobierno del presidente Hugo Chávez dos versiones distintas de institucionalidad democrática.
"En el primer período de su gobierno se ensayó y aprobó una nueva Constitución tratando de mejorar la democracia representativa venezolana, cambiándola por una democracia participativa y protagónica. Y apuntando a la búsqueda de una profundización democrática de un país que no había pasado en las últimas décadas por dictaduras militares, si no que había vivido un declive de su institucionalidad democrática con una gran cantidad de disfuncionalidades", precisó López Maya.
Sin embargo, la politóloga venezolana consideró que esa democracia participativa no tuvo mucha vida porque fue confrontada por actores políticos y factores de poder. "Esa confrontación resultó en un reforzamiento del liderazgo del presidente Chávez, y en un cambio en la coalición de fuerzas en donde comenzaron a predominar elementos de tipo militar y autoritarios", planteó la politóloga.
"En el segundo gobierno vemos otra versión democrática, que es la versión del socialismo del siglo XXI, que se pretende como radicalización de la democracia participativa pero que en efecto ha terminado siendo un modelo, donde al menos algunas de las instituciones que los venezolanos se habían dado en los últimos 50 años, están en peligro de desaparecer", indicó López Maya.
El de Venezuela, según la politóloga, es un ejemplo que algunos han intentado emular en América Latina, pero ninguno ha llegado a los extremos porque su país tiene otras particularidades. López Maya destaca que se trata de "un Estado muy rico con muchos recursos, en donde la clase que llega a acceder a ese Petroestado tiene carta blanca para desarrollar sus aspiraciones y proyectos políticos, y eso no es común en América Latina".
Para López Maya el futuro representa una encrucijada bastante importante ya que el 6 de octubre se realizarán las elecciones presidenciales y, anticipó, parece ser que la carrera será dura y pareja. "En realidad, no solamente está en juego la reelección del presidente Chávez, si no que se ha vuelto a poner sobre la mesa la propuesta socialista, que de ganar el presidente, tendría la legitimidad para consolidarse y seguir avanzando. Aunque creo que, aún ganando, su legitimidad continuará teniendo problemas por que Venezuela es una sociedad sumamente polarizada".
Leonardo Avritzer: "Avances en Brasil"
El politólogo brasilero, magister en Ciencia Política de la Universidade Federal de Minas Gerais, y especialista en democracia participativa y presupuesto participativo, manifestó que hay varios casos diferentes de democracia en América Latina, aunque planteó que el momento es bueno para la región, tal vez de los más importantes de los últimos 50 años. Según Avritzer, Brasil dio grandes pasos adelante en términos de democracia después de 1985, no solamente reconstituyendo el sistema político, sino creando un nuevo balance entre participación y representación.
"Brasil ha tenido durante su modernización, que ha sido toda hecha a través del Poder Ejecutivo, un Congreso nacional muy débil, y un Poder Judicial absolutamente ausente. Ahora no, los propios artículos sobre el Poder Judicial colocan el nuevo rol de la Suprema Corte, que ha sido un instrumento de democratización importante. También fue muy importante la creación del Ministerio Público que defiende derechos difusos, que es responsable por la legalización de las tierras indígenas, por los problemas del medio ambiente y los derechos del consumidor. Cuando miramos todo esto junto, creo que Brasil ha avanzado en su institucionalidad democrática", planteó Avritzer.
El politólogo consideró además que el Estado tiene que ser pensado a partir de un conjunto de matrices. De todos modos, cree que "más allá del Estado tenemos diferentes tipos de crisis de representación en América Latina, en el que seguramente tenemos que distinguir entre los países o los casos en los cuales el sistema de partidos, el sistema electoral, el Congreso, todo se ha destruido: Venezuela, Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador, y otros donde sigue habiendo una cierta institucionalidad política".
Avritzer señaló que Brasil es un caso en el cual efectivamente hay dos grandes coaliciones que permiten una gran competencia política, como tal vez no haya habido en el pasado. "Existen grandes acuerdos que son un cierto equilibrio entre estabilidad económica y políticas sociales. Eso establece un equilibrio y es el modelo que empieza a haber en Brasil, pero es un modelo en el también hay fuertes problemas de legitimidad del Congreso nacional".
El investigador precisó que el ex presidente Lula, "que tuvo problemas muy serios en el Congreso durante su primer mandato, en el segundo ha hecho Conferencias Nacionales, de las cuales han participado más de seis millones de personas. Esto permitió hacer una agenda entre la sociedad civil y el gobierno. El siete por ciento de todos los proyectos de ley que están en el Congreso brasilero han tenido su origen en Conferencias Nacionales".
Marcelo Cavarozzi: "Pasado escasamente democrático"
El director de la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) planteó como eje de análisis en su intervención el tema del Estado y los legados, y cómo influyen estas dos cuestiones en la relación entre los Estados y la sociedad, y el Estado y la economía. "En nuestras democracias mucho tiene que ver cómo se construye y destruye Estado todo el tiempo, y cómo pesan los legados del pasado", aseguró.
Según Cavarozzi, hay que hacer una división "bastante tajante en América Latina, entre cinco o seis casos, en los cuales hay efectivamente un Estado en el cual se puede apoyar una política, democrática o no, con el extremo raro pero que cae en ese colectivo que es Venezuela, en donde efectivamente uno ve un Estado que ha servido para fundar proyectos políticos, democráticos, autoritarios o híbridos, mientras que en los países andinos, con la excepción de Colombia, hay una limitación importantísima que es la extraordinaria debilidad de sus respectivos Estados".
Para completar el panorama actual en América Latina, el politólogo se refirió especialmente al caso de México que "llega a la democracia partidaria en el año 2000, supuestamente, pero resulta que ese proceso coincide con una destrucción de Estado violenta y fenomenal, el caso más dramático en América Latina".
El otro punto a tener es el legado que recibieron esos Estados bajo regímenes autoritarios. "En los casos de Argentina, Chile y Brasil tenemos un pasado escasamente democrático. Incluyo a Chile porque se lo toma generalmente como un ejemplo de una democracia funcionante desde la década del 30, y creo que eso no fue así", apuntó Cavarozzi, para quien sí existió una "democracia ateniense" en América Latina, esa se desarolló en Montevideo.
"En esa ciudad modernizada tempranamente se instala a mi juicio la única democracia de América Latina plena del siglo XX; los otros son híbridos", agregó. El politólogo indicó que en ese contexto aparecen fenómenos más perdurables. "En el caso argentino, uno de los que más perduraron fue el peronismo, que como todo fenómeno político se adapta a las nuevas circunstancias", argumentó.
Carlos Huneeus: "Democracia semisoberana"
Carlos Huneeus es profesor asociado del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile. "Chile aparece como el caso más exitoso. Se habla del modelo chileno por la transición y por el resultado económico, pero tiene problemas bastante serios que hablan, en primer lugar, de una democracia mediocre en función de los antecedentes que tenía --consideró--. La expansión tardía del sufragio, junto con una sociedad que no se había modernizado, superpone y genera una presión política que desborda al sistema. Lo que sí tuvo Chile, que así como fue una democracia de participación limitada, tuvo un Estado más fuerte. Este es un sistema político que tiene otras bases de legitimidad y otras falencias y fracturas que son bastante serias".
El politólogo chileno consideró que un punto que es clave en el régimen militar es "el impacto brutal y no considerado por el mainstream de la ciencia política norteamericana de todo lo que fue la dictadura, que fue que hizo una transformación económica muy radical con fines políticos. Fue implementada por tecnócratas pero tenía una finalidad política muy clara de desmantelar el Estado, destruir las bases de los partidos de izquierda y de la Democracia Cristiana, y crear las bases de un nuevo Estado en el cual los grupos que lo apoyan tengan una posición hegemónica legitimados en democracia una vez que los militares vuelvan a sus cuarteles. Y esa transformación económica, por distintos motivos, fue legitimada por los gobiernos de la Concertación, y lo más grave es que fue legitimado por dos presidentes socialistas".
Por su profesión, Huneeus realizó un seguimiento de la opinión pública, y tuvo que explicar por qué se ha producido el desplome de la política. "No porque los políticos han sido unos incapaces, que probablemente lo fueron, si no porque también la primacía que tuvo desde el primer gobierno democrático por el rendimiento económico tuvo un sesgo conservador, estaban aterrados porque Pinochet pudiera dar un golpe de Estado nuevo", precisó.
El politólogo, tomando como referencia sus estudios sobre la política alemana, aseguró: "Tenemos una democracia que la calificaría de semisoberana. El Estado se puede fragmentar de estructuras de autoridad en distintos organismos. En Chile tenemos una fragmentación de la estructura del sistema político, con un Banco Central autónomo que es de los más poderosos de América latina, un Tribunal Constitucional muy poderoso que tiene la facultad de revisar los decretos del gobierno, existe el Ministerio público que controla a los políticos, pero por otro lado un sistema no estatal muy centralizado con un movimiento sindical muy débil. Hay continuidad en la desigualdad, hay una concentración de la riqueza del poder económico brutal, tenemos más billonarios que Brasil, Argentina y Colombia".
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