El fiscal federal Gonzalo Stara solicitó ayer la pena de prisión perpetua e inhabilitación absoluta y perpetua para los represores Héctor Marino González: Juan Andrés Cabrera, Alberto Pelliza, Ariel Porra, Ariel López y Joaquín Gurrera, por los delitos de privaciones ilegales de la libertad y tormentos a 23 víctimas, como así también por homicidios calificados de 16 personas que continúan desaparecidas. La misma pena solicitó para Carlos Sfulcini, por el homicidio calificado del militante comunista Fernando Tito Messiez, desaparecido desde el 22 de agosto de 1977. En tanto, solicitó 20 años de prisión por asociación ilícita agravada para Oscar Guerrieri, Jorge Fariña, Juan Daniel Amelong, Walter Pagano y Eduardo Costanzo, todos condenados a prisión perpetua, con sentencia firme desde el jueves, por los mismos hechos de desaparición de perseguidos políticos en los circuitos represivos La Calamita﷓Quinta de Funes﷓Escuela Magnasco y La Intermedia, como así también de la Fábrica Militar Domingo Matheu.

Stara hizo ayer un detallado alegato de las pruebas contra cada uno de los integrantes del Grupo de Operaciones de Inteligencia, y basó gran parte de su argumentación en la sentencia --ya firme por resolución de la Cámara de Casación Federal-- de la primera parte de la causa Guerrieri. "En lo que aquí interesa, se ha dicho que 'es el grado de intervención de los integrantes, todo ello demuestra que, la pertenencia a ese grupo de tareas creado en el seno de la Sección Operaciones Especiales, del Destacamento de Inteligencia 121, convierte, además, a los imputados en la presente causa en coautores de los hechos que se cometían en aras del cumplimiento de ese plan u objetivo trazado, porque su ubicuidad en aquél exigía el conocimiento, el consenso, la voluntad de hacer lo que allí se realizaba. Una voluntad dolosa, dirigida a la realización de todos y cada uno de esos hechos previamente delineados a los cuales ya se ha hecho referencia'", expresó Stara.

El fiscal alegó por el caso Messiez. "Al momento de su secuestro se encontraba a cargo del aparato de propaganda del Partido Comunista. El 20 de agosto de 1977, personal que se identificó como perteneciente al Comando del Segundo Cuerpo de Ejército se presentó en la copistería 'La Manija', en Entre Ríos 785, exhibiendo un trabajo e interrogando a las dueñas sobre el mismo", indicó Stara, quien rememoró que "las titulares del negocio fueron trasladadas al Comando en donde se les impuso lo que tenían que decir cuando fueran a retirar el trabajo, básicamente que no estaba terminado y que tenían que volver a buscarlo en el transcurso de la mañana del lunes siguiente". Stara también rememoró que ese lunes, "el personal de la copistería fue reemplazado por personal armado perteneciente al Comando que tomó el control total de la situación". A las 9, Messiez fue a buscar el trabajo. "Al retirarse del lugar lo estaban esperando un grupo de entre dos a tres personas de civil que portaban armas y lo secuestraron", reconstruyó Stara, que pidió la máxima pena para Sfulcini, Cabrera y Porra.

Stara relató que, cuando vio que Tito Messiez no volvía a su casa, "su esposa, Susana Oses, se comunicó con Lindolfo Bertinat y éste le dio aviso a la dirección del partido presentándose ese día el primer hábeas corpus en su favor". Por otra militante, supieron que Messiez había sido llevado a La Calamita.

En la audiencia del 22 de noviembre, dio un detalle que resultó sobrecogedor: en el auto que llevaban a Messiez, el militante estaba tapado con su propio saco, al que describió como "jaspeadita", lo que conmovió a la hija del desaparecido, Alicia Bernal, que nunca había dicho a nadie la indumentaria de su padre el día del secuestro.