SOCIEDAD › CAREAN AL VIGILADOR ACUSADO DE ASESINAR A EMANUEL CICHERO CON UN TESTIGO
Eduardo José Fernández, un policía retirado de 60 años, fue confrontado ayer con quien lo observó en la noche del 6 de noviembre de 2013, en Bahía Blanca y Junín, cuando mató a Cichero, que había denunciado un caso de gatillo fácil.
La jueza Irma Patricia Bilotta ordenó ayer un careo entre el vigilador acusado por el asesinato de Emanuel Cichero y un testigo directo del hecho. Sebastián M. de 28 años repitió frente a Eduardo José Fernández, un policía retirado de 60, la forma en que este empuñó su arma la noche del 6 de noviembre de 2013 en la esquina de Bahía Blanca y Junín con la que efectuó varios disparos, uno de los cuales impactó en el cuerpo de Cichero, que apareció tirado sin vida a pocas cuadras del lugar en Pasaje Rossini al 1500. Sebastián dijo recordarlo a Fernández de la seccional 20 de barrio Ludueña donde trabajó.
El policía retirado fue detenido el martes en el supermercado Cuatro Esquinas de Bahia Blanca y Junín, donde trabajaba al momento del crimen, y del cual se ausentó durante un tiempo. Sin embargo, regresó al comercio y allí fue ubicado por las Tropas de Operaciones Especiales, que llevaron al testigo para que lo identifcara. La medida fue positiva, y en ese mismo momento el acusado, que reconoció hacer tareas de seguridad para el comercio, fue detenido.
Emanuel Cichero tenía 25 años. La noche del miércoles 6 de noviembre del año pasado iba en una moto junto a Sebastián M. de 28 años en barrio Industrial, cuando un certero disparo lo alcanzó por la espalda y lo derrumbó al piso sin vida. Cuando la policía llegó al lugar, alertada por los vecinos, encontró el cadáver con sus pocas pertenencias y la moto en la que circulaba. Por eso los investigadores descartaron la hipótesis de robo y apostaron a una venganza. Lo que no sabían es que la víctima había sido testigo directo del homicidio de un chico de 18 años ocurrido los primeros días de septiembre de ese mismo año a manos de la policía, hecho sobre el que brindó un testimonio periodístico que nunca se judicializó.
Cichero, vivía en Navarro al 5500 (detrás del complejo de cines Village) y tenía un prontuario en el cual se acumulaban algunos robos, aunque no tenía pedidos de captura. Luego de su muerte corrió por el barrio la versión sobre un guardia de seguridad de un súper de la zona que salió a correr a Cichero y a otro pibe después de una situación poco clara.
Cichero había relatado con lujo de detalles a Rosario/12 la forma en que la policía mató a su amigo Brian Saucedo, un chico de 18 años que tocaba el violonchelo en la orquesta de barrio Ludueña y se había criado en la comunidad del padre Edgardo Montaldo.
Brian vivía con su madre y dos hermanos en la más absoluta pobreza, junto a las vías del ferrocarril Mitre. El miércoles 11 de septiembre, de acuerdo a la versión policial, "se enfrentó con uniformados cuando escapaba tras cometer un robo junto a un cómplice" que nunca fue localizado. Esa versión fue ratificada por el juzgado de Instrucción 14 en marzo pasado, que descartó totalmente que se haya tratado de un caso de gatillo fácil. Sin embargo, el domingo 15 de septiembre este diario
publicó la entrevista a Cichero: "El chico nunca se tiroteó con la policía, sino que lo remataron en el piso cuando se había entregado. Le pegaron un tiro en la nuca y varios en la espalda. Eran dos policías de la comisaría 12 y no del Comando. Uno era Sebastián P. y otro morrudo, más petiso, que fue el que tiró", dijo Emanuel, cuyo testimonio nunca se judicializó.
Cichero contó que Saucedo y otro chico "entraron en el pasillo de Navarro 6033. El pibe se entregó bien, lo sacaron y lo golpearon. (Brian) puso los brazos hacia atrás y les pedía que lo engrillen (esposen) y que le dejen de pegar porque ya había perdido. Y los policías le gritaban "dónde está tu compañero?" mientras le seguían pegando. Entonces uno de los policías sacó su arma reglamentaria y le pegó un tiro en la nuca, y varios tiros más en la espalda mientras estaba indefenso en el suelo".
Acerca del policía que disparó, Cichero contó que "es morocho, petisito, con lentes negros, morrudito, no tan alto y con un corte (de pelo) de doble nuca, con pirinchos". Acerca del otro agente, dijo que "es Sebastián P. a quien todos conocen en Ludueña". Y agregó que tras matar a Saucedo los dos policías se fueron y volvieron a los diez minutos con el Comando Radioeléctrico, momento en el cual se habría armado la versión del enfrentamiento que trascendió oficialmente y fue ratificada judicialmente.
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