María Carina Rodríguez sufrió durante años el maltrato -primero psicológico, luego físico- de su ex pareja Gastón Nicolás Beyrne. Un intento de ahorcamiento le dejó secuelas en la columna cervical que le impiden trabajar. "Quiero un subsidio por indigente y discapacitada", dice Carina, que vive "de prestado" en la casa de una amiga y llega a la entrevista acompañada por su hija de siete años. La nena está cansada del trajín de todo el día, y se duerme mientras su mamá cuenta lo sufrido. Su ex pareja era jugador de rugby, pesa 135 kilos y mide dos metros. Una vez, le pidió perdón delante de su hijo. "Te amo, amo a mi hija, no quiero perder mi familia", le dijo en la vereda de su casa. Apenas entraron, la empezó a ahorcar. La nena se dio cuenta de que él iba a matarla y salió a pedir ayuda. A Carina le habían quedado dos vértebras dislocadas, pero un vecino llamó al 911 y le salvó la vida. El agresor estuvo apenas un rato en la comisaría de Piñero, donde vivían. El mismo se mofaba de ella. "Yo me río de la policía, porque entro y salgo", le decía.

María Carina está en una situación económica desesperada: su ex le "robó todo lo que podía" y le dejó tres créditos para pagar. Después del intento de homicidio, ella debió dejar la casa de Piñero. Durante un período, se fue a vivir a la casa de su padre, en Tío Rolo. Pero él llegó más de una vez hasta allí, violando la orden de restricción de acercamiento. "El 23 de diciembre del año pasado, me dijo que venía a la casa de mi papá. Le dije que no, porque yo tenía el botón de pánico. Me contestó que ya estaba en la puerta", relató Carina.

Después de ese episodio, Carina estuvo en un refugio de la Municipalidad de Rosario llamado Casa Amiga. La dirección debe permanecer en secreto para resguardar la integridad de las mujeres. Allí, además de varias críticas que Carina y otras alojadas tienen a su funcionamiento, estaba también desprotegida. Su ex se apareció más de una vez. ¿Cómo consiguió la dirección? Carina sólo sabe que él hizo un pedido de averiguación de paradero en Tribunales.

Después de esas irrupciones, Carina fue enviada por Promoción Social del municipio a Coronda, sin dinero ni amparo de ningún tipo. "Me pagaron el boleto y me dieron un sandwich, una gaseosa y 25 pesos para pasar 15 días", dice Carina sobre el lugar donde también encontró numerosas dificultades. "Es un refugio de puertas abiertas, sin seguridad ni comida. Estaba alojada con la mujer de un narcotraficante, que una noche irrumpió a los tiros desde el techo del refugio", cuenta Carina lo vivido en Coronda. "Tuve que llamar a Promoción Social para que me manden el pasaje de vuelta. Nadie me llamó, nadie me asistió, nadie me dijo nada", relata Carina.

Su reclamo a la Municipalidad está relacionada con la asistencia que prevé la ley nacional 26485, para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. Carina necesita un subsidio para rearmar su casa, pero también necesita una ayuda para vivir, ya que por la discapacidad que le dejaron los maltratos de su ex, no puede trabajar. En este momento, se mantiene cuidando los hijos de una amiga, un ingreso más que insuficiente. "Mi hija está sin escuela desde el 20 de noviembre de 2014, por culpa del padre", se enoja Carina y agrega que tiene derecho a recibir respuestas del estado: "Siendo discapacitada e indigente, me corresponde acceder a un Fonavi".

Los reclamos de Carina son avalados por Nora Giacometto, militante social que viene acompañando a mujeres víctimas de violencia de género. "Desde que me fui de Casa Amiga, nunca más me llamaron el psicólogo que me atendía a mí ni la profesional que atendía a mi hija. Necesitamos ayuda. El psicólogo me decía que me buscara una casa, si podía irme lejos. ¿A vos te parece que si yo tuviera plata iría a parar a un refugio?", pregunta Carina, que pide respuestas a los distintos niveles del estado.