SOCIEDAD
Titular mundial de la Federación de Mujeres Universitarias, la
británica Griselda Kenyon criticó que Argentina no adhiera al
protocolo para la eliminación de toda forma de discriminación.
› Por Sonia Tessa
Mujeres universitarias era una combinación imposible hasta el siglo pasado, cuando tenían vedado el acceso a la educación superior. Pero la lucha de muchas que desafiaron las prohibiciones y batallaron por su derecho a la educación hace que en la mayor parte del mundo occidental se trate ahora de una posibilidad natural. Ningún derecho de las mujeres llegó por generación espontánea, sino que todos fueron conquistado. Para avanzar en ese terreno, la Federación Internacional de Mujeres Universitarias -creada en 1919- tiene sede desde 1936 en la Argentina. Este año el comité ejecutivo está radicado en Rosario, por la elección de la rosarina Nelly Chiesa como presidenta nacional. Es por esto que la semana pasada, la titular de la Federación Internacional, la británica Griselda Kenyon, estuvo en Rosario. "Es una lástima que Argentina no haya adherido al protocolo facultativo de la Convención para la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). Es mucho más fácil para los países que han adherido llegar hasta el Comité para denunciar los abusos contra las mujeres", expresó la dirigente internacional, observadora en las Naciones Unidas, sobre la demora en aprobar ese protocolo.
Si bien Kenyon se excusó de opinar sobre la situación de las mujeres en la Argentina, ya que su visita era justamente para conocer la realidad del país, su colega Chiesa aprovechó la ocasión para señalar la oposición de la FAMU a un punto específico del proyecto de reforma del Código Penal: el que refiere a la obligación a practicar sexo oral con una pena menor a la violación, dos figuras equiparadas hasta ahora. "Tenemos una representante permanente en la comisión del estatuto jurídico de la mujer de Naciones Unidas, es la doctora Dorothy Meyer, de Australia. Ella hace el seguimiento permanente de todos los cambios en las legislaciones de todos los países", puntualizó Chiesa, quien confirmó que la FAMU tiene un enlace permanente para informar cualquier novedad. "Informamos sobre la pretensión de restarle valor de violación al sexo oral. Es una violación a la mujer, punto. Tratemos de no hacer disquisiciones donde no caben, porque los daños psicológico, moral y físico están también dados en ese tipo de violaciones", expresó, al tiempo que criticó al ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Raúl Eugenio Zaffaroni. "No hay que pretender también que esté la luz prendida como dijo Zaffaroni, quien consideró que si está la luz apagada no es violación", agregó.
Además de sus tareas en los ámbitos multilaterales para desterrar la discriminación contra la mujer, la Federación otorga becas para mujeres graduadas, con el objetivo de facilitarles el acceso a los estudios de posgrado. "Es más difícil para las mujeres obtener becas para hacer un master", consideró.
Pero el mayor ámbito de preocupación es la paz. "En este momento trabajamos para la paz porque está vinculada con la fundación de nuestra asociación, y hay muchas miembrassocias que trabajan para que podamos hacer algo por las mujeres en los países que sufren guerras", relató Kenyon. La FIMU o IFUW (sigla en inglés por Internacional Federation of University Women) envió mujeres a Irak, junto a las fuerzas armadas británicas, para formar asociaciones de ayuda a mujeres. La dirigente internacional consideró un aspecto difícil de este trabajo contemplar las diferencias culturales, pero aseguró que la intención es no imponer ninguna política, de manera que lo principal es "conversar con las mujeres, ganar su confianza" para conocer sus realidades, y ofrecerles ayuda acorde a sus necesidades.
Pero la paz no es el único objetivo de la FIM. Kenyon se especializó en temas de la educación permanente de las mujeres y asistencia a la mujer niña, y por su condición de dirigente mundial participa activamente de los foros internacionales que refieren a los derechos de la mujer.
En un trabajoso español explicó que su trabajo internacional le da prioridad a conocer a las integrantes de todos los países. "Podemos hacer una política inclusiva para todas si puedo hablar de los intereses de todas las socias", consideró, al tiempo que definió como "muy importante saber qué dicen los gobiernos de las mujeres en la ONU" para presionar por el cumplimiento de esas metas. "Hay muchas palabras, pero la acción es más difícil", enfatizó.
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