Lun 15.01.2007
rosario

SOCIEDAD

El largo camino de la reinserción tras pasar por el neuropsiquiátrico

Parte del 2005 y todo el 2006 lleva el pedido de un grupo de
internos del hospital neuropsiquiátrico "Agudo Avila", para
un nuevo modo de atención les permita vivir fuera del nosocomio.

› Por Paula Kearney

Desde hace más de un año, un grupo de internos del Hospital Psiquiátrico Agudo Avila están reclamando que se modifique el modo de atención a la salud mental, principalmente en lo relativo a la desmanicomialización y a la posibilidad de tener casas de medio camino, donde poder vivir una vez que su tratamiento les permita obtener un trabajo y reinsertarse en la sociedad. Para esto, en septiembre de 2005 elevaron su reclamo a la Dirección de Salud Mental de Santa Fe, adonde les aseguraron que en dos meses tendrían una respuesta. Sin embargo, la respuesta no sólo no llego para ellos, sino que el titular del área, Gustavo Castaño, tampoco respondió ninguno de los llamados ni mensajes de este diario para hablar sobre el tema.

Otra demora inexplicable es la que tiene que ver con la reglamentación de la Ley de Salud Mental (Ley 10.772), que fue aprobada en 1991, y -de reglamentarse- debería detallar qué tipo de servicios brindaría la provincia en relación a la salud mental. Así, estos servicios estarían incluidos en el presupuesto anual para poder llevarlos adelante.

Dentro de este presupuesto es que los internos reclaman que se contemplen las casas de medio camino, ya que para aquellos que no tienen otro lugar adonde vivir porque no les alcanzan sus ingresos, y que ya tienen el alta, es muy complicado encontrar un trabajo cuando dan la dirección del Hospital Psiquiátrico. Cabe aclarar que de los cerca de 80 pacientes que viven en el Hospital, alrededor de la mitad estaría en condiciones mudarse a una casa de medio camino.

Sin embargo, a pesar de que el reclamo comenzó en noviembre de 2005, la respuesta de la Dirección de Salud Mental fue que en el 2006 no habría novedades porque "el presupuesto ya había sido destinado para otras cosas", informó Alejandro, uno de los pacientes. Lo curioso es que tampoco durante el 2006 se haya reglamentado -a pesar de las 600 firmas que juntaron avalando el pedido de reglamentación- por lo que el presupuesto de Salud Mental para el 2007 tampoco contempla lo que están solicitando.

"Nuestra pretensión era que -si se reglamentaba- nos pidiesen asesoramiento, porque realmente somos nosotros los usuarios de salud mental, los que estamos solicitando esas reformas y los que llevamos adelante esta lucha antimanicomial", apuntó Beatriz, otra de las pacientes, y explicó: "lo que estamos pidiendo con la lucha antimanicomial no es que se saque el edificio en sí, sino que se cambie la forma en que se administra la salud mental. Pedimos que sea totalmente diferente a lo que se está haciendo en este momento, hacinándonos en determinados lugares, sino quedándose en las casas. Así como ahora hay salas de odontología, de clínica, que haya un lugar donde haya psicólogos y psiquiatras que te atiendan, sin tener la necesidad de ir a un lugar como es el mal llamado "Suipacha".

A continuación, Beatriz aclaró que están "atendidos por profesionales", que están "perfectamente bien, contenidos, medicados y controlados", y aseguró que están "mejor que muchas personas que están en el afuera y se creen que no tienen nada". En este sentido, manifestó que "hay muchas personas que están depresivas o totalmente voladas, y acá adentro no somos todos locos los que estamos". En consecuencia, aclaró que si bien "hay gente que necesita una determinada internación, o que la ha necesitado", también están los que "pueden vivir con sus familias" y hacerse tratar por consultas.

Uno de los aspectos que Beatriz destaca de ella misma y de sus compañeros, es que el hecho de estar llevando adelante el programa Tardes Nuestras por FM Aire Libre -que fue declarado de Interés Municipal- "aunque no sea remunerado es un trabajo". De esta manera, "estamos demostrando a todas las personas que nosotros nos vamos a sacar ese estigma de "loco", y ver que nos podemos reinsertar en nuestra sociedad, que somos seres independientes y también queremos salir adelante y saber que estamos dentro de la sociedad y que somos útiles como otras personas", afirmó. Tal es el caso de Hugo, que antes de vivir en el Hospital era panadero, y hoy tiene ganas de volver a trabajar y "demostrarle a la gente que también podemos hacer transpirar nuestra frente trabajando", pero no puede hacerlo porque al mostrar el documento con la dirección del Hospital Psiquiátrico lo discriminan y no le dan siquiera la posibilidad de demostrar lo que sabe hacer.

Por último, su deseo es que este año "se reglamente todo" para poder cambiar la política manicomial por una de desmanicomialización que contemple las necesidades de los pacientes.

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