Rosario superó los 40 grados de sensación térmica, ayer a las 15. A esa hora, caminar por la calle era directamente entrar en un horno. El Servicio Meteorológico Nacional marcaba una temperatura de 34,3 grados, pero los cuerpos sentían 41,2 grados. Un poco peor fue en Ceres, en el noroeste de la provincia, donde la temperatura fue de 38,2 grados, y la térmica trepó a 46 grados a la siesta. Según los pronósticos seguirá el calor, aunque por la tarde se producirán lluvias y tormentas, lo que provocará una disminución de la temperatura para el fin de semana.