Sobre el final de la agradable tarde del último domingo, el carácter meramente sumarial de la diligencia privó al agente de compañía alguna. Así, en soledad, llegó hasta el domicilio ubicado en Larrechea al 1900, bajó del patrullero y cerró el móvil para cumplir el trámite. Hasta que un estruendo lo puso en alerta y lo devolvió a la calle para comprobar cómo unos ladrones motorizados escapaban con la escopeta reglamentaria. "Al lugar se llegó por una diligencia sumarial para hacer citaciones por un sumario por lesiones. El policía iba solo a una diligencia mínima, sencilla, nada que fuera de urgencia", explicó ayer a Lt8 el oficial Alejandro Miranda, titular de la comisaría 30ª, que ahora cuenta con un arma menos en su arsenal.