El pibe no encontró mejor forma de expresar su bronca que tirar el televisor contra el piso. Claro que no midió las consecuencias. El aparato explotó y originó un incendio. Los bomberos rompieron las ventanas, sacaron a la familia y apagaron el fuego, pero el saldo fue de pérdidas totales en el interior de la vivienda y principio de asfixia en tres menores. Un saldo imprevisto de la derrota argentina, que afectó a la familia domiciliada en la planta alta de Ituzaingó 1310.