"Querida Estela: Ya que no me es posible viajar a Buenos Aires o a La Plata para darte el abrazo que nuestro pueblo, para no decir toda la humanidad, te está dando (junto a tu familia y a las Abuelas) por el feliz encuentro con tu nieto Guido. En medio del dolor con que Rosario rememora la muerte y las pérdidas que hace un año nos trajo el desastre de la calle Salta, y a pesar de la indignación y la pena que nos está produciendo el crimen que se está cometiendo contra el pueblo palestino, no puedo menos que recordar, parafraseando las palabras del profeta Isaías que leemos en cada tiempo de Navidad: "El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz...una luz que brilla para los que viven en sombras de muerte" (San Mateos 4:16). Te enviamos nuestro profundo cariño y gratitud por tu vida y la de las Abuelas, y compartimos en esta hora esa alegría y esperanza por el triunfo final de la Verdad sobre la mentira y la injusticia, de la Vida sobre la muerte.

(De la carta del Obispo Metodista Federico Pagura a Estela de Carlotto).