Temprano, el domingo, Chen Hai Jian y Yuan Chun abrieron su mercadito, como siempre, en el barrio Roma, de Santa Fe. De pronto llegaron cuatro hombres en motos, raudos y a punta de pistola, que cerraron el portón y desataron el asalto. Culatazos y trompadas para Chen, con tal de que suelte el escondite del dinero disponible. Su socio, en tanto, ganó la planta alta del comercio, donde residen ambos con sus familias -todos de nacionalidad china- y escaparon por los techos. Y no vacilaron en saltar desde unos seis metros hasta una terraza vecina, con tal de poner distancia. Uno de los policías que intervino se asombró al reconstruir la escena: una beba de dos años también fue lanzada al vacío, desde los brazos de su mamá a los de su papá, que la atajó abajo, sana y salva.