Ciro Requino, quien habita junto a su hijo la isla La Mabel desde hace treinta años, se negó a abandonarla luego de que fuera declarada Parque Nacional. El hombre denunció constantes hostigamientos por parte de algunos guardaparques, amenazas de muerte asi como la eliminación de animales que utiliza para su subsistencia, para hostigarlo y obligarlo a abandonar el terreno. Tras la intervención del equipo Atajo, la Dirección de Sustentabilidad del Ministerio de la Producción ordenó la relocalización dentro de un predio fiscal con iguales características al que habitaba y dispuso el reconocimiento de la posesión del isleño sobre el terreno a habitar y lo designó como cuidador ad honorem de la isla. El terreno en cuestión forma parte de un conjunto de islas que desde 2008 fue cedido por Santa Fe al Estado Nacional para conformar el Parque Nacional Pre Delta e Islas de Santa Fe.