PSICOLOGíA
Norberto Ferreyra es psicoanalista de la Escuela Freudiana de la Argentina y dictará una conferencia en Rosario. Aquí, un adelanto sobre el contenido que tendrá su exposición.
› Por Norberto Ferreyra*
Se dice. Se dice que el psicoanálisis hace decir, también se dice mucho acerca del psicoanálisis ya sea para apoyarlo o para denostarlo. Ambas son formas de la resistencia al mismo, aunque la primera, apoyarlo o sostenerlo, es una forma de la resistencia con la cual se puede llegar a un saber hacer, y con la otra forma no se pasa del trauma constituyente al que nos enfrenta el no-saber hacer. Lo que queda claro es que se apuesta a que en un análisis alguien -un analizante- como sujeto pueda llegar a un decir que 'ordene', dé una lógica a ese saber-hacer el cual está en relación a la función de un no-saber que llamamos inconsciente, que pueda hacerse sujeto de ese acto de decir y que no quedar sólo como objeto del mismo.
La castración es, en este desarrollo, aquello que hace posible disponer de una relación a la falta que ordene un saber-hacer. El aire superyoico que puede tener ese 'ordene' es inevitable pues es inherente a la función misma del significante un carácter imperativo, en el análisis se trata de enfrentarse con eso y amortiguar su eficacia en ese sentido, dar lugar a 'un decir menos tonto', enuncia Jacques Lacan.
Decidir es aquí equivalente a resolver, volver decidible un sentido anudado en lalengua (1) que, en principio se presenta como indecidible e irreductible. Siendo lo irreductible otra cosa, pues es aquello con lo que cada uno hace algo que, en la vida, le permita un hacer que sea otro que cubrir -bajo la estructura clínica que fuere- el lugar y la función de la falta en relación a lo imposible, esto es que la castración tome su dimensión real.
Es importante destacar que esta dimensión del dicho establecida por el decir implica siempre al otro semejante. Entonces, cabe la pregunta: ¿Y el sexo dónde está? En tanto somos una especie hablante cuya reproducción es sexuada esto determina condiciones de vida y existencia que no tiene ninguna otra especie viviente. Por ser sexuada sucede, según el biólogo François Jacob, que cada individuo se 'disuelve' en la especie.
Esto quiere decir que al reproducirse el individuo producto de la reproducción está hecho por la unión de la mitad de cromosomas de cada sexo de los dos que existen. Hay una pérdida para cada sexo. Cada individuo engendrado es diferente a cualquier otro que haya vivido antes y, lógicamente, también lo es respecto de aquellos que lo engendraron. Excepto en el caso de los gemelos donde esta diferencia sexual se sostiene en lalengua y por su relación al lenguaje.
Lo que demuestra que no es sin esta 'pérdida cromosómica' pero no es, el hecho con y en ella que se sólo se sostiene la diferencia sexual.
El sexo es social, el hecho de que hablamos lo realiza. Es esto lo que determina nuestra condición fundamental y única como especie viviente. Se produce, por estas condiciones, un malentendido del goce fundamental que es el siguiente: No hay una coincidencia entre el fin del goce y la reproducción. Esto en las otras especies siempre va junto. Esto hace una hiancia entre la reproducción como especie y el goce. Porque hablamos es que es imposible encontrar una escritura lógica de existencia de la relación sexual, de la proporción sexual entre hombre y mujer. Siempre hay una pérdida de goce en tanto el goce sexual se basa en este malentendido estructural y estructurante para cualquier individuo de la especie en tanto ser hablante y existente como sujeto. Hay lo que se llama una pérdida de ser.
Es por la relación al lenguaje y a lalengua que en tanto sujetos dependemos, que estamos 'hechos' en y con esa relación, y en esa dimensión. Es en este punto donde el dicho existente por un decir crea una dimensión: la dimensión del dicho. Al hablar se realiza un goce, que llamamos fálico, que tiene lugar y existencia por esa imposibilidad de existencia de la proporción sexual entre los dos sexos. Pero este goce siempre fracasa en su realización efectiva, algo falta.
Un decir es la posibilidad de que al hablar sea dicho algo que diga de esta condición de existencia como sujetos: la relación a un 'no saber' que llamamos inconciente y a la castración que nos sitúa como tales una posibilidad de existencia de nuestra especie definida como hablante. Y que ello ocurra no sólo tendrá un efecto sobre lo sintomático sino que pondrá al sujeto en otra posición en relación al malestar.
(1)Lalengua, escrita sin espacio como lo hacía Lacan.
* De la Escuela Freudiana de la Argentina (Buenos Aires).
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