PSICOLOGíA › CICLO CLAVES DEL PSICOANáLISIS
› Por Madeleine Maida Re*
Cuando el analizante habla, ¿a quién le habla? A partir de su palabra, el analista será situado según el lugar al que resulte afectado por el discurso actual del analizante. La cantidad de significantes que un analizante puede enunciar será infinita, mientras que la afectación -- que situará el lugar del analista-- no será infinita, sino que corresponderá a ciertas identificaciones posibles, en relación a los lugares del complejo de Edipo. Cada vez que el analizante hable, el analista quedará afectado por cierto saber inconsciente al que le corresponde una identificación.
Freud habla de dos vertientes de la transferencia: la positiva y la negativa. Estas se corresponden con la ambivalencia de los sentimientos del complejo de Edipo. Estos dos polos permanecen inseparables, el amor engendra el odio. Freud define la transferencia negativa como los sentimientos hostiles dirigidos al analista, que se presentan como un obstáculo o resistencia para el análisis. Lo que permitirá que se despliegue el juego de la transferencia será la abstinencia del analista. Al no rechazar la mencionada afectación, el analista podrá ser tomado en esas distintas contradicciones de la transferencia, en esos lugares que si bien parecen opuestos, en realidad responden a la lógica del Edipo.
Estas y otras consideraciones serán expuestas y discutidas en las próximas Jornadas 2011 del Ciclo Claves del Psicoanálisis "Transferencia y realidad del inconsciente" en Ross Centro Cultural los días 28 y 29 de octubre.
*Psicoanalista. Miembro del Ciclo Claves del Psicoanálisis.
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