Cada año, desde hace 25, la EOL y sus Secciones celebran sus Jornadas Anuales con fines de formación y transmisión del Psicoanalisis y porque no también de affecttio societatis. En esta ocasión, algo sobre las que se realizarán mañana y el sábado en la ciudad de Córdoba, las XXV Jornadas Anuales de la Escuela de la Orientación Lacaniana Sección Córdoba "La vida on-line. Nuevos desafíos para el Psicoanálisis".

El tema de las redes es una orientación política que el Consejo Estatutario de la EOL ha tomado para trabajar este año. El modo de dar forma a ese rumbo señalado ha sido el título elegido. ¿Por qué las redes, por qué este tema es propuesto para trabajar en una Escuela donde se forman psicoanalistas?

La misma comisión científica de las Jornadas lo responde en su argumento: "El avance de Internet en la vida cotidiana es un hecho que ha modificado nuestro modo de vivir. Sea por la agilidad que da a las comunicaciones, la facilidad para la investigación o la variedad para el entretenimiento, la presencia del ciberespacio y su influjo en la subjetividad es indiscutible. Lo verificamos en tanto analistas en nuestra práctica y por eso resulta imperioso interrogarnos sobre la vida on-line y sus condiciones".

Lacan se anticipó a esta nueva dimensión de la civilización cuando advirtió que progresivamente iríamos viviendo, aún sin darnos cuenta, en la aletósfera: un ambiente totalmente atravesado por ondas, plagado de manifestaciones de la verdad formalizada por la ciencia y la técnica, que no percibimos pero que nos determinan cada vez más (Lacan, 1969-1970).

Podemos interrogar si las redes son un alivio para el malestar que la vida en sociedad implica. ¿Disminuyen en algo la exigencia superyoica? ¿No pueden pensarse las redes también como una defensa frente al imperativo de goce de los cuerpos que se verifica en lo que Gilles Lipovetsky denomina hipermodernidad? (2006)

Preguntas como estas se harán escuchar durante su desarrollo, la clínica que los colegas pondrán a cielo abierto en las mesas de trabajo, nos enseñará, ella misma, de qué se trata. Por otro lado hemos pensado qué desafíos impone este fenómeno al psicoanalista inserto en esta presencia epocal.

En ese punto el analista recibe, bajo distintas manifestaciones clínicas, los efectos de los distintos usos de estos renovados medios. A veces placenteros, a veces conflictivos Y en ese lugar es donde haría falta que pueda sostener "un deseo que no sea anónimo" (Miller, en Lacan 1988, página 56).

Ese impacto en la subjetividad es lo que realmente nos interesa en tanto analistas sin desestimar los aspectos semióticos y políticos que implican las tecnologías.

Entiendo que nuestro deber ético se presenta en el hecho de no desconocer su existencia -la del objeto tecnológico- no desconocer que se anudan al goce del sujeto, a sus fantasmas, pero fundamentalmente está en encarnar a un Otro que haga presencia con su cuerpo y a través de la transferencia como medio.

Me interesa transmitir también que el recorrido del programa incluye, además de lo clínico, trabajos epistémicos bajo la perspectiva de la formación del analista: ¿qué relación existe entre la Escuela y las redes? ¿Qué podemos decir de la transferencia y lo on-line? ¿La conectividad permanente hace par con la segregación? ¿Los gadgets invitan a una nueva clínica? ¿Tratamos distinto lo epistémico en la era de google?

Esperamos que estas Jornadas enseñen, a través del trabajo de Escuela y la conversación, algo más sobre el sujeto actual y su manera de habitar el mundo no sin una lectura de nuestra intervención en la práctica analítica.

*Directora EOL Sección Córdoba. Comisión científica de las Jornadas: Adriana Laion, Diana Wolodarsky, José Vidal.