El viaje es el motivo mítico que inicia la tradición de la escritura occidental. Homero propone a Odiseo (Ulises), un viaje iniciático que es metáfora de la vida, sus avatares y batallas. De allí se inicia una iteración de este motivo literario, necesario par comprender la condición humana. El psicoanálisis mismo toma testimonio del mito de Edipo, que se suma a Eneas, a Medea, a Perseo, y a innumerables viajeros de la mitología griega.

Dentro de nuestro campo discursivo, el psicoanálisis, tomamos los viajes de Sigmund Freud (en la foto con su hija Anna) y de Jacques Lacan como antecedentes. Los viajes aparecen en el creador del psicoanálisis de una forma muy significativa. Tanto en el tejido escritural mismo, como metáfora, como paisaje, como referencia, como así también son los viajes que realiza (Italia, EEUU, por ejemplo), los que situamos como verdaderos acontecimientos que producen, la mayoría de las veces, cambios sustanciales en los trayectos de pensamiento. En Jacques Lacan el traslado a lugares extranjeros repercute no sólo en verdaderas inflexiones teóricas, sino que presentan apuestas de enormes consecuencias políticas para el porvenir del psicoanálisis.

Este es un fragmento de la presentación del libro La conquista de la escritura. Los viajes y la invención del psicoanálisis, escrito por su compiladora, Luisina Bourband, con prólogo de Ángel Fernández. La editorial responsable de la publicación es Laborde Editor.