PSICOLOGíA › ADICCIONES: UN PROBLEMA CLíNICO, éTICO Y POLíTICO
› Por María Juliana Bottaini*
Recientemente tuvieron lugar las XXV Jornadas Nacionales del T y A (Toxicomanías y Alcoholismo) en Córdoba, bajo el eje "Las manías del consumo". El T y A Rosario se hizo presente en una muy enriquecedora jornada aportando también su producción con trabajos y experiencias en la investigación de las adicciones que funciona en nuestra ciudad desde abril de 1997.
El encuentro, con practicantes del Psicoanálisis de todo el país, fue la ocasión para escucharnos y compartir las dificultades que nos presenta esta clínica, los modos de arreglárselas con ella, las incidencias del Psicoanálisis como práctica eficaz y probada en el tratamiento de las adicciones.
Habida cuenta que vivimos en una época cuyo rasgo es la exigencia cada vez más vertiginosa a gozar, y encontrándonos con sujetos que se avienen pasivamente a ella, conformando una suerte de manía generalizada, es que no podemos los psicoanalistas orientados por las enseñanzas de Jaques Lacan desoír tal exigencia del mundo contemporáneo. Frente al consumo maníaco de la época, nos enfrentamos con un problema clínico y ético: cómo poner límite o freno a ese empuje, sin caer en las políticas represivas o prohibicionistas.
La política del Psicoanálisis es precisamente que cada sujeto encuentre su propio freno y su solución "en el ejercicio del deseo", tal como nos enseña Lacan en el Seminario 10.
Contamos con la valiosa presencia de algunos de los fundadores del T y A -allá por el año 1992 en Buenos Aires Ernesto Sinatra, Luis Darío Salamone, Daniel Sillitti y Mauricio Tarrab. Por su parte, Ernesto Sinatra habló sobre los intoxicados del consumo y los fundamentos maníacos de la intoxicación, estableciendo que a cada actividad humana le corresponde una adicción, y recorriendo los conceptos básicos en los que se funda el trabajo con las adicciones, pasando por las monomanías de este siglo, las cleptomanías querulantes, el avance de la industria de los juicios o judicialización generalizada , las ninfomanías y los sujetos abocados a la metonimia discursiva y a la verborragia imparable, las monomanías homicidas, las fiestas rape y rave, las pornomanías, los sin sexo, las barbies. En la ocasión, Luis Darío Salamone nos inquieta con la siguiente formulación: "el problema en las adicciones es que no cuentan con un Ministro de Economía, no hay contabilidad de goce, no se dirige a un Otro, hay rechazo del inconsciente, y esto no le importa al sujeto o lo que queda de él". Además, en las numerosas mesas simultáneas, tuvimos la oportunidad de debatir sobre las nuevas formas de viejas toxicomanías, el alcoholismo, las tecnologías adictivas o "adicciones tecnológicas", las "pastillas del abuelo" y las drogas de diseño, las ludopatías, las melancolías y manías, las incidencias del Psicoanálisis en las ciudades y en las Instituciones. Frente a esto, la pregunta por el cómo intervenir y pausar allí donde aparece una carrera imparable y maníaca de consumos.
Es un compromiso de los Psicoanalistas pensar qué intervenciones son posibles, recorriendo el hacer/decir del analista con las nuevas formas toma hoy la transferencia. El analista como pausa presencial, como partenaire y la eficacia actual del amor de transferencia.
*Psicoanalista. Asistente a EOL Sección Rosario.
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