PSICOLOGíA › PSICOANALISIS EN EL HOSPITAL
› Por Graciela Kait *
La práctica psicoanalítica ha visto proliferar hacia el final del Siglo XX nuevas afecciones, nuevas manifestaciones del malestar en la cultura que son producto tanto de la forclusión del sujeto por parte del discurso de la ciencia que con sus leyes universales hace oídos sordos a la causalidad psíquica y a la singularidad de cada ser hablante, como de la forclusión de la castración por parte del discurso capitalista que con los objetos técnicos con los que inunda el mercado apunta a suturar la falta irreductible que nos habita, falta que hace lugar al deseo.
Entre estas afecciones, encontramos una proliferación de las urgencias que da cuenta del desborde subjetivo cuando el sujeto está fuera de discurso, es decir cuando la función sujeto no está articulada a la cadena significante y por lo tanto no se cuenta con el tiempo de allí el apremio, la urgencia, ni con lo simbólico para responder al real que irrumpe.
Se trata entonces, de alojar con el discurso del psicoanálisis a ese ser hablante desbordado por la angustia y la prisa para volver a crear las condiciones de su existencia, condiciones que establece el discurso del amo. Se trata además, de un trabajo preliminar ineludible para que exista la posibilidad de algún trabajo posterior si es que se sostiene alguna pregunta por la causa.
* Psicoanalista. Miembro de la EOL Sección Rosario.
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