Los cuatro juzgados de Menores de los Tribunales provinciales de Rosario están a cargo de un sólo magistrado, el doctor Juan José Carmona, mientras la situación de deterioro de muchas niñas, niños y adolescentes no está contenida en políticas públicas que nunca pasaron de pomposos anuncios. La ausencia de esas políticas se expresa en la pésima infraestructura edilicia, en los planes de salud, educación y contención universal que nunca se pusieron en marcha y en el que se traduce como el desprecio total por la vida misma a través de la existencia del Instituto de Rehabilitación del Adolescente Rosario. El IRAR se cobra todos los días muchas víctimas que obtienen todo lo contrario a los parámetros de la que se supone una recuperación y como en el caso de Néstor Salto -el chico de 19 años muerto a raíz de las terribles quemaduras- a veces pierden la vida.

Uno de los contrastes que irritan el sentido común de cualquier santafesino es que en este caso no existen preocupaciones ni urgencias por cubrir los cargos vacantes en el foro dedicado a la atención de los chicos. Quien era titular de Menores Nº 1, Jorge Zaldarriaga, se jubiló hace más de un año y medio y la vacante no está cubierta. El titular de Menores 3, Jorge Cartelle, se retiró también jubilado alrededor de tres meses atrás y ahora se llamará a concurso, por lo que hay que estimar que van a transcurrir unos meses antes de que otro magistrado se haga efectivamente cargo de la responsabilidad. Por último, el titular de Menores Nº2 Juan Leandro Artigas, que está de vacaciones, también se retirará en el mes de octubre. Ese contraste que se menciona se verifica día a día en la intención y en la premura por poner nombres en la Justicia y en otra cantidad de puestos públicos por parte de quienes dejan el gobierno provincial. Es casi grosero y ofensivo, brutal y hasta increíble si la realidad no se empeñara en mostrar que es real el rostro de abandono y muerte que se ve en las calles, en las víctimas de la exclusión y de hecho en el IRAR.