OPINIóN
› Por Darwinia Gallicchio
Yo, Madre y abuela de la Plaza de Mayo, sustento el pañuelo, la plaza y las ideas.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner habló de nosotras. "No salieron a reclamar por un impuesto, salieron porque se llevaron sus hijos", dijo. Reconozco que el ex presidente Néstor Kirchner es el primer jefe del Estado argentino en recibirnos.
"Bien, la Corte Suprema de Justicia. Bien, en la anulación de las leyes de impunidad", expresó Pino Solanas, mi candidato a presidente, y agregó que "en el resto es la continuidad de la década del noventa: entrega del petróleo, gas, minería, ferrocarriles, navegación por mar y aire, inexistentes políticas nacionales de agricultura, pesca, ganadería, ciencia, técnica y comunicación".
Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), que encabeza la protesta del interior profundo de nuestro país, y legítimo representante de los llamados Autoconvocados, sostiene estos principios en cada acto, por tanto me presenté en la sede de FAA de Rosario y entregué un documento donde le expreso que: "Los chacareros no provocan el saqueo de la argentina. Sabemos quién es el enemigo. Estoy contra la concentración de la tierra y su extranjerización.
Estoy contra la concentración de la riqueza.
Desde el 24 de marzo de 1976 sabemos quiénes son el enemigo.
Quiero políticas de Estado.
Quiero que no me defrauden los gobernantes.
Quiero distribución de la tierra y la riqueza".
Coincido, reclamo y desde lugares impersonales se me critica. No se debe ostentar "distribución" como propaganda, se debe realizar, porque son pilares fundamentales si deseamos gobernar con soberanía en alimentos, educación, salud y trabajo digno. Así lo reclamaron nuestros hijos, esos que rememora la presidenta para homenajearnos.
Mis compañeras de la plaza 25 de mayo de Rosario toman un lugar con su documento, señalando diferencias políticas. Esto no es tal. El anterior Gobierno de la Provincia de Santa Fe se desentendió de la administración del ex Servicio de Informaciones, que ocupa la esquina de San Lorenzo y Dorrego, actual CPM. Situaciones indignantes sucedieron dentro del ex Centro Clandestino, por donde pasaron los desaparecidos de esta región. Por importancia lo defino como: ESMA de Rosario. El año pasado inicié los reclamos pertinentes para recuperarlo, provocó heridas en la plaza y quedé sola.
Espero reflexión de mis compañeras. Con nuestras manos, generar vínculos, como nuestros hijos, para vencer a los "obstáculos" internos y externos que habilitan la pobreza y debilitan la justicia.
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