OPINIóN › SIETE DIAS EN LA CIUDAD
Si no hay definiciones a nivel nacional y provincial respecto de las principales candidaturas, mucho menos certezas se ven sobre el escenario para la elección de intendente del año próximo en Rosario. Nombres sobran, pero los protagonistas esperan con ansiedad las definiciones de "arriba" para jugar sus últimas apuestas.
› Por Leo Ricciardino
"Primero hay que cerrar arriba, una vez que se ajuste ahí, después empezará a acomodarse el escenario local". Arriba es la provincia y lo local es Rosario, así lo interpretó un precandidato a intendente que cultiva sus aspiraciones dentro del amplio espectro del Frente Progresista Cívico y Social. La coalición ha comenzado a moverse, a aceitar los mecanismos de diálogo que se habían oxidado un poco últimamente y es así que el viernes se reunió después de mucho tiempo la Mesa de Conducción Política Rosario del FPCyS. Lo mismo ocurrirá dentro de unos días a nivel provincial donde la agenda está más caliente porque los radicales juegan su carta fuerte detrás del intendente Mario Barletta que aún busca cómo hacer pie en la ciudad de Rosario.
Uno de los que aquí empuja con fuerza la candidatura a gobernador del santafesino es Jorge Boasso, que está convencido de que la UCR puede reemplazar al socialismo en la condución del Frente y, en lo personal, aportar desde una candidatura a intendente. Por supuesto, hay otros radicales rosarinos que también hablan con Barletta y le dicen que son ellos los indicados para el desembarco en el sur santafesino.
En ese marco, "arriba" hoy por hoy nada se descarta. Una fórmula compartida con los dos candidatos fuertes -Miguel Lifschitz y Mario Barletta , o una interna en el Frente que "movilice a la militancia y termine siendo un aporte para las primarias contra el peronismo", se entusiasma un dirigente frentista.
Por ahora Lifschitz se ha decidido a no hacer olas y a impulsar la candidatura nacional de Hermes Binner sin hablar mucho de la suya. Claro, como candidato natural del socialismo a la gobernación sabe que el rol de Binner a nivel nacional será decisivo también en el distrito. Las fichas van a ir acomodándose y en ese tablero puede ser que Antonio Bonfatti baje finalmente a disputar un espacio como precandidato a intendente al lado del presidente del Concejo Municipal y veterano de mil batallas Miguel Zamarini, Horacio Ghirardi (que deberá recuperar terreno en la consideración pública tras su delicado paso por la secretaria de Seguridad Pública de la provincia); la alicaída Clara García que hoy tiene un protagonismo restringido en el Concejo Municipal y el actual secretario de Gobierno Fernando Asegurado, un joven dirigente que -para sorpresa de muchos llenó con comodidad la difícil secretaría de Gobierno del municipio.
Por el lado del peronismo, cabe la misma reflexión: Primero será la fórmula a gobernador y después los precandidatos a intendentes. Y hoy, hay al menos uno de los aspirantes a la gobernación que ya se menciona como aspirante al Palacio de los Leones: Daniel Germano trabaja con la vista puesta también en su ciudad. El diputado nacional, reciente reutemista, (quien seguramente explicará ahora por qué Carlos Reutemann toma sol en Palm Beach junto a su novia, mientras toda una provincia se desespera por saber qué piensa); tiene intenciones y gente trabajando para emerger como un candidato que aglutine al peronismo tras su figura para las elecciones a intendente.
Aquí la candidata "natural" sería María Eugenia Bielsa quien sin embargo tiene muchos inconvenientes para consensuar con los otros sectores del peronismo rosarino. Tampoco se sabe si la precandidatura de su hermano Rafael una vez más como aspirante a la gobernación, le suma o le resta posibilidades a la ex vicegobernadora.
Y después está la realidad. "Esto es como con las mujeres, uno se puede esforzar todo lo que quiera, pero si no es el momento y la mina no te da bola, no hay nada que hacerle", comenta siempre un experimentado político local a la hora de describir las preferencias del electorado. Un poco eso es lo que le pasa al peronismo de Rosario con Héctor Cavallero, no hay un solo hombre del partido que supere los 13 o 14 puntos que el Tigre tiene siempre como intención de voto. Por eso siempre es convocado y no sería una novedad que el ex intendente se lance como aspirante a otro mandato, esta vez en alianza con el PJ. Otro que querrá jugar allí sus chances será Diego Giuliano, un concejal que sorprendió en los últimos comicios pero que aún necesita de mayor conocimiento público.
Como se ve las cosas no son tan sencillas, se necesitas miles y miles de votos para alzarse con la intendencia de Rosario que lleva dos mandatos en manos de Lifschitz, quien también luchará por pasar su mando a alguien del partido socialista. El año próximo las elecciones presidenciales y las provinciales a gobernador tendrán una influencia inmensa a la hora de decidir sobre los candidatos locales, por más que el electorado santafesino ya ha demostrado en numerosas oportunidades conocer exactamente qué está eligiendo en cada ocasión.
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