OPINIóN
Tanto en la provincia como en la ciudad, los dirigentes del peronismo se concentran en mostrar unidad de cara a los próximos comicios. ¿Se podrán evitar las divisiones nacionales? Algunos lo intentarán, otros están convencidos de que hay que generar un espacio más cercano al gobierno nacional y presentar por fin una conducción diferente a lo ya conocido.
› Por Leo Ricciardino
Cuando el Frente Progresista parecía que sólo tenía por delante dirimir sus candidaturas entre Lifschitz, Bonfatti, Giustiniani y después pugnar con sus aliados radicales para establecer qué lugar ocuparía Barletta; en los últimos días el peronismo le recordó que también tendrán que guardar espacio para ocuparse de la pelea de fondo. Es que los contactos entre los distintos sectores de la interna peronista y a su vez las idas y venidas a Buenos Aires, han develado que el PJ intentará desesperadamente limar las diferencias para que en Santa Fe aumenten sus chances de cara a las próximas elecciones a gobernador.
Entusiasmados con esta ola pejotista que empezó a mostrar Néstor Kirchner en los últimos tiempos, disparada por la necesidad de construir y cimentar su propia candidatura presidencial; los distintos referentes locales han tomado al pie de la letra dos consignas que repite el ex mandatario en la intimidad y que aplica a casi cualquier distrito: "Qué florezcan mil claveles" en referencia a la multiplicación de las candidaturas; y "nadie es más peronista que nadie". Una frase que no necesita de traducción política.
El único que claramente insiste en que no se puede separar a la provincia de Santa Fe de las divisiones internas nacionales -quizás por conveniencia es Norberto Nicotra, el dirigente duhaldista más connotado de la provincia. El resto -y esto incluye a obeidistas y reutemistas insiste en una fórmula que, dicen "ya utilizó el adversario". Esto es, sellar alianzas provinciales y liberar el voto "arriba". Y ejemplifican: "En 2007 los socialistas y el ARI votaron la fórmula Carrió Giustiniani, mientras que los radicales lo hicieron por Lavagna Morales. Después de que habían ido juntos para las elecciones provinciales. ¿Por qué el peronismo no puede hacer lo mismo?", se preguntó el diputado obeidista Mario Lacava en referencia a kirchneristas y peronistas federales.
Sin pregonar en contra de la unidad del peronismo en Santa Fe pero lejos de ese pragmatismo tan típico del movimiento; el diputado nacional Agustín Rossi reforzó su postulación a la gobernación recortando claramente el espectro y recordando que no todo ni todos son lo mismo. "Tenemos que organizar en Santa Fe una fuerza de centroizquierda progresista, que la protagonicen dirigentes que tengan nuestras mismas convicciones. Este es el desafío que tenemos", dijo en un discurso dirigido a los jóvenes en el Día de la Lealtad.
Con todo, el peronismo también tendrá que empezar a mirar hacia "abajo", hacia los candidatos locales que puedan si bien no traccionar votos, por lo menos aceitar los mecanismos para que los apoyos suban. Y en esa dirección tendrá que construir las candidaturas a intendente.
Una de las más delineadas por el momento es la de Héctor Cavallero. El ex intendente mantiene desde el Partido del Progreso Social su alianza con el Frente para la Victoria de Rossi y sigue siendo quien más intención de voto suma comparado con cualquier candidato del peronismo.
Del otro lado, del lado del Peronismo Federal, el concejal Diego Giuliano ha demostrado cintura para hacer síntesis impesadas más allá incluso de lo que digan las referencias provinciales al respecto. Fue público el lanzamiento del espacio variopinto que construyó junto al obeidista Osvaldo Miatello, Laura Weskamp del PRO y Agapito Blanco del PDP, entre otros. Como se ve está decidido a sumar detrás de su candidatura a intendente de Rosario.
Pero la gran duda del peronismo local sigue estando alrededor de los movimientos que pueda hacer María Eugenia Bielsa. Para muchos, en un escenario adecuado y haciendo las jugadas acertadas, la concejala podría transformarse en uno de los candidatos peronistas con más potencialidad. Pero es difícil de encasillar en las vertientes provinciales y construye juego propio en la ciudad. Su nombre volvió a aparecer en las especulaciones políticas cuando se conoció que el ex gobernador Jorge Obeid deslizó que si vuelve a ser candidato sería acompañado por alguien de Rosario "y si es mujer mejor".
Irán apareciendo lógicamente otros candidatos locales del peronismo, en un distrito que le ha sido esquivo en los últimos años y en el que no puede hallar un nombre que trepe en la consideración del difícil electorado rosarino.
Como se ve, el juego está muy abierto tanto en la provincia como en la ciudad y no sólo para el peronismo.
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