OPINIóN › PANORAMA POLíTICO
› Por Pablo Feldman
La semana que pasó estuvo signada por los escándalos en el parlamento nacional. En rigor nada grave, pero magnificado por los medios según sus intereses. Primero las supuestas "presiones" o intentos de soborno que denunciaron un trío de diputadas nacionales que están más para "los Angeles de Charlie" que para la tarea legislativa, con Elisa "ave fenix" Carrió -como ella misma se autoelogió- y con el apoyo de la amorosa Patricia Bulrich Luro Pueyrredon. Y en pleno tratamiento de los episodios el trompazo de la diputada Graciela Camaño a Carlos Kunkel. Las derivaciones del golpazo fueron diversas, desde el elogio holliwoodense de Lilita, pasando por las "encuestas" sobre si "se justificaba o no una reacción así", por parte de periodistas que no se aguantan ni un bife, hasta llegar al sensato repudio de la mayoría de la opinión pública, es decir la gente que está en su sano juicio. Todo este conventillo -que para algunos fue una catástrofe republicana- no es nada al lado de lo que representa dejar sin presupuesto al Poder Ejecutivo. Ese es el verdadero problema, no las novicias rebeldes, ni la tigresa Camaño. Y para colmo, el ejemplo cunde: En Santa Fe el kirchnerismo no le va a dar quórum al gobierno socialista en una suerte de aplicación de "ley del talión" que no rige en la provincia ni en el país.
Pero ni la presidenta ni el gobernador verán afectada considerablemente su gestión, al punto que los radicales -como siempre- tarde y mal, creyeron que era oportuno reabrir el asunto y tratar el presupuesto en la Cámara. Ya no sucederá, pero en Santa Fe todavía se está a tiempo, no para evitar "atentar contra el federalismo" como exageran los legisladores del socialismo que no quieren "atar el tratamiento del presupuesto nacional al de Santa Fe". Y en parte tienen razón, sólo que debieron convencerlo al senador Rubén Giustiniani que fue el "estratega" que adoctrinó a los diputados por Santa Fe para que no bajaran al recinto asumiendo la misma postura que el PRO, el Peronismo Federal y los Lilita boys, entre otros. Pero como se dijo más arriba ya es tarde. Y al parecer el "Chivo" sigue ese camino instruyendo a sus legisladores que paguen al gobierno provincial con la misma moneda. Un error, que se suma a otro error y que por tanto no corrige nada. Es probable, sin embargo, que los otros sectores del PJ provincial asuman la responsabilidad que les compete. Más aún, el presidente del partido, y precandidato a gobernador sostuvo que "en el Senado la responsabilidad es nuestra", advirtió Ricardo Spinozzi, que tendrá que discutir con el experto "Juanchi" Mercier, también precandidato y otros legisladores departamentales que naturalmente pretenderán obtener beneficios para sus comunidades. Y eso es la política, no un cursillo de catequesis, ni evocaciones supraterraneles, es la negociación y compatibilización de intereses muchas veces contradictorios. Esto es lo que no entienden los que están acostumbrados a "comprar y vender" en lugar de acordar. Sino que lo diga Felipe Solá que en pleno debate de la "Ley de medios" que el socialismo votó con el gobierno nacional, le dijo a la diputada Monica Fein "ustedes votan esto sin que les den nada a cambio...estan locos". La media sonrisa del reciclado Felipe denotaba el "gran negocio" que seguramente él hubiera hecho. Pero no fue así, y los cataclismos pronosticados por la diputada clarividente por el Chaco nunca sucedieron, ni al socialismo lo borraron de la prensa, o le hicieron la cruz a Binner. Nada de eso, en todo caso, el reconocimiento de importantes sectores de la sociedad que no adhieren al kirchnerismo y que no obstante consideran acertadas muchas de sus iniciativas como lo fue el adecentamiento del mapa de los medios. Es por eso que resulta difícil entender estas posiciones, tanto del socialismo a nivel nacional como del kirchnerismo en Santa Fe, si no se agrega el condimento de las próximas elecciones.
En el caso del Socialismo, la sobreactuación opositora de Giustiniani le cierra al candidato por las dos puntas: Por un lado queda como el adalid que le pone freno a las demasías del gobierno y por otro le tira un "durmiente" a Binner en Santa Fe. Lo que muchos allegados al gobernador se preguntan es por qué no instruyó él a sus diputados para que den quórum y en todo caso votaran en contra de la iniciativa oficial. Hay quienes sostienen que Binner no quiere "empiojar" la interna a la espera de que "Pechito" deje de blandir encuestas que lo dán como el preferido y se baje de la candidatura a gobernador que no se atreve a hacer pública, fiel a su estilo de penumbras hasta el último momento. Y como el "jefe" del partido -al menos en los papeles- es el Senador que "primereó", los diputados nacionales obedecireron debidamente.
A la hora del presupuesto en Santa Fe lógicamente no estará Giustiniani para "levantar el muerto" y la "reciprocidad" kirchnerista le dará margen a Binner para sentirse menos contrariado con lo que hicieron los diputados nacionales.
En el caso del PJ el "Chivo" también hizo la suya, los reutemistas o como se los quiera llamar harán otra cosa y la "chapa" de opositor a Binner quedará en su poder. Nadie sabe cuán útil puede ser, pero sí que cada vez es más difícil pensar en que el PJ marche unido a los comicios del año que viene.
Así como sostuvo que "no podemos gobernar con el presupuesto de Prat Gay" en alusión a los cambios que querrían introducir los opositores, Rossi debe saber que Binner no tiene porqué gobernar con el presupesto de "juanchi" Mercier.
Pero ni una cosa ni otra parece ser significativa. La mayor parte del tiempo se dedicó a atender la histeria de un puñado de legisladoras y mano larga de otra que como toda autocrítica ofreció "dar un paso al costado". No quedó claro si se refería a su renuncia o a ubicarse mejor para aplicarle un cross al mentón al provocador Kunkel.
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