OPINIóN › SIETE DíAS EN LA CIUDAD
El anuncio de la restatización de YPF puso una vez más al gobernador Bonfatti al lado de la presidenta. Pero esta vez también se sumó el crítico Binner a la postura oficial. Lo que espera la Casa Gris de la reforma tributaria y el tren del futuro para el gran Rosario.
› Por Leo Ricciardino
La coyuntura de esta semana en que la presidenta torció de cuajo la agenda política nacional al anunciar la restatización de Repsol-YPF a través de la compra del 51 por ciento de las acciones volvió a poner al lado de CFK al gobernador Antonio Bonfatti. Pero a diferencia de otras oportunidades (la última había sido el acto por Malvinas en Tierra del Fuego), esta cercanía no logró agrandar la brecha que se había insinuado entre el mandatario y Hermes Binner. El líder socialista, dedicado 24 por 24 a la construcción nacional del Frente Amplio Progresista (FAP), afinó esta vez la puntería y decidió dejar de lado los detalles de la estatización que más irritan a los opositores y sacó a relucir el pasado inmediato de la fuerza política que conduce y que pone al socialismo siempre del lado de la YPF estatal.
Binner y Bonfatti declararon en paralelo sobre el tema. Y hasta el senador Rubén Giustiniani recurrió al mismo argumento histórico que recordaba la oposición del socialismo a la privatización de 1992. Hasta el momento de cierre de esta columna, no se conocía opinión al respecto del senador Carlos Alberto Reutemann que acaba de cumplir los 70 este mismo mes. Hasta Menem habló, reconociendo que votaría a favor de la restatización aunque "me van a pegar con un caño", sentenció. Si algo no se le puede dejar de reconocer al riojano es que siempre le puso el cuerpo a sus decisiones, aún a las que quizás pudieron llevarlo tras las rejas.
La idea de Bonfatti de que las regalías de las provincias petroleras se repartan equitativamente también entre el resto de los estados como sucede con el producido de la soja; no deja de ser una utopía federal que está muy lejos de la realidad. Para muchos gobernadores de la OFEPHI (nucleamiento de provincias hidrocarburíferas), las regalías petroleras representan entre el 20 y el 30 por ciento de sus ingresos.
Esta semana, la gobernadora de Tierra del Fuego Fabiana Ríos --rosarina y amiga tanto de Bonfatti como de Binner-- aseguró de visita en la ciudad que la futura composición del directorio de la nueva YPF no debe discriminar entre provincias petroleras "de primera y otras de segunda". Está claro que el primer lote lo componen Santa Cruz, Chubut y Neuquén; mientras que en el segundo se encuentran Tierra del Fuego, Salta y Mendoza, entre otras. Si tal puja existe en el mismo seno de la OFEPHI, es difícil imaginar que ese producido pueda agregar al resto de las provincias argentinas al reparto.
Más recursos
Entre ochocientos y mil millones de pesos más. Ese es el cálculo del ministro de Economía Angel Sciara de lo que dejaría a Santa Fe, en un escenario optimista, la reforma tributaria que ya fue girada a la Legislatura provincial. Aún dentro de este cálculo alentador, la suba de la recaudación no alcanzaría para paliar el déficit operativo de la provincia. Y justo ahí es donde pone sus dudas la oposición. Una de las más duras en el tema es la diputada María Eugenia Bielsa que junto al diputado Roberto Mirabella, del sector que orienta Omar Perotti, ya acordaron una serie de pasos o requisitos a cumplir para contar con su voto sobre el tema. Primero el Ejecutivo debería responder cómo hará frente a sus deudas, segundo qué destinó dará a los incrementos del Inmobiliario Rural y Urbano e Ingresos Brutos, y tercero una muestra de austeridad mucho más profunda que la que se lanzó el mes pasado en materia de gastos de telefonía celular y viáticos para funcionarios.
En el marco de esta reforma no es que el senador Miguel Lifschitz no sepa que cobrarle Ingresos Brutos a las cerealeras exportadoras del cordón rosarino es una tarea titánica. Sucede que el ex intendente intentó marcar conceptualmente lo que debería ocurrir en la materia. Dreyfus, Cargill y las otras facturan millones por minuto y exportan por cantidades exhorbitantes. Pero su actividad no es considerada productiva y por eso tributan a nivel nacional por tasas de exportación. Sólo los municipios pueden cobrarles algo a través del Derecho de Registro e Inspección y ya interpusieron amparos en Villa Gobernador Gálvez donde pretenden aumentar de 100 a 400 mil pesos mensuales ese impuesto. Para la provincia, cero.
En los alrededores de Bonfatti buscaron y rebuscaron todos los resquicios legales para tratar de sacar agua de las piedras. Nada encontraron, la única actividad productiva que algunas cerealeras registran es la producción de biodiesel. Pero puntualmente esa producción está exenta por promoción del gobierno nacional, así que no cuenta. Habrá que seguir esperando pero la idea es que en algún momento puedan dejar algo más para la provincia desde la que operan cotidianamente.
Tren para todos
Esta fue también la semana en que la intendenta Mónica Fein tuvo la picardía política de dejar sobre el escritorio del secretario de Transporte de la Nación, Alejandro Ramos, el proyecto del tren metropolitano de Rosario. El funcionario, intendente de Granadero Baigorria con licencia, conoce desde hace años la iniciativa pero no contaba con el agregado que Lifschitz y Fein presentan ahora: Un tramo de ese tren debería ir soterrado. Es decir, un minisubterráneo rosarino en un recorrido que iría de Salta y avenida Francia, hasta La Siberia en el centro universitario. Sin duda la inversión, de esta manera, se hace mucho más onerosa.
Aprovechando que es santafesino, Ramos también vivió esta semana el "embate" del intendente de la capital de esta provincia. José Corral le fue a pedir que le habilite los trenes que ya compraron para que empiecen a circular por esa ciudad.
Con todos los inconvenientes del caso, y mediante la intervención de los fondos del Banco Mundial; algo va a prosperar. La posibilidad de contar con un tren de cercanías que una San Lorenzo con Baigorria, Rosario y Villa Gobernador Gálvez no es una ventaja comparativa menor para esta región que daría un gigantesco paso en su lento proceso de concretar un área metropolitana integrada, fundamentalmente en servicios.
Ahora que YPF está volviendo a manos del Estado no es descabellado imaginar que los trenes pueden ir regresando de a poco a algunas de sus viejas estaciones. Y que esas formaciones vuelvan a integrar regiones y a sembrar el progreso como lo hicieron a principios del siglo pasado. Esta ciudad que tanto le dio a los trenes de cargas que aún la atraviesan y a los de pasajeros que casi no existen más; podría volver a un servicio eficiente y de calidad que vincule a un área que sigue creciendo y que en pocos años podría llegar a superar el millón y medio de habitantes.
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