OPINIóN
› Por Por María Eugenia Schmuck*
Durante 2012, la ciudad incorporó a su agenda de trabajo el combate contra la trata de personas con fines de explotación sexual.
Avanzamos con la puesta en práctica de espacios institucionales de coordinación y planificación de políticas públicas como la Mesa Municipal de lucha contra la trata, iniciativa de la ex concejala Mariana Alonso.
Se profundizó la cooperación entre Provincia y Municipio en el combate contra la trata, a partir de un buen trabajo de la Dirección Provincial y el Instituto Municipal de la Mujer.
Generamos legislación local importante con la sanción de la ordenanza que crea el programa local de asistencia a víctimas, la institucionalización del 3 de abril -fecha en que secuestraron a Marita Verón- como el día local de lucha contra este flagelo y campañas de difusión de imágenes en lugares públicos de jóvenes desaparecidas con la leyenda "estas chicas pueden ser víctimas de trata, ayudanos a encontrarlas".
La visita de Susana Trimarco en julio del 2012, y el vínculo institucional que establecimos desde aquel momento con la Fundación que dirige, constituyeron también un punto destacado de esa agenda, puesto que contagió dinámica y voluntad de decisión en todos los poderes del Estado.
Como resultado de ese vínculo, la Fundación tendrá a partir de este año una sede en Rosario, a través de un convenio que propiciamos con la Universidad Nacional de Rosario.
Una ciudad que hablaba muy poco de unos de los delitos más extendidos en el mundo, asumió colectivamente el desafío de combatirlo. Pero todavía no hemos hecho ni todo lo posible, ni lo necesario.
Hay que profundizar las instancias de sensibilización y concientización, fundamentalmente con los jóvenes, sobre cómo operan las redes mafiosas vinculadas a la trata y los mecanismos de captación y secuestro.
Por otro lado, incentivar mayores niveles de articulación entre Municipio-Provincia-Nación. Un delito tan complejo como este requiere un abordaje coordinado. En igual sentido, trabajar el problema de la trata junto al del narcotráfico. Son dos de las economías delictivas más importantes del mundo que operan de manera conjunta y se reconocen en las mismas redes mafiosas.
También, hay que convertir la legislación aprobada durante 2012 en políticas públicas activas, propiciando la instalación de refugios que permitan asistir de manera integral y adecuada a las víctimas y promoviendo su reinserción en el mundo del trabajo.
Finalmente, creo que es el momento de avanzar con el cierre de cabarets y whiskerías. Si la Legislatura provincial no trata el proyecto que cuenta con media sanción en Diputados e implicaría el cierre de estos locales en todo el territorio provincial, debemos avanzar en Rosario, a partir de un proyecto que presenté el año pasado y que espera tratamiento en el Concejo. Con nombres eufemísticos, en realidad se encubre el ejercicio ilegal de la prostitución y la explotación ejercida por proxenetas. Los operativos realizados en Rosario y el país lo confirman. Además, combatir la trata implica terminar con la cosificación de la mujer. No es admisible que la normativa local incorpore la figura degradante de la "alternadora".
La lucha contra la trata requiere del compromiso de todos. Con un Estado activo que garantice políticas de prevención y erradicación del delito, rompiendo cadenas institucionales de soporte, las redes encuentran límites. Sin clientes, ni naturalización de la prostitución, la trata pierde sentido. En Rosario iniciamos el camino correcto, es tiempo de profundizarlo.
* Concejal. Autora del proyecto de ordenanza de cierre de cabarets y whiskerías en Rosario y del programa local de asistencia a víctimas de trata.
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