OPINIóN › SIETE DíAS EN LA CIUDAD
El congreso de los sembradores directos hizo pasar a parte de la dirigencia nacional por Rosario. Binner y Massa atentos al campo, y Reutemann desde Santa Fe jugando al juego que mejor juega. El misterio del armado provincial del Frente Renovador y el café de Barletta con Del Sel que puso nervioso a más de uno.
› Por Leo Ricciardino
La política empezó a moverse con ganas en Santa Fe en esta semana. La exagerada genuflexión hacia los referentes de la siembra directa reunidos en congreso en Rosario, hizo que desfilaran figuras de todo tipo y fuerza política por la ciudad. Todos, sin excepción, quieren borrar de un plumazo los resabios de aquella costosa batalla con el campo. Pero de ahí a poner tono gauchesco y perorar sobre las claves agrarias de un día para el otro, tampoco resulta demasiado creíble. En fin, nunca fue demasiado diferente.
Desde Hermes Binner con ayuda memorias varios apilados en tarjetitas que pasaba a la manera de los conferencistas norteamericanos, a la desfachatez de Sergio Massa que de tan distendido ya empalaga a sus interlocutores; todos dijeron presente a la hora de poner la semilla política en tierra fértil para pensar en una cosecha gruesa de votos y respaldos para el año que viene.
Con más slogans que ideas y sin escamotear guiños para el mercado productor, el desfile incluyó también al oficialismo nacional con la presencia del ex titular de Agricultura y Ganadería, el hoy precandidato presidencial Julián Domínguez. En rigor, de los pocos que entendía en serio de lo que se estaba hablando en el congreso citado.
La precandidatura de Domínguez ocupa un pequeño espacio más en el nutrido arco kirchnerista y pasa casi desapercibida para los grandes medios. Pero en Santa Fe tuvo un efecto catalizador que permitió ver juntos en varias oportunidades a dos de los dirigentes que mayores expectativas despiertan hacia el futuro: Omar Perotti y María Eugenia Bielsa. Nadie, ni ellos, saben muy bien qué es lo que podrían hacer juntos de cara al año próximo. Tampoco se sabe de qué manera podrían hacerlo, pero hay algo seguro y es que fotografiados uno al lado del otro logran romper la abulia y los aires de atomización eterna del peronismo provincial.
"La relación entre ellos es excelente y lo de Domínguez ayudó mucho. Los dos lo respetan y él a ellos también, los tiene en alta consideración. Eso los reunió a María Eugenia y Omar en un espacio impensado y que genera expectativas a nivel provincial. Aunque todos sabemos que será difícil amalgamar proyectos y candidaturas", confió a este periodista un estrecho colaborador del ex intendente de Rafaela y actual diputado nacional Perotti. Mientras no se hable de quién va dónde, todo transcurre sobre rieles y ese envión no será desaprovechado mientras dure.
Los acontecimientos de los últimos días quisieron también que se sumara un protagonista excluyente: Carlos Reutemann. Y lo hizo a su manera, como mejor sabe hacerlo, comprometiendo a otros con sus declaraciones y generando beneficios para sí. El hombre cuya principal virtud elogiada una y otra vez es la de ser "tiempista", no decepcionó a sus fans y por eso en el mismo momento en que Massa lo elogiaba en Rosario y aseguraba que se había jugado por él; en Santa Fe el senador nacional afirmaba que no había acompañado a Massa a Rosario porque privilegió "la unidad del peronismo provincial" y porque no era momento de dividir al PJ buscando alineamientos con candidaturas nacionales. Es decir, lo dejó al sonriente ex intendente de Tigre a mitad del camino y cuando éste ya se imaginaba sumando a ese actor de peso a su espacio. Lole lo hizo una vez más, y es lógico, nadie cambia demasiado una vez pasados los 70.
Pero el momento más complicado de Massa fue cuando le hicieron una pregunta simple, de esas que demuelen todos los slogans de campaña y traban la cinta de los cassettes puestos de antemano. "¿Quién es Massa en Santa Fe?", quiso saber el colega David Narciso para el diario El Ciudadano. El ex intendente de Tigre abrió los ojos más grandes que nunca y tardó unos segundos en rebobinar la cinta sin poder señalar a Reutemann, Oscar "Cachi" Martínez o Eduardo Buzzi. "Va a ser el que tenga capacidad para el cambio, el que ponga en el pasado las disputas de la Argentina y esté dispuesto a construir futuro", por fin se despachó ya con el cassette puesto en punta nuevamente. Es decir, nadie y todos pueden ser.
Con todo, el líder del Frente Renovador tuvo un párrafo aparte para el concejal radical Jorge Boasso. Lo elogió, dijo que había tenido varias charlas con él y que a pesar de sus orígenes distintos podía ver una agenda común. Aunque después puso en claro que el armado del massimo en la provincia y Rosario dependerá de las primarias abiertas y la boleta única. "Los candidatos los pone la gente, la gente le gana a las estructuras", dijo satisfecho por la frase construida.
El agite radical
Después de protagonizar la "Parada de Funes", donde la semana pasada una veintena de jefes comunales de la UCR le daban su respaldo para enfrentar a Miguel Lifschitz en una virtual interna dentro del Frente Progresista para designar al futuro candidato a gobernador del espacio; Mario Barletta puso nerviosos a todos al sentarse a tomar un café en pleno centro santafesino con Miguel Del Sel. El convite no pasó desapercibido para nadie y hasta allí llegaron periodistas y camarógrafos de todos los medios para registrar el momento. Los dos bromearon con las intenciones de trabajar juntos para que "Colón y Unión vuelvan pronto a la primera división", pero en rigor lo que hacía la foto era sacudir al fantasma de otra alianza nacional de la que mucho se habla: La de Mauricio Macri y Ernesto Sanz, una sociedad que la mayoría del radicalismo repudia pero que no termina de darse por vencida. En Santa Fe ese entente sería aún mucho más difícil, pero Barletta se entretiene poniendo nerviosos a los socialistas cada vez que puede.
Dicho sea de paso, el que no tuvo demasiado protagonismo en la pasarela de los sembradores directos esta semana, fue precisamente el senador Miguel Lifschitz. Es cierto que era difícil competir con conocidos dirigentes de peso nacional, pero si como todos repiten y aseguran será el candidato a gobernador del socialismo, muchos habrán esperado otra performance de su parte. Sobre todo en un marco en el que Binner tuvo gran cobertura y donde el gobernador Antonio Bonfatti también se sumó a los discursos del campo productivo en la inauguración de la muestra rural de Reconquista.
Con un ojo puesto en los radicales, el otro ojo socialista mira hacia adentro. La interna calienta motores y hay juego propio en un sector que más allá de su poderío se siente libre como nunca para presionar en busca de lo que cree merecer por pertenencia, historia y años de militancia. El senador nacional Rubén Giustiniani por ahora enseña la puntita de sus cartas pero no descubre el juego sobre el paño. Espera y anuncia que está dispuesto a pelear en todas las categorías. En silencio también, el presidente del Concejo Municipal, Miguel Zamarini, salió a la cancha con un periódico que difunde las actividades de su sector y con afiches séxtuples en puntos clave de la ciudad que sólo rezan "Zamarini por los barrios". Es apenas una muestra, pero todos empezaron a moverse.
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