OPINIóN › SIETE DíAS EN LA CIUDAD.
El Concejo de Rosario dio en las últimas sesiones señales de madurez y moderación política al ponerle límites al Ejecutivo pero permitiéndole tener herramientas para la gobernabilidad. La muñeca de Miguel Zamarini para no caerse del sillón presidencial. Las novedades que el peronismo y María Eugenia Bielsa prometen para esta semana.
› Por Leo Ricciardino
El Concejo Municipal de Rosario dio esta semana una señal de madurez política que siempre representa un soplo de aire fresco para estos cuerpos colegiados en los que, difícilmente, la gente vea un trabajo legislativo e institucional que pueda relacionarse directamente con el crecimiento y desarrollo de la ciudad. Pero es así, al menos en muchas de las oportunidades.
Desde que asumió, a la intendenta Mónica Fein le tocó gobernar en minoría y eso la obligó a redoblar esfuerzos para encontrar los consensos. Incluso su antecesor, Miguel Lifschitz que tuvo mayoría propia en el Palacio Vasallo tuvo que por lo menos, ensayar la mímica de los acuerdos, para dejar un poco menos disconformes a los opositores y muchas veces para alcanzar mayorías especiales o para cerrar votaciones unánimes para algún tema específico que lo requiriera. Eso es ni más ni menos que la política.
Y cuando esos consensos no se alcanzan, se encuentra una solución a medio camino o la solución posible. También de esto se trata la política. Sin el Concejo Municipal y sin su composición actual, los rosarinos estarían al borde de pagar un aumento de tasa municipal del 78,5 por ciento en lugar de afrontar en las próximas boletas un incremento del 29 por ciento. Sin el Concejo Municipal la tarifa del transporte urbano de pasajeros pasaría a costar antes de la navidad 5,68 pesos. Sin el Concejo Municipal y su actual composición política la tasa hubiese aumentado el año pasado un 33 por ciento en lugar de 19 por ciento, y se habría puesto en marcha un revalúo inmobiliario que hubiese ubicado a muchos asalariados rosarinos al borde de ingresar al oneroso pago de Bienes Personales. Sin el Concejo Municipal estarían perforando la plaza San Martín para una cochera subterránea en lugar de estar sólo embelleciéndola. Y muchos otros puntos en los que el Ejecutivo tuvo que entender que no podía avanzar, al menos por el momento.
Para aquellos que se preguntan por qué tiene tanta gravitación el Concejo Municipal en Rosario, la respuesta puede ser múltiple. Pero una no puede escaparse del primer razonamiento necesario: la ciudad misma es atípica en la Argentina. No hay provincia que tenga una urbe de estas dimensiones y no sea capital provincial. Por lo tanto, el Concejo Municipal de Rosario opera, para los vecinos y la prensa, como una verdadera legislatura. El Concejo de Rosario tiene la gravitación que tiene porque es el cuerpo deliberativo de una ciudad Estado. Que, obviamente ya debería contar con su autonomía.
Cuando la oposición se ve a sí misma con fuerza como para cogobernar verdaderamente, aparecen las responsabilidades. En ese camino, los concejales eligieron no dejar sin presupuesto 2015 a la intendenta y concederle un incremento de recursos que no sólo será del 19 por ciento sino que llegará al 40 por ciento al incorporar un aumento para los grandes contribuyentes del Derecho de Registro e Inspección (Drei). Y esta fue otra decisión trascendente de los concejales: Equilibrar las cargas y poner también una cuota de esfuerzo en aquellos a los que les fue y les va mejor que al resto de la sociedad.
Y muchas veces, los Ejecutivos también fomentan este sano juego de los equilibrios y las tensiones políticas. Seguramente Fein no hubiese solicitado un incremento del 78,5 por ciento en la TGI si hubiese tenido mayoría propia y hubiese considerado que se trataba sólo de un tramite el paso del expediente por el cuerpo legislativo. Pidió por encima para permitir que la oposición tenga también su espacio para hacer política. Pero esto debe entenderse bien, porque muchos creen o quieren hacer creer que la tasa y el boleto son temas técnicos. Es un error, porque son asuntos netamente políticos. A diferencia de lo que pregonan algunos economistas ortodoxos, el Estado no es una empresa ni una casa. El Estado el gran regulador de la política social.
Otro gesto de madurez política del Concejo fue la rapidez con la que determinó la continuidad de sus autoridades. Miguel Zamarini seguirá siendo el presidente del cuerpo y alcanza los diez años en ese puesto. Sabido es que el año pasado la intendenta impulsó a otro candidato. Pero en esta ocasión la intendenta no vota, ni lo hacen los ciudadanos. Los que sufragan y eligen son los pares. Los otros concejales que habrán mensurado con delicadeza la tarea de Zamarini en el principal sillón del Palacio Vasallo. Allí se llega por acuerdos y se mantiene en el lugar por múltiples consensos y acuerdos que debe ser la principal tarea de un presidente en un cuerpo legislativo. Y, se sabe, Zamarini hizo las cosas muy bien una vez más porque había muchas intenciones de sacarlo de su oficina de 1 de Mayo y Córdoba.
El pie llama
Esta dicen, será una semana de novedades para el peronismo provincial. Los rumores indican que la arquitecta María Eugenia Bielsa explicará públicamente qué rol jugará en los próximos comicios de 2015. El fin de semana el diputado Luis Rubeo la azuzó en un acto sin nombrarla: "Los que dicen tener una buena imagen y performance electoral que se lancen públicamente. No podemos seguir esperando especulaciones personales". Esta claro que Bielsa, declarada enemiga de Rubeo, si se lanza no lo hace por esta presión del presidente de la Cámara de Diputados, sino porque efectivamente ha llegado a la certeza de que debe seguir el camino de una candidatura.
El presidente del Partido Justicialista José Freyre, que representa fielmente la realidad actual de esa fuerza en la provincia, había convocado a un plenario para hoy en Luz y Fuerza en Rosario. Pero rápidamente comunicó que el cónclave se postergaba hasta el viernes. Lo cual puede significar sólo problemas organizativos o, más bien, que hacen falta unos días más para madurar cuestiones importantes.
Hablando de candidaturas, otro que se lanza oficialmente en un acto es el senador provincial Miguel Lifschitz. El 22 de este mes en ATE Santa Fe, el ingeniero dará el sí a la candidatura a gobernador. Por las dudas, ya dio un mensaje tranquilizador a sus colegas del Senado que tan bien se llevan con el actual mandatario Antonio Bonfatti. "Hacen un gran trabajo en su territorio y a pesar de pertenecer a fuerzas diferentes tenemos una gran sintonía que va a seguir así" en caso de que se le de la oportunidad de gobernar la provincia de Santa Fe. Les está diciendo "tranquilos muchachos, acá no hay intención de tirar a la nadie por la ventana. Háganse reelegir en sus territorios que los voy a necesitar para los acuerdos del futuro". Así también es la política.
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