OPINIóN › SIETE DíAS EN LA CIUDAD.
En esta semana dos precandidatos peronistas decidieron poner punto final a la esperada decisión de María Eugenia Bielsa sobre su postulación. Por eso Busatto y Cléri salieron a la cancha. En el peronismo también Perotti depende de una estrategia con o sin la arquitecta. La jugosa oferta del PRO a Boasso. Y, todos detrás de Bonfatti.
› Por Leo Ricciardino
El año político en Santa Fe termina mucho más movido de lo que se preveía. La semana pasada la decisión del gobernador Antonio Bonfatti de anunciar su candidatura a diputado provincial y en estos últimos días la impaciencia de algunos sectores del peronismo, cansados de esperar la decisión de María Eugenia Bielsa; marcaron la agenda electoral de una campaña que -a su manera- ya comenzó de cara a los comicios del año que empieza en unos días más. Como si fuera poco, el ofrecimiento del PRO para que Jorge Boasso sea el candidato a vicegobernador de Miguel Del Sel, terminó por profundizar el terremoto político que se avecina en Santa Fe. Y así será todo enero, teniendo en cuenta la fecha fija en la mente de partidos y postulantes (el tope para inscribir candidatos es el 12 de febrero) aunque muy lejos de los intereses de la mayoría del electorado que piensa más en sombrillas, arena y pileta que en otras cuestiones.
El diputado provincial Leandro Busatto y su par nacional Marcos Cléri, salieron a marcar claramente que para ese sector del peronismo la espera terminó. Ansiosos y obligados por los compromisos adquiridos con las corrientes kirchneristas que cada uno integra se lanzaron como precandidatos a gobernador en la primaria abierta de un partido que aún tiene límites inciertos.
Busatto como representante del rossismo y Cléri con el respaldo nacional de La Cámpora salieron a la cancha proponiéndose como los candidatos de la renovación política (ambos tienen menos de 40 años) y confiados en el piso que puedan llegar a tener como expresión clara del kirchnerismo en Santa Fe. No tienen otro libreto por delante y van en busca de ese electorado provincial que además de no ser muy nutrido, encima, se verá dividido por dos en esta alternativa. O en tres habría que decir teniendo en cuenta que nada indica que el secretario de Transporte de la Nación Alejandro Ramos no vaya a seguir adelante con su candidatura, más bien todo lo contrario.
Desde distintas posiciones ambos candidatos decidieron poner fin a la espera del pronunciamiento más esperado en el peronismo santafesino: La decisión María Eugenia Bielsa de postularse o no. La dirigente que más posibilidades electorales tiene frente a los otros candidatos y que sí puede extender su influencia en el votante peronista más allá de los límites kirchneristas e incluso en el electorado independiente; sigue en pausa política y exaspera a propios y extraños.
Lo único claro es que no se trata de una estrategia. Si bien puede especular con los tiempos porque sólo tardaría 24 horas para instalarse como candidata expectante en Santa Fe, la arquitecta no está dispuesta a ser en cualquier escenario y con cualquier condición. Hasta ahora nadie ha podido garantizarle lo que pide (ninguna extravagancia, sino exigencias políticas) ni en la provincia, ni desde una estrategia nacional. Pero aquí está la principal diferencia con algunos dirigentes del PJ provincial que insisten en que si ella sale a la cancha con decisión, esas exigencias se van a ir cumpliendo al menos en su mayor parte. No parece Bielsa una mujer amiga de las aventuras, todo lo contrario, su características es la de la racionalidad extrema y el control total de las situaciones para dar un paso tan trascendente. En ese entendimiento, muchos a esta altura sostienen que la arquitecta está más cerca de declinar cualquier posibilidad. Por supuesto, nadie puede estar totalmente seguro del renunciamiento hasta muy cerca de la fecha límite para inscribir candidatos.
La demora que impone la decisión de Bielsa afecta más que nada a otro candidato de peso en el peronismo como es Omar Perotti. Si bien ya se ha lanzado como candidato a gobernador por el peronismo y hasta tiene grandes afiches pegados en las principales ciudades; una cosa es participar con María Eugenia en la grilla y otra muy distinta es sin ella. Perotti depende en este sentido de saber qué lugar tendría él en una estrategia conjunta con Bielsa o de lo contrario saber si hay una estrategia nacional para él en caso de la que ex diputada provincial decida no participar.
En este panorama, la suerte del peronismo santafesino podría quedar atada a lo que obtengan tres candidatos kirchneristas netos como Busatto, Cléri y Ramos. Una estrategia que marca claramente el fracaso de la intención de unir al peronismo santafesino, teniendo en cuenta que ni el sector kirchnerista logró amalgamar propuestas. Una oferta electoral limitada que puede llevar al PJ a profundizar su caída en Santa Fe.
Miguel Lifschitz y el sector del Frente Progresista que representa deben estar tan preocupados como muchos peronistas ante este panorama. Un peronismo que no contenga votos va a seguir drenando voluntades hacia la alternativa del PRO que ya lucha cabeza a cabeza con la propuesta del oficialismo provincial.
Lo que puedan restarle a Del Sel los precandidatos del Frente Renovador (Eduardo Buzzi, Oscar "Cachi" Martínez, ¿Daniel Germano?), no parece alcanzar como garantía de división de votos de cara a los intereses del socialismo. Más aún si Mauricio Macri y Del Sel logran convencer a Jorge Boasso de que integre la fórmula. Más allá de la consideración personal que se haga del edil radical, es el más potente compañero de fórmula que podría conseguir el ex Midachi. No sólo tiene un altísimo grado de conocimiento en el sur provincial, sino que representaría una sociedad poderosa con un sector importante del radicalismo. Una fórmula que incluso tendría repercusión nacional.
Después de la de gobernador y vice, la pelea electoral más importante se dará en una categoría que hasta hace unos años pocos tenían en cuenta. La de diputados provinciales será una batalla de antología. Allí se barajan cabezas de lista como Bonfatti, Héctor Cavallero, Rubén Giustiniani, Luis Rubeo y posiblemente el periodista deportivo Miguel Tessandori en representación del PRO y otros conocidos que seguramente van a aparecer de aquí a febrero.
En ese escenario los analistas afirman que Bonfatti podría quedarse con la mayoría constitucional de 28 legisladores (la verdad, poco importa los que vayan detrás del actual gobernador incluidos los muchos radicales que se colarán en la nómina). El resto, los 22 diputados que quedan por distribuir -siempre teniendo en cuenta la actual situación- se repartirían entre el PRO, el peronismo y el Frente Renovador; lo que coloca al PJ provincial ante una posibilidad casi dramática después de haber arrasado en esa categoría con María Eugenia Bielsa en 2011 y obteniendo el único triunfo resonante de los últimos años.
Como se ve, será un enero movido en extremo para los candidatos provinciales y locales. Las vacaciones están suspendidas para ellos.
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