Lun 06.04.2015
rosario

OPINIóN › SIETE DíAS EN LA CIUDAD

Contra la polarización

El peronismo en crecimiento cree que ya participa de otro modo en la discusión provincial. Mientras Del Sel trata de seguir mudo, Lifschiz ha comenzado a hablar de producción y empleo para no dejarle terreno libre al otro binomio y para escaparle un poco a la monotemática agenda de inseguridad.

› Por Leo Ricciardino

No existe la polarización que muchos creen ver. Esa es una de las frases más mentadas en el entorno del candidato a gobernador del Frente Justicialista para la Victoria, Omar Perotti. "Ya no somos los terceros en discordia", susurran a su lado sus principales operadores políticos que muestran números de crecimiento como para el entusiasmo. Y añaden: "Después de las Paso, el socialismo va a empezar a tirarnos de todo porque nos van a ver demasiado cerca". En ninguna cuenta peronista Miguel Del Sel protagoniza ningún cabeza a cabeza con nadie.

Las encuestas nacionales del fin de semana también hacen lo suyo. Como la de Roberto Bacman, que asegura que el Frente para la Victoria es el partido más votado a nivel nacional con un 36 por ciento de intención de voto sin contar los blancos ni los indecisos. Esto da una performance de voto histórico del peronismo en Santa Fe que el binomio Perotti Ramos pretende conservar. Un piso que ronda alrededor de esa cifra que no es idéntico para el kirchnerismo puro, pero que sin duda lo compone. La fórmula del sector tiene el balance justo: un peronista claramente santafesino y enraizado con la tradición política provincial, y otro con un componente más kirchnerista, al punto de formar parte del gabinete ampliado de la presidenta, desde la Secretaría de Transporte de la Nación.

Perotti repite que Santa Fe "no vota delegados de la Nación" y es cierto, pero lógicamente no desdeña las múltiples acciones que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha encarado en este territorio. Desde el tren, pasando por el gasoducto del norte y por las centrales eléctricas de Timbúes y Sauce Viejo. Eso, junto con su experiencia como intendente de Rafaela (en la única gestión pública distinguida con un premio de calidad privado); le permite confrontar de lleno con la gestión socialista de Hermes Binner y Antonio Bonfatti, donde el punto más débil es el de la seguridad, pero también el esquema productivo.

Por eso desde, el FpV insisten en que la provincia "es una de las que menos ha crecido en los últimos años", y que también es la que "menos ha invertido en materia de infraestructura por cada peso del presupuesto provincial". El candidato peronista ha remarcado también últimamente que la última gestión de Jorge Obeid "llegó a construir más de 20 mil viviendas, cuando el socialismo con mucho más presupuesto ni siquiera se arrimó a esa cifra". Detallando también que el mayor movimiento en la construcción en la provincia lo ha generado un plan nacional como el Procrear.

El socialismo parece haber empezado a tomar nota de que ha cambiado la situación de un peronismo que tenía que hacerse fuerte sólo para esmerilar a Del Sel, y comenzó a dar pasos más concretos en otros terrenos mirando a la fórmula del Frente Justicialista para la Victoria con renovada perspectiva.

Por eso el candidato del Frente Progresista, Miguel Lifschitz, ha comenzado a hablar de producción y empleo sobre todo en el norte provincial, donde aún tiene un grado importante de desconocimiento. El ex intendente de Rosario se metió de lleno en un terreno en el que no se han metido ni siquiera los candidatos nacionales, a excepción del ministro de Defensa Agustín Rossi, que siempre destaca la cuestión: Lifschitz prometió crear 200 mil nuevos empleos en Santa Fe si llega a ser gobernador de la provincia. Es un dato clave, novedoso y que parece sacudir la modorra de una agenda de campaña excesivamente centrada en la inseguridad.

El candidato del FPCyS no sólo ha percibido la necesidad de escapar un poco a un tema que señala inquisitivamente a las dos gestiones socialistas en Santa Fe, sino también la necesidad de retomar un poco el ADN santafesino que es el de una provincia netamente productiva, donde el socialismo también tiene déficits varios y sobre el cual abundan a diario con anuncios, pericia y conocimiento, los candidatos del peronismo.

Este parece ser el único debate político en serio en la provincia de Santa Fe, frente a un candidato a gobernador que cuando no está callado para no meter la pata, es obligado a salir por las denuncias por discriminación y maltrato a las mujeres en sus chistes de mal gusto que, evidentemente, poco encajan en un contexto que no sea el del teatro de revistas. En esta tercera elección de su vida, Del Sel puede llegar a conocer de cerca el daño que quizás le inflinjan esas humoradas que lo han ayudado a salir de bretes severos en otros terrenos. Pero la política es otra cosa y también ha visto la caída de encumbrados candidatos de todos los partidos. En ese sentido, las Paso que se avecinan serán un indicador concreto acerca de la real situación de este particular candidato a gobernar la provincia.

Tal es la situación que muchos operadores del PRO creen que quizás ha llegado el momento de que Jorge Boasso, su compañero de fórmula, comience a esbozar algunos lineamientos que el binomio piensa para una posible gestión provincial.

Los candidatos en la provincia de Santa Fe ya tomaron nota de que marchan un tanto a ciegas hacia el interior de un proceso electoral complejo que tendrá su primer examen con las primarias del 19 de abril. Pero será un resultado parcial para saber dónde están parados en el caso de los postulantes que ni siquiera tienen internas. Para Lifschitz será saber además de su propio caudal cuanto puede arrimarle Mario Barletta para la definitiva del 14 de junio, ya que difícilmente puede el radical superarlo en esta instancia.

La otra interna provincial la animan dos precandidatos que llegan con mucha debilidad a la contienda. Tanto Eduardo Buzzi como Oscar "Cachi" Martínez aparecen muy por afuera de la discusión provincial. Tanto que hay muchos que están rogando que sostengan sus candidaturas a rajatabla para que la gente sepa "cuanto tiene realmente el que se creyó que de la mano del campo iba a tumbar a la presidenta, como el dirigente Martínez que sigue negociando con aquellos 50 mil votos que sacó en Santa Fe sorprendiendo a obeidistas y reutemistas pero que nunca volvió a revalidar", dicen sobre todo en el peronismo que es donde mejor conocen a estos postulantes para la gobernación de Santa Fe.

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