OPINIóN › PANORAMA POLITICO
› Por Pablo Feldman
Pasó una semana y Ricardo Spinozzi tan sólo apareció para criticar a Roberto Rosúa -y por ende a Jorge Obeid- pero no para perfilar su candidatura por el reutemismo. El exsecretario General del gobierno de Carlos Reutemann sostuvo que "Maradona erró otro penal" en relación a las declaraciones del Ministro de Gobierno Roberto Rosúa a quien su jefe suele halagar comparándolo con el gran Diego.
Lo cierto es que el Senador por el Departamento General López aprovechó la réplica a Rosúa para reflotar al grupo de 7 senadores que oportunamente se opusieron a la derogación de la promiscua ley de Lemas. Nadie seriamente pensó que podría haber cambios en el sistema electoral, por el contrario, la ridiculez de la especie sirvió para motorizar alineamientos de cara a la interna.
Jorge Obeid recibió en su despacho a Rafael Bielsa, y si bien de la boca para afuera "todos" son sus candidatos, es indisimulable que el preferido del Gobernador es Bielsa. Pero no sólo por una cuestión de afinidad que ni siquiera está probada sino como un modo de diferenciarse de Carlos Reutemann que fiel a su estilo de no asomar la cabeza, no colocará sus fichas sobre el excanciller. El Lole sigue hablando periódicamente con los ocupantes de los despachos más importantes de la Casa Rosada, y hacia allí marchó hace unos días Omar Perotti para reunirse con Carlos Zannini, el Secretario Legal y Técnico y "pingüino" de la primera hora. El "Chino" es después de Cristina el dirigente de mayor proximidad al Jefe de Estado, tanto como Julio de Vido o Alberto Fernández. "Perotti es, de los tres candidatos, el más parecido al Lole, es el más reutemista", dijo el hombre que revisa todo lo que Kirchner firma. Semejante aval no obedece a los méritos del rafaelino, sino al vínculo que el Lole mantiene con la Rosada.
Perotti no es el candidato de Reutemann, tanto como Bielsa no es el de Obeid. En este contexto, Agustín Rossi sigue recorriendo la provincia concitando apoyos a su figura más que acuerdos con jefes políticos. El "Chivo" tiene un palenque en la Jefatura de Gabinete, y como es un "soldado K" no hará ni dirá nada en contra de una estrategia que se definirá en Buenos Aires. Por ahora, sigue bregando para que haya internas, sabe que si no las hay, es más difícil que termine siendo el candidato. Pero aún así, Rossi a diferencia de Bielsa seguiría trabajando en Santa Fe. Muchos dirigentes del PJ que leen las encuestas que Bielsa dice no le interesan están pensando en el "día después". Con mayor preocupación si ese día es el siguiente a una derrota, desconocida para el PJ en elecciones provinciales desde la recuperación de la democracia.
Desde el "rossismo" se preguntan: ¿Bielsa se va a quedar en Santa Fe si pierde, o se va a Capital Federal o a una embajada? El cuestionamiento tiene asidero, hace menos de dos años Bielsa fue electo diputado por la Capital Federal, y hace menos todavía quiso ser Embajador en París. Rossi seguiría siendo diputado por Santa Fe, y Perotti no se moverá de Rafaela. Si bien a la hora de medir "intención de voto" ese elemento no aparece en las respuestas, a la hora de "tejer" en el territorio eso también gravita.
En esa inteligencia no es descabellado un entendimiento entre Rossi y Perotti, que en principio parte de la vocación de ambos porque haya una interna. Aún cuando los dos saben que el anhelo presidencial es evitar cualquier circunstancia que pudiera debilitar al futuro candidato. Esa fórmula resulta viable en el laboratorio, pero en el "campo" no parece tener el mismo efecto: No hay un candidato que reúna las voluntades de llegar al consenso. O en todo caso el que hay no quiere serlo: Carlos Reutemann.
Ni Rossi ni Perotti dirán que esperan que el Lole "cumpla su palabra" como dijo Bielsa -que más tarde se dio cuenta de su error-. Los dos "juegan dentro del área" y se allanarían a la "buena nueva" que sería para el PJ santafesino que el expiloto de fórmula uno revisara su decisión nunca hecha pública por boca propia. Tanto el Jefe de Bloque de Diputados como el Intendente de Rafaela tienen sus vidas políticas en Santa Fe y en el peronismo. No parece ser la situación del excanciller y para ello basta ver su actuación en los últimos 20 años.
Esta situación podría pesar a la hora de definir el nombre del candidato si es que no consiguen que Lole cambie de opinión. Se sabe que una cosa es Reutemann en campaña cuando juega su suerte, y otra diferente cuando no está en la boleta. Pero aún así, es difícil que en la Casa Rosada desestimen la opinión del Senador a la hora de determinar el candidato.
Falta mucho tiempo, pero cada vez menos, y a medida que transcurren los días cual si fuera un concurso por eliminación el más mínimo error puede dejar sin chances a los candidatos. En el caso de Bielsa intenta recuperarse del que cometió cuando "toreó" al Lole, Rossi hace equilibrio entre su rol de primera espada parlamentaria -que defiende hasta lo indefendible- y su perfil de candidato, y Perotti que lidia con su alto grado de desconocimiento entre el electorado y algún paso en falso visitando algún despacho en Buenos Aires que podría irritar a Reutemann.
Como se ve un alto grado de efervescencia que podría llevar a cometer alguno de esos errores que marcan el final de juego. Sobre todo porque a diferencia de las últimas cuatro elecciones provinciales, esta vez sin Ley de Lemas, se va hacer cuesta arriba aquello de que "el que gana conduce y el que pierde acompaña".
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