La crisis que vive la Universidad Nacional de Rosario es institucional, académica y política. Es la expresión más acabada de lo que ocurre cuando las hegemonías se construyen desde los partidos, utilizando a las instituciones como coto de caza. Como en la mayoría de las instituciones del país, tiene su raíz en la inexistencia de profundos y verdaderos debates de ideas acerca de cuál es el rol que debe cumplir la Universidad, de cuáles son los paradigmas desde donde ordenar, organizar y construir los conocimientos científicos.

El acuerdo entre socialistas y radicales (que votaron y reeligieron la fórmula Suárez﷓Gimbatti en la UNR), se rompió. Soberbias de unos y otros. Ambos grupos partidarios son igualmente responsables del abandono inocultable de los principios reformistas a expensas de apetencias pragmáticas coyunturales.

Falleció el rector Suárez, pero los funcionarios socialistas siguen teniendo sus cargos en Rectorado, y Decanos como el de Ingeniería, parecen olvidar que al ingeniero Gimbatti lo votó él (dos veces), que durante los 7 últimos años no se convocaron las Asambleas que el Estatuto establece, que él es y fue parte de una gestión que enjuició a estudiantes y docentes por pensar diferente, que sostuvo la limitación del acceso de los estudiantes y docentes a las sesiones de las últimas Asambleas Universitarias y que apoyó el examen de ingreso en la carrera de Medicina.

En la democracia cada uno debe hacerse cargo de a quien vota, y aceptar los frutos de esas elecciones. No pretendan pasar por inocentes los que aún siguen siendo parte del gobierno de la UNR. Que socialistas y radicales no puedan dirimir sus diferencias internas para las próximas elecciones y arrastren a la UNR en esa disputa mezquina de cargos dirigenciales como repartiéndose una "torta", es lo que hace visible la agonía que vive nuestra Universidad en los últimos años. ¡Y es lo que la sociedad toda debe repudiar!

El destino de nuestra Universidad no debe estar inexorablemente atado a un juego tan mezquino. Nosotros, los sectores independientes de la UNR, lejos de fortalecer este juego, vamos a propulsar un diálogo abierto, ajenos a los sectarismos partidarios, entendiendo que la "cantidad" traerá de la mano "calidad".

* Presidente de la Federación Universitaria de Rosario