OPINIóN
› Por José Ernesto Schulman *
Digámoslo de entrada, también la impunidad tiene memoria histórica y los represores, valores morales como la solidaridad y la coherencia. La Cámara Nacional de Casación Federal ha ejecutado el miércoles 21 de marzo su propio acto de homenaje a los perpetradores del Genocidio que puede pensarse también como una clara señal solidaria hacia los miembros del Poder Judicial afectados por denuncias de complicidad activa con el Terrorismo de Estado.
Hubo, allá lejos y hace tiempo, un Centro Clandestino de Detención en la ciudad de Santa Fe, en la esquina de Tucumán y Bv. Zavalla, justo donde funcionaba la seccional Cuarta de la Policía Provincial (a la vuelta de donde nací y viví hasta el '76, aunque eso importe poco a los lectores).
No era nada extraordinario. Igual que los otros quinientos allí se torturaba a compañeros secuestrados por los Grupos de Tarea y se vivía (bueno, es un decir) en condiciones tan subhumanas como en los CCD más famosos: encapuchados, hambreados, aterrorizados, sucios. El trato "normal que se reservaba para los subversivos".
Acaso la única nota particular era que allí actuaba un secretario judicial que al cabo de los años llegó a Juez Federal, un comisario que llegó a Jefe Comunal de Rincón y un torturador que escribió un libro reivindicatorio. Pero, con mucha lucha y consecuencia, al final logramos que el ex juez Víctor Brusa, el Jefe Comunal Mario Facino, el torturador escritor Eduardo "Curro Ramos" y otros cinco genocidas fueran procesados y encarcelados por el juez Rodríguez (que es el que reemplazó a Brusa cuando éste fuera destituido en el 2000) que procuraba llevarlos a juicio oral.
Pues bien, la Cámara, en homenaje a Videla y Astiz, lo ha separado de la causa, confirmando una jugada de la Cámara de Rosario que pulverizó la acusación de asociación ilícita (un camino jurídico para señalar el Plan de Exterminio y el Genocidio) y castigó severamente al juez que se atrevió a ir contra el verdadero, digo contra el Juez Torturador Brusa a quien se viene a rescatar desde la Justicia. Una vez más, y van....
Si el secuestro de López ha sido leído como la respuesta al fallo Rosanzky de Genocidio y una advertencia a todos los que queremos Justicia, ¿no es transparente el mensaje de la Cámara acerca de los sueños de juzgar a quienes desde la Justicia colaboraron con el Genocidio? A pesar de todo, sigo pensando que la memoria es más larga que la traición y que nuestros actos de homenaje a las víctimas del Terrorismo de Estado (todas las víctimas, digo, el pueblo todo) serán más trascendentes que los actos de los defensores de la impunidad. Y es que la nuestra es la coherencia de la ética y la de ellos la complicidad de los victimarios.
* Querellante en la causa Brusa. Secretario nacional de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre.
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