ECONOMíA › ANDRéS ASIAIN, ECONOMISTA, DOCENTE DE CRECIMIENTO ECONóMICO E INTEGRANTE DE LA CáTEDRA NACIONAL DE ECONOMíA ARTURO JAURETCHE.
Estuvo en Rosario para disertar en la facultad de Ciencias Económicas y exponer lo que viene haciendo en los últimos tiempos: Hacerles entender a los ahorristas que salen corriendo a comprar el dólar blue a altos precios que están solventando las pérdidas de aquellos que apostaron al dólar en años anteriores y ahora quieren recuperar su dinero.
› Por Sonia Tessa
El economista Andrés Asiain, docente de Crecimiento Económico e integrante de la Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche, está empeñado en hacerles entender a los ahorristas que salen corriendo a comprar el dólar blue a altos precios que están solventando las pérdidas de aquellos que apostaron al dólar en años anteriores y ahora quieren recuperar su dinero. Como hubiera hecho el propio Jauretche, está dispuesto a usar su conocimiento para desmontar algunas zonceras que circulan en relación al dólar, su rentabilidad, y la situación del sistema financiero argentino. Para eso, difundió un estudio realizado en conjunto con su colega, y compañero de cátedra, Estanislao Malic, que tomó el comportamiento de tres inversiones desde 2003 hasta ahora: según ese análisis, el que apostó al dólar, realmente perdió. Ese estudio tuvo amplia difusión en los medios nacionales y llevó a la agrupación FUP, de la facultad de Ciencias Económicas, que integra el partido Encuentro por la Democracia y la Equidad, a invitarlo para brindar una mirada distinta a la predominante. Ese estudio mostró que en la comparación, el que puso 10 mil pesos en bonos obtuvo en 9 años 43 mil pesos, mientras el que apostó a un plazo fijo en pesos (considerado una inversión de menor riesgo), obtuvo 21.300 pesos. El más perjudicado fue quien compró dólares, que sólo obtuvo 13.000 pesos con aquellos iniciales. Incluso, si puede colocarlos en el mercado ilegal, en "un precio que casi ningún particular consigue, de seis pesos", apenas llega a 17.000, siempre menos que las otras dos inversiones.
En ese contexto, Asiain lanza un alerta sobre las opiniones interesadas que vienen generando zozobra en un sector de la población. "Atrás de las versiones, más allá de los intereses de la oposición, puede haber intereses más concretos de sectores que fugaron capitales, compraron dólares en 2007, 2008 y 2009, que no les está rindiendo nada, un 4 o 6 por ciento anual, cuando en el mercado financiero lo pueden colocar a un 30 o un 40 en créditos al consumo. Entonces, lo recuperan a costa del ahorrista. La devaluación que no se dio en la economía real la hacen a modo de devaluación paralela al ahorrista. Le venden el dólar caro y pagan la diferencia", explica con claridad por qué no conviene salir corriendo a comprar dólares en el mercado llamado blue.
-¿Cómo surgió este trabajo comparativo sobre la rentabilidad del dólar en relación con otras inversiones?
-Nosotros hicimos ese informe a raíz de la coyuntura que estábamos viendo de una campaña de rumores, de incertidumbre, que había muchos ahorristas medios que estaban pagando cualquier barbaridad por los dólares en cuevas cambiarias y lo que nosotros estábamos viendo es que los estaban limpiando. Entraban ahí, los sacudían y les sacaban los ahorros. Y esto es más allá de las cuestiones de la economía real, porque otra cosa que demostramos es que las reservas más o menos vienen rondando los 48 o 47 millones de 2008 a la fecha. Es decir que con todo el contexto de crisis internacional las reservas se han venido manteniendo. En ese sentido, uno ve que el gobierno nacional tiene un poder de fuego para controlar el mercado de cambio. Más aun después de las restricciones, tiene la posibilidad de controlar el dólar oficial y reasegurar el sector externo de la economía.
-¿Estas medidas resultaron eficaces?
-Fueron eficaces, y sobre esa eficacia se montan algunos a aprovecharse del ahorrista. Desde que se impusieron las restricciones, el Banco Central pasó de perder reservas a acumular reservas, los cinco meses previos a las restricciones se habían perdido 5000 millones de dólares, pasó a acumular 5.600 millones de dólares. O sea, recuperó y ganó, y compra y venta con fines acumulativos, lo que se suele llamar la fuga de dólares, pasó de 3000 millones mensuales a 400 después de las restricciones, o sea bajó un 80 por ciento.
-Al mismo tiempo, se retiraron depósitos en dólares por 4.000 millones...
-Sí, pero no afecta la situación del sistema financiero, en ese sentido no es para nada como en los años 90, que todos los plazos fijos eran en dólares. Acá es una minoría, el 85 por ciento de los plazos fijos eran en pesos y ahora, con la salida de depósitos, es aún menor el porcentaje. Esto no afecta al sistema financiero y no hay riesgo de que los pesifiquen compulsivamente, que sería una política para poner loco a un sector, pero no tendría sentido. No es sustancial, no hace a la diferencia del sistema financiera. Es más, esos dólares están depositados y quietos en el Banco Central. O sea que el riesgo cambiario del sistema financiero es muy bajo. Lo mismo con la deuda externa. La deuda en dólares en mano de particulares es mínima. El sistema financiero no tiene la inestabilidad cambiaria que tenía en los años 90. -¿Qué efecto tendrá el anuncio realizado por la Presidenta el martes pasado del Plan Procrear para la construcción de viviendas?
-Hacia donde apunta, el sector que eligió para desarrollar y el contexto en el que se aplica es muy positivo porque por un lado, la construcción es un sector de más mano de obra intensiva de la economía, y proveniente en general de sectores de bajos ingresos por lo tanto ese mayor empleo en la construcción repercute sobre todo en las economías más humildes, en los barrios más humildes de las distintas ciudades, por lo tanto tiene un multiplicador en términos sociales muy importantes, aparte es un sector utiliza muy pocos insumos importados y los insumos que utiliza son de fácil sustitución", entendió el economista, quien agregó: "Por lo tanto, no derrama hacia el dólar, sino al contrario derrama en reactivar muchas economías vinculadas a la industria de la construcción, tiene efectos multiplicadores muy fuertes. Y el tercer punto clave es que apunta a la resolución de un problema social como es el acceso a la vivienda, tanto desde el punto de vista de las repercusiones del empleo, económicas, cambiarias, como desde el punto de vista en términos concretos de valor de uso, que apunta a la construcción de viviendas para el acceso a un techo propio, entonces me parece que desde todos los puntos de vista que se lo mire realmente es estratégico, en un contexto donde la crisis internacional empieza a hacerse sentir, especialmente en algunos sectores industriales como la industria automotriz, pero empieza a expandirse si no se toman este tipo de medidas.
-Una de las críticas que se le hace es que se trata de fondos de los jubilados.
-Me gustaría destacar que las jubilaciones en Argentina no se pagan con esos fondos, sino que en un 50 por ciento se pagan con recaudación impositiva, o sea, el presupuesto público y por otra parte con los aportes de la gente que está trabajando. En ese sentido, este sistema no es como el de capitalización, que uno hace una inversión y después va a cobrar lo que aportó, sino que cada generación cobra a partir de los aportes de la actual generación y del presupuesto público. Estos fondos del Ansés no ponen en riesgo para nada la sustentabilidad del sistema de jubilaciones.
-¿Qué respondés al cuestionamiento de que este plan licúa los fondos de Ansés porque es una inversión de baja rentabilidad?
-Uno podría decir que hay que ver qué se estaba haciendo con esos fondos y compararlo con esto, porque muchos de esos fondos están depositados en plazos fijos en los bancos, en pesos. Con lo que los bancos se fondean con dinero del Ansés al 10 o 12 por ciento y los prestan al consumo al 30 o 40 por ciento y entonces, en parte, eso engordaba la rentabilidad de los bancos. Entre las opciones de ahorro que existen en la Argentina y de inversión financiera, este mecanismo tal vez paga lo mismo que un plazo fijo o un poco menos, pero repercute en la economía en la creación de empleo y pensá que ese empleo que se crea, formal, engrosa los ingresos de Ansés a partir de los aportes tanto de los trabajadores como patronal. En cambio, una recesión con pérdida del empleo significa un perjuicio mucho mayor para Ansés- concluyó.
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