UNIVERSIDAD › CARLOS CRUCELLA, INTEGRANTE DEL CONSEJO DE INVESTIGACIONES DE LA UNR
El investigador precisó que entre 2003 y 2007 tuvo lugar "una creación de oportunidades laborales genuinas", a partir de la evolución de la demanda de mano de obra de la región. Analizó la evolución de la economía argentina.
› Por Silvana Distefano*
Una investigación de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) estudia la situación ocupacional en los últimos años en Rosario y la región. El objetivo de la investigacióm es el de analizar las condiciones de la ocupación de las personas, si consiguen o buscan trabajo o si están desocupados. "Durante el tercer trimestre de 2003 las condiciones del mercado laboral del Gran Rosario mostraban un cuadro de notable deterioro", indicó Carlos Crucella, investigador del Consejo de Investigaciones de la UNR (CIUNR) y docente de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales. La situación, según consideró el investigador, comenzó a revertirse unos meses más tarde a partir de la creación de oportunidades laborales genuinas de la mano de la "evolución de la demanda de mano de obra de la región, que permitió que una de cada cuatro ocupaciones netas generadas en ese período correspondiera a trabajadores que consiguieron insertarse en el aparato productivo, dejando de depender de la asistencia". Sin embargo, Crucella advirtió que debe mejorar la situación de los empleados en negro, ya que todavía hay un 35 por ciento de trabajadores en esa situación.
Crucella ingreso al CIUNR hace ya más de 20 años y se abocó a investigar el mercado laboral en Argentina y en el Gran Rosario. A través de los años, sumó a sus estudios trabajos como el análisis de la realidad del Gran Rosario comparativamente con otros aglomerados. "En 1989 analicé distintos aglomerados de Argentina para ver si los vaivenes de la economía influían de manera distinta de acuerdo al tamaño y localización. Es decir, ver cómo se ajustaba la situación ocupacional, si aumenta el empleo o el desempleo", sostuvo Crucella.
El investigador recordó que trabajar en esas épocas era "más difícil que ahora" ya que la información era escasa y las computadoras recién asomaban en los lugares de trabajo. "El hecho de que en ese momento no había computadoras complicaba las cosas. La información no venía en formato digital sino en papel y por este motivo los datos había que chequearlos varias veces para lograr resultados precisos", agregó.
Sobre la evolución del mercado laboral en Argentina, Crucella reconoció cambios a lo largo de estos últimos años, que se evidencian desde 1975 cuando el entonces ministro de Economía, Celestino Rodrigo, dispuso un ajuste que duplicó los precios y provocó una crisis en el gobierno de Isabel Perón, más conocido como Rodrigazo. "Hasta ese momento la economía de nuestro país tuvo un desempeño muy bueno, eso se reflejaba en las muy bajas tasas de desocupación y el salario que cumplía la función económica y social que tenía que cumplir: permitía que la gente viviera. Durante los gobiernos militares había una concepción pro empresario, pero con una idea de que había que seguir creciendo, de que el crecimiento implicaba mejoras en los niveles de empleo, calidad y salarios", detalló Crucella.
"Después del Rodrigazo viene el golpe de estado y el panorama cambia -continuó el investigador-. El país experimenta un estancamiento de su actividad económica y un deterioro de la situación laboral y las condiciones de vida de los habitantes de la región. Hay una ruptura del patrón de desarrollo existente hasta esa fecha".
Crucella analizó también los años de gobierno de los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández. "Durante el tercer trimestre de 2003 las condiciones del mercado laboral del Gran Rosario mostraban un cuadro de notable deterioro. Según el INDEC, en un informe del 2004, una de cada cinco personas que buscaban trabajo no lo conseguían, en tanto más del 6 por ciento de los ocupados habían accedido a esa condición exclusivamente a través de la percepción de un plan temporario de empleo sin el cual hubiesen pasado a engrosar el universo de los desocupados, elevando la tasa correspondiente por encima del 24 por ciento".
El investigador precisó que entre 2003 y 2007 tuvo lugar "una creación de oportunidades laborales genuinas, en el sentido de que la misma no respondió a la acción directa del Estado a través de planes de empleo transitorio sino a la evolución de la demanda de mano de obra de la región, que permitió que una de cada cuatro ocupaciones netas generadas en ese período correspondiera a trabajadores que consiguieron insertarse en el aparato productivo, dejando de depender de la asistencia que a comienzos del período obtenían a través de este plan".
Según Crucella, "del 2007 al 2011, si bien el empleo continuó aumentando, lo hizo en concordancia con la desaceleración del ritmo de crecimiento económico en una magnitud significativamente menor, acumulando entre los extremos del período un incremento del
5,1 por ciento. A pesar de ello, el volumen de nuevas oportunidades laborales resultó suficiente para ocupar a la totalidad de los ingresantes al mercado de trabajo a la vez que dio lugar a que un número de desempleados se integraran al circuito productivo, lo que se tradujo en una nueva disminución de la tasa de desocupación".
Para el investigador, "Argentina está haciendo bien las tareas que son importantes, preservar los niveles de empleo en una situación de recesión internacional donde la Unión Europea está en recesión y Estados Unidos no define su situación".
El investigador resaltó que no se destruyeron puestos de trabajos por la implementación de ciertas políticas como la Asignación Universal por Hijo, el Programa Crédito Argentino que va a generar empleo y la protección en términos de importación beneficia a la producción y el empleo nacional. "Se están haciendo todos los esfuerzos posibles para que esta crisis no impacte en el mercado de trabajo", consideró.
De todos modos, el investigador advirtió que "va a ser difícil mantener el crecimiento por la retracción internacional, pero tenemos un marco de conexión regional a través del Mercosur y de Unasur. Y también dependemos de Brasil. En la Argentina han mejorado significativamente los salarios, tiene un alto nivel de cobertura previsional, pero debe mejorar la situación de los empleados en negro, ya que todavía hay un 35 por ciento de los asalariados en esa situación. La economía argentina está en condiciones de tener una evolución considerable".
* Dirección de Comunicación de la Ciencia de la UNR
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