UNIVERSIDAD › INVESTIGADORES DEL CONICET ROSARIO ESTUDIAN METALES DE ANTES DE LA CONQUISTA
El Laboratorio de Microscopía Electrónica del Centro Científico Tecnológico, usa microscopios de barrido para averiguar cómo se hicieron objetos de la cultura Tumaco-La Tolita, con platino, plata y oro, sin hornos para fundirlos.
› Por Vanesa Bomben*
¿Cómo un pueblo precolombino logró trabajar el platino - un metal que funde a 1768ºC- aleado con plata y oro para producir joyas y ornamentos? "Si hubiesen tenido hornos y bombas de vacío, las piezas se hubiesen podido hacer con facilidad, pero no hay registros de hornos metalúrgicos en la zona. La metalurgia del platino surge en Europa recién en el siglo XVIII", responde Martina Avalos, miembro del Laboratorio de Microscopía Electrónica del Centro Científico Tecnológico del CONICET Rosario, investigadora del Instituto de Física Rosario (IFIR) y docente de Física Experimental en la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Sin embargo, las pruebas están: elementos ornamentales que pertenecieron a la cultura Tumaco La Tolita que habitó entre el año 600 antes de Cristo y 500 después de Cristo sobre la costa del Pacífico en el norte de Ecuador y el sur de Colombia. El grupo del Laboratorio conformado por Martina Avalos, Vanina Tartalini, Pablo Risso y Raúl Bolmaro, también docente de la UNR, colaboró con Nora Bustamante y Jairo Escobar de la Universidad de los Andes de Bogotá para intentar comprender cómo se pudieron fabricar las piezas con platino sin contar con altas temperaturas.
Los objetos ornamentales de la cultura Tumaco La Tolita presentan diferentes geometrías, colores, brillos y acabados que fueron obtenidos mediante la variación de la composición de la aleación --que podía combinar cobre, plata, platino y oro- y de los métodos empleados para fabricarlos. Los diferentes colores servían para distinguir jerarquías: el color del sol se conseguía mayormente con oro y era para uso del cacique, el color de la plata asociado a la luna era para su esposa, y los tonos dorados intermedios para los sumos sacerdotes.
Avalos señala que una de las principales dificultades para saber cuál fue el método de producción de los ornamentos es que no se conoce el contexto arqueológico específico en que fueron encontrados. "En un momento el Banco de Colombia comenzó comprar estas piezas de manos de particulares y con ellas armó lo que hoy se conoce como el Museo del Oro, pero muchas veces la gente que tenía las piezas ni siquiera sabía de qué lugar provenían", cuenta la investigadora.
Para empezar a responder el enigma, el grupo utilizó un microscopio electrónico de barrido. A través de este instrumento es posible observar la composición química de la muestra y la estructura cristalina de la aleación. Estos datos sirven para saber qué técnica utilizó el artesano para trabajar la pieza. "Se puede ver si fue martillada, laminada o si sólo fue tratada con temperatura. Todos estos procesos van dejando huellas en el material y se pueden hacer hipótesis sobre cómo se fabricó el objeto", detalla Avalos.
Los investigadores centraron su estudio en dos piezas: una nariguera en forma de herradura y un adorno plano circular. Sobre el método de producción del primer elemento, hecho de plata y oro con partículas de hierro platino, Avalos explica que "el punto de fusión del oro plata es mucho más bajo que el del platino con el que se mezclaba, por lo que, sometido el conjunto a temperatura, se fundían los dos primeros metales, infiltrándose entre las partículas de hierro platino y luego se resolidificaban conformando una sola pieza". Para el ornamento plano, el artesano utilizó una técnica diferente, aunque los metales que lo componen son los mismos. "Trabajó por golpe y por calentamiento combinados, pero a temperaturas más bajas que con la otra pieza, esto se refleja en la textura que se aprecia a nivel microscópico", afirma Avalos. Para observar la textura del material los investigadores llevaron a cabo un estudio de orientación de los cristales que lo componen "cuando se golpea o lamina un metal todos los cristales se organizan siguiendo un determinado patrón, entonces al ver su distribución es posible inferir con qué proceso de deformación está asociado".
Según concluye el grupo de investigación en una ponencia presentada en el Congreso Internacional de Metalurgia y Materiales, las metodologías de fabricación inferidas a partir de los estudios microscópicos están avaladas por dos hechos históricos. El primero, lo constituye la existencia de yacimientos de hierro platino, muchas veces en forma de polvos dispersos, en las regiones donde se desarrolló la cultura Tumaco La Tolita. El platino naturalmente aleado con hierro mejora sus propiedades de difusión en caliente, aún antes de alcanzar su temperatura de fusión. El segundo hecho es que la tecnología de las aleaciones de oro y plata con fines ornamentales y religiosos se encontraba desarrollada tempranamente en América y las partículas de platino finamente divididas podrían haberse incorporado fácilmente en ese proceso.
"Todos estos estudios se encuadran en lo que se conoce como arqueometría, que es el uso de técnicas como la microscopía para entender y cuantificar aspectos que tienen que ver con la arqueología", define Avalos, y agrega: "Uno de los desafíos de este tipo de estudios es que se busca intervenir las piezas lo menos posible y por ello se debe trabajar en el microscopio con muestras muy pequeñas que demandan técnicas de preparación no convencionales".
*Comunicación Institucional, Centro Científico Tecnológico CONICET Rosario.
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