CIUDAD
La ciudad fue sede del Encuentro Nacional de Mujeres Jueces de
Argentina. Cómo mejorar los servicios de justicia y la relación con los medios de comunicación, fueron algunos de los puntos que se abordaron.
› Por Paula Kearney
Entre el 23 y el 25 de agosto, se realizó en Rosario el XIV Encuentro Nacional de Mujeres Jueces de Argentina, en el que se debatió sobre el acceso a la justicia, la relación de ésta con los medios de comunicación, y la violencia doméstica e institucional, con el objetivo de elaborar propuestas que mejoren los servicios de justicia.
"En este tipo de eventos lo que hacemos es darle la oportunidad al que tiene una experiencia novedosa de venir a transmitirla y que se transforme en una propuesta para que cada vez que estemos ante situaciones análogas podamos utilizar esa experiencia y replicarla en diferentes ámbitos", explicó la jueza del Tribunal del Trabajo Nº4 de La Matanza, Leticia Viviana Maggiolo y ejemplificó: "Hay una experiencia muy interesante que hicieron unas fiscales de instrucción de Córdoba, donde trabajan directamente en el campo, estableciendo el reconocimiento de diferentes intensidades y matices dentro de las situaciones de violencia familiar, y la no indispensable judicialización de todos los casos, sino más bien ir a una conducta asistencial y correctiva, no solamente condenatoria. O sea, ir buscando formas diferentes de resolver un conflicto, sobre todo teniendo en cuenta la modificación de la conducta, la asistencia a la víctima, el beneficio social que esperamos de nuestra actividad, no solamente la condena".
En relación a la violencia, la jueza federal en lo criminal de instrucción, Mirta López González, señaló que "en principio se habló de la violencia en general, pero en algunos puntos nos centramos en la violencia hacia el género femenino". A lo que Maggiolo agregó: "La violencia en sí es universal, pero hay algunas violencias que son típicas contra la mujer, por ejemplo el llamado 'techo de cristal': hasta determinados lugares llegamos las mujeres, ahí hay un techo, decimos 'de cristal' porque no se ve, pero no podemos pasarlo, porque el poder está sustentado históricamente en los hombres y se reservan a ellos los puestos de mayor decisión y de mayor poder".
Respecto de la búsqueda de sistemas que descompriman la justicia, Elena Highton de Nolasco, vicepresidenta de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, reconoció que "hay demasiados juicios, demasiados casos para los tribunales que existen, y hay que buscar otros métodos creativos para resolver los conflictos", aunque aclaró que "una cosa es acelerar los expedientes y otra cosa es cómo y quién resuelve los conflictos, porque si se pretende que absolutamente todos los conflictos que tiene una persona los resuelva un juez porque nadie se hace cargo de resolver nada, entonces evidentemente siempre vamos a estar tapados y va a haber cada vez más demora".
En este sentido, consideró que "es importante que la gente aprenda también a resolver sus conflictos y que no todo vaya a papá o mamá juez para que lo resuelvan". Según la magistrada, esto "se logra cambiando la cultura del litigio por una cultura de la conciliación, por una cultura de hacerse responsable de los propios casos, y a través -eventualmente- de terceros neutrales que colaboren con esto como conciliadores, mediadores, facilitadores, que no necesariamente tiene que ser el juez. El juez debería ser el último recurso. Es lo mismo que cuando tengo una enfermedad, no voy directo al quirófano, trato de ver primero si me sirve un medicamento, y si no encuentro, como último recurso voy al quirófano. El ir a juicio es como una cirugía mayor, y esto es lo que hay que cambiar".
En la misma línea, González López consideró que "es una cuestión contradictoria, porque acá se dijo que el 82% de la población no cree en la justicia, y sin embargo cada vez se recurre más a la justicia".
Entre las propuestas surgidas del Encuentro, destacó "la idea de llegar a mediación, así como la utilización de otros métodos, como la carta compromiso con el ciudadano, donde se establecen pautas de acuerdo con el ciudadano en determinadas cuestiones relacionadas con el servicio de justicia. También se habló de Casas de Justicia, que por ejemplo hay una en Tierra del Fuego, que no se pueden implementar en una gran ciudad, pero sí en pequeños pueblos adonde no hay tribunales. Otro tema es la importancia de la capacitación para los operadores judiciales, tratar de ampliar la comunicación entre los operadores y el destinatario de la norma".
Y hablando de comunicación, "una de las cosas que se propuso es cambiar también este concepto instalado de que el juez habla por las sentencias -agregó Maggiolo-, que también el juez comience a tener un mensaje más entendible, que se dirija a los ciudadanos para que puedan entender las resoluciones y el por qué de las resoluciones, el establecer convenios respetuosos y responsables con los medios de comunicación para que los jueces podamos transmitir con claridad nuestras resoluciones, pero que los medios puedan también esperar el tiempo de las resoluciones y hacer una transmisión responsable y respetuosa de la noticia".
En este sentido, marcó "la necesidad de información en la ciudadanía como forma de reestablecimiento y de fortalecimiento de las instituciones", y señaló la importancia de que "el ciudadano comprenda que una resolución judicial ajustada a derecho es lo que debe necesitar el ciudadano como expectativa de la labor judicial, aunque a veces no cumpla la expectativa de su deseo de cómo hubiera querido que termine ese conflicto. Hay que fortalecer la institución desde el esclarecimiento al ciudadano de que nuestra tarea es sacar una sentencia conforme a las leyes vigentes, no a lo que el pueblo espera que nosotros resolvamos, y tratar de disminuir la presión mediática o de los ciudadanos para que las resoluciones judiciales se acerquen a su expectativa. A tal caso, que la legislación sea acorde a la expectativa popular, porque nuestros legisladores son nuestros representantes".
Por último, González López aseguró que "lo importante de este encuentro fue también hacer una autocrítica hacia adentro de los lugares que nosotras ocupamos desde el Poder Judicial. Consideramos que tiene que haber un cambio de paradigma, una modificación de un modelo tradicional que normalmente es sostenido por los hombres", y sugirió: "Las mujeres pareciera que somos más creativas y entonces podemos decir: este modelo tradicional impide en muchas oportunidades el acceso a la justicia de la gente más vulnerable, o de la gente en general".
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