La justicia penal ubicó dentro de la figura de usurpación la ocupación que los trabajadores del Lavadero Virasoro hicieron del frente de la firma ubicada en Ovidio Lagos 4650 y ordenó a través de un oficio al jefe de la policía de la Unidad Regional II que proceda "con mesura" para permitir el ingreso de los trabajadores que quisieran hacerlo. Mientras tanto los integrantes de la comisión gremial interna, 11 trabajadores y un total de 60 despedidos aguardan su reincorporación a la planta y recordaron que la Justicia laboral ya ordenó la reinstalación en sus puestos de trabajo de dos delegados pero el titular de la empresa, Jorge Guidetti, no lo aceptó.

El juez de Instrucción Nº 7 Eduardo Suárez Romero consideró que hay usurpación en la actitud adoptada por los trabajadores del lavadero Virasoro -artículo 183 inciso 1º del Código Penal- que habla de quien con violencia, amenaza u otras medidas interfiera en la posesión de un inmueble e impida el derecho al trabajo será desalojado.

De todas maneras el juez Suárez Romero libró un oficio al jefe de Policía de la Unidad Regional II para que se constituya frente a la sede de Ovidio Lagos 4650 a los fines de garantizar el ingreso y egreso de las personas que quieran trabajar "y se deberá proceder con la mayor mesura pero al mismo tiempo identificando a las personas que utilicen la violencia o la intimidación para con quienes quieren trabajar" señaló el abogado del personal en huelga, Jorge Elizondo.

Elizondo recordó también que los trabajadores nunca habían utilizado la violencia ni impedido a otros el ingreso y además señaló su temor a que pudiera repetirse una jornada como la de la madrugada del 10 de julio cuando la intención de poner una empalizada como camino hizo que se produjeran situaciones de enfrentamiento y represión hacia los trabajadores. En esa oportunidad fue el juez Juan José Pazos quien libró el oficio y la policía llegó con palos, gases y balas de goma, según describieron en esa oportunidad.

La semana pasada personal de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) había hecho una constatación acerca de si había o no obstáculos para ingresar a la fábrica ubicada frente a Ovidio Lagos 4650. También Elizondo señaló que hasta ahora la prueba es que al titular de la empresa Jorge Guidetti "no le interesa que la gente trabaje ya que no reincorporó a ninguno de los despedidos y tampoco los llamó para conversar, sólo lo hizo con aquellos que le son fieles y que no se sumaron a ningún conflicto".

En el marco de la comisión interna integrada por 11 trabajadores que están despedidos se recordó además que la Justicia laboral a través del juzgado Nº 9 a cargo de Gustavo Burgio ordenó la reinstalación en sus puestos de trabajo de dos representantes gremiales -Rubén Benítez y José Aguirre- quienes se presentaron en el domicilio de Virasoro 3750 pero a quienes de todos modos no se les permitió el ingreso. Al mismo juez se le pidió que haga extensiva la medida al resto de los delegados y además se interpuso un amparo por la reincorporación del resto de los trabajadores no integrantes de la comisión interna.

"Esto se encaró como una batalla, como una guerra -dijo Elizondo- en la que el señor Guidetti pretende entrar triunfante como un comandante de ejército con sus tropas leales, llámese rompehuelgas o barras bravas de un club de fútbol. De esa forma es absolutamente inaceptable para los trabajadores que están en huelga y que en ningún momento impidieron que ingresen otros trabajadores a cumplir su trabajo, de la misma manera en que en este momento en la otra planta, de calle Virasoro 3750, se está en actividad y que se podría estar haciéndolo en la de Lagos 4650 con todos los trabajadores y no con los que selecciona Guidetti".

Elizondo también recordó que el 2, 3 y 4 de agosto pasado Guidetti organizaba un grupo de gente, algunos encargados de la fábrica que sumados a la presencia del secretario de la Unión de Trabajadores Tintoreros, Sombreros y de Lavaderos, Enrique Veiga, también habían contratado barras brava de un club de fútbol y trabajadores que "supuestamente" no acuerdan con la medida de fuerza.