CIUDAD › DEBATE ABIERTO POR LA LLAMADA LEY BORGONOVO QUE REDUJO EL NUMERO DE CONCEJALES
Esta semana, el presidente del Concejo se despachó contra la ley que perjudicó a las minorías políticas. Carlos Comi (ARI), Alberto Cortés (PSA), Osvaldo Miatello (FV) y María Elena Molina (PO) rescatan el gesto de Zamarini y sostienen distintas alternativas institucionales para que la ciudad tenga más concejales.
› Por Alicia Simeoni
La que parecía una discusión impensable hace seis años atrás cuando amplios sectores sociales reclamaban por el "que se vayan todos" se produce ahora cuando además hay algún margen para mirar la calidad y la profundización de la democracia. En ese sentido resonaron las palabras del presidente del Concejo Municipal de Rosario, Miguel Zamarini, cuando se expidió por la composición pluralista del cuerpo y explicó sus profundas críticas a la ley 12.065 conocida con el apellido de quien fue su autor, Esteban Borgonovo, que redujo el número de concejales en las ciudades de Rosario y de Santa Fe a costa de la pérdida de representación de las minorías. El cuestionamiento a la que desde diciembre de 2002 se conoce como la ley Borgonovo fue hecho en general por las expresiones políticas más pequeñas, que señalaron que era un argumento para sostener la estructura bipartidista compuesta por el justicialismo y el radicalismo. Sin embargo desde ese momento algunas voces integrantes del PJ o el radicalismo expresaron críticas por la anulación de la representación minoritaria. Hoy se renueva en otras opiniones, la del ex edil del socialismo auténtico Alberto Cortés -quien justamente no pudo renovar su mandato en el 2005- y se explayó como para echar por tierra todos los argumentos que se utilizaron en defensa de la norma: "Si se quería atender al pedido social en cuanto a que la actividad política insumiera menos recursos, se podría haber fijado la dieta en un valor que no superara el que el legislador percibía antes de ser electo para ocupar la banca".
Una de las opiniones que durante años se escuchó como cuestionamiento a la ley 12.065 es la del ahora ex concejal (2001-2005) por el Partido Socialista Auténtico. "Aquella fue una maniobra oportunista hecha al calor de un reclamo popular como era el que 'se vayan todos" y que en la indignación con que la mayoría de la sociedad se expresaba respecto de los políticos se confundía, a veces, con la reducción del número de representantes", dijo Cortés.
Pero a su juicio lo que hizo la ley operó de manera "directamente opuesta" al que se pregonaba que sería su logro. "Lo que hizo fue consolidar el poder de los partidos tradicionales ligados a los sectores económicos que les pagan las campañas como se ha comprobado en estos últimos años en los que quedaron en los cuerpos casi únicamente representantes de esos sectores tradicionales, los mismos que supuestamente la gente quería que se vaya en el 2002", dijo el socialista auténtico en referencia a la Alianza y el PJ. "En cambio -siguió- desaparecieron las posiciones alternativas". Cortés recordó que en ese momento desde el PSA se planteó la necesidad de generar "una cantidad de mecanismos de democracia directa y control popular". De ahí que señaló que en su gestión propuso la puesta en marcha del presupuesto participativo "cuando nadie lo hacía". Para Cortés aunque el presupuesto participativo esté "en gran medida manipulado por el oficialismo" debe tenderse a que los vecinos opinen sobre el ciento por ciento del mismo presupuesto.
El dirigente del PSA marcó que si el objetivo hubiera sido reducir el gasto se podría haber encarado "por el lado de la disminución de las dietas" y propuso como ejemplo que "nadie ganara mas de lo que ganaba en su actividad anterior y la eliminación de una cantidad de gastos superfluos que se hacen no sólo en el Concejo sino en el Ejecutivo.
El concejal del Frente para la Victoria y vicepresidente primero del Concejo Municipal Osvaldo Miatello hizo un planteo distinto del de Cortés. Para quien fue secretario de Promoción Comunitaria del gobierno de Jorge Obeid, deben ser los rosarinos quienes decidan cuántos concejales necesita la ciudad y cómo elegirlos: "No es un problema que deba ser resuelto en una oficina de Santa Fe, esta es una ciudad de
1 millón de habitantes con mucho empuje para decidir por sí misma la manera en que quiere elegir sus concejales". El concejal del FV también sostuvo que una parte de los integrantes del cuerpo deben ser elegidos por los distritos municipales y que la discusión no debe pasar por si son 22 integrantes o menos.
--¿Pero no cree que la reducción del número de concejales significó un perjuicio en la pluralidad de la integración en detrimento de las minorías?
--Sí, creo que fue una consecuencia no deseada en el marco de una realidad que no es la de hoy. Hay que reveer la aplicación de esa ley, pero que no lo haga un funcionario de turno en Santa Fe. El replanteo tenemos que hacerlo los rosarinos y decidir nuestro número de concejales. Es cierto que para eso es la ciudad debe ser autónoma pero no es necesaria la reforma constitucional, porque con que se modifique la ley de municipios y comunas podemos hacerlo.
--¿La ley pretendió beneficiar la estructura bipartidista y a una suerte de alternancia en logros entre el justicialismo y el radicalismo?
--No, creo que esa ley respondió a lo que ocurría en la sociedad donde muchos querían una disminución de los costos que generaba la actividad política. La conocida como 'ley Borgonovo' intentó dar respuesta a la inquietud de la sociedad en ese momento, pero ya no tiene más sentido porque la realidad es otra.
Bastante tiempo atrás el presidente del bloque de concejales del Frente para la Victoria, Arturo Gandolla, había planteado que la ley Borgonovo, trajo como consecuencia negativa la desaparición de la representación de las minorías.
Carlos Comi ocupa una banca por el ARI y no dudó en afirmar que la ley 12.065 fue hecha a medida de los grandes aparatos partidarios. Por eso explicó que es muy difícil obtener representación: "En el 2005 obtuvimos casi 55.000 votos que es mucho, nos constituimos en la tercera fuerza y sin embargo sólo pudimos ingresar con un concejal". El ejemplo que puso Comi se reafirmó en las últimas elecciones por lo que compartió por completo el punto de vista que el presidente del Concejo hizo público esta semana cuando explicó que nunca estuvo de cuerdo con la ley que "perjudicó a las minorías que no tienen representación cuando hay victorias electorales muy fuertes, como tuvo el socialismo". Zamarini se expidió por el "respeto a las minorías" y valoró la defensa de la "composición plural del Concejo".
Comi calificó de "valientes" las expresiones de Zamarini y dio su apoyo también al planteo en cuanto a que existen proyectos que aprueba el cuerpo en relación con las demandas de los barrios y que el Ejecutivo nunca lleva a cabo "por eso los vecinos los siguen pidiendo".
También María Elena Molina, integrante de la conducción de la Asociación del Magisterio de Santa Fe, seccional Rosario, quien fue candidata a concejal por el Partido Obrero sostuvo que lo que intentó y logró esa ley fue "restringir la participación de los sectores más chicos y a los que más les cuesta llegar al Concejo. Por otra parte estos sectores son los que más reflejan las voces de los carenciados, las expresiones por las luchas salariales y toman las denuncias por los grandes males sociales, la niñez en riesgo, la desprotección de quienes viven y trabajan en la calle". Para Molina, lo único que hizo la ley del ex ministro Borgonovo fue "servir a los intereses que se repiten una y otra vez en el Concejo y que a la vez repiten la misma fórmula para problemas a los que no les dan solución".
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