Acorralado políticamente, complicado judicialmente y víctima de sus propios errores, Daniel Peressotti dejó ayer de ser concejal de la ciudad. Horas antes de que el Concejo tratara el dictamen en su contra anticipado en exclusiva por este diario, que aconsejaba iniciarle juicio político para analizar su destitución por los procesamientos que pesaban en su contra, el ahora ex edil justicialista amenazó vía telefónica y por mensaje de texto a uno de los integrantes de la Comisión investigadora, Arturo Gandolla, lo que selló su destino. Faltando aún 50 días para que venciera la licencia sin goce de sueldo que había solicitado por "razones personales", el empresario farmacéutico presentó su renuncia indeclinable al comprobar que no tenía respaldo en ninguna de las bancadas. Tras contemplar rechazarla, finalmente el cuerpo aceptó su salida. La ex presidenta del Palacio Vasallo, Luisa Donni lo reemplazará a partir de la próxima semana.

En la sesión de ayer, el titular del Concejo, Miguel Zamarini iba a comunicar formalmente a los concejales las conclusiones de la Comisión conformada a principios de febrero para analizar la conducta de Peressotti a raíz de las denuncias efectuadas en la Justicia por sus empleadas tras el robo a una de sus sucursales. El dictamen recomendaba el inicio de un juicio político para eventualmente destituirlo y fue anticipado en exclusiva el martes por Rosario/12.

Enterado por este diario, Peressotti abandonó su ostracismo y decidió embestir contra uno de los integrantes de la Comisión: su otrora compañero de bancada justicialista Arturo Gandolla, curiosamente su único interlocutor en el Concejo. A través de cuatro mensajes de texto y dos mensajes de voz, el farmacéutico amenazó al presidente del bloque kirchnerista. "Me vas a pedir perdón de rodillas", decía uno de los mensajes según pudo reconstruir este diario. "Ya vas a ver lo que te va a pasar, el lunes te cae el embargo", señaló en otro. Además aseguró que los dos procesamientos que le había dictado la Justicia -una del fuero federal por la venta sin recetas de psicofármacos y otra del ámbito correccional provincial por las amenazas a sus empleadas- habían sido revocados por la Cámara de Apelaciones. No era cierto.

"Todos los mensajes fueron en un tono muy injurioso, intimidatorio y repleto de insultos", precisó Gandolla quien se negó a dar mayores detalles. Con los mensajes grabados en su celular, el edil del PJ fue a la reunión de Labor Parlamentaria a la que concurren los presidentes de todos los bloques y comunicó la novedad. Como en los mensajes Peressotti también aludía a los ediles Daniela León (UCR) y Aldo Gómez (PS) -ambos integrantes de la Comisión- e incluso al vicepresidente del cuerpo, Osvaldo Miatello, se decidió acudir a la Fiscalía en turno para hacer la denuncia correspondiente en los Tribunales.

Gandolla llevó los mensajes desgrabados, constatados por una escribana. Luego, la división Criminalística de la policía rosarina intervino el teléfono celular del concejal para avanzar en la investigación.

Al constatar el revuelo generado por sus llamadas y los SMS, Peressotti ingresó por mesa de entradas su renuncia indeclinable por "razones personales". Inicialmente lo hizo con fecha 8 de mayo -día en el que expiraba su licencia- pero después la modificó. Sin embargo negó enfáticamente el tenor de los mensajes que se le atribuyeron y que fueron escuchados por los concejales.

"Los motivos (de la dimisión) son muchísimos, pero para resumir hago un mea culpa, me equivoqué. Quería cambiar muchas cosas y no lo logré; tal vez no tuve la capacidad de entender los términos que se manejaban (en el Concejo)", explicó el ahora ex edil mientras retiraba sus pertenencias de su despacho y descolgaba sus cuadros, entre ellos uno de Juan Perón. "Nunca me callé, siempre dije lo que pensaba", agregó, intentando explicar las razones de su caída.

Con la renuncia de Peressotti ya presentada, las diferentes bancadas empezaron a analizar la postura a adoptar. Hubo mociones tendientes a rechazarla, para avanzar en el juicio político. "Se priorizó terminar esta novela que daña además la credibilidad del Concejo y aceptar la renuncia, ante la posibilidad incluso de destituirlo y que después la Justicia decida reincorporarlo", confió un concejal a este diario.

A media tarde, por unanimidad, el Concejo Municipal le aceptó la renuncia a Daniel Peressotti, poniéndole fin a su convulsionado y polémico paso por el cuerpo legislativo de la ciudad, cuando todavía le quedaban casi dos años de mandato como edil.