La decisión del Ejecutivo de incrementar el valor de las multas de tránsito generó el enérgico rechazo de un variado arco opositor, que hizo fila (y no precisamente doble) para pegarle al proyecto de Lifschitz. La síntesis argumental esgrimida por concejales, tacheros, colectiveros y automovilistas particulares fue que la Municipalidad persigue, como primer objetivo, un afán recaudatorio. El segundo lugar en el reclamo lo ocupa la poca presencia de los inspectores en la calle, contribuyendo a que se cometan más infracciones. Y finalmente, para todos aquellos que opinaron del tema, la educación vial es sin lugar a dudas el tercer punto a tener en cuenta si lo que se pretende es tener un tránsito ordenado, educado y respetuoso de las normas, como lo han conseguido algunas ciudades del primer mundo. De todas maneras, la realidad demuestra que es un tema complicado de debatir. Si los pocos especialistas que pueden ser consultados, resaltan que uno de los problemas es ﷓casualmente﷓ que faltan especialistas; y mientras el parque automotor aumenta sostenidamente, la solución está tan embotellada como cualquier esquina del microcentro rosarino en una hora pico. Infraestructura, transporte público eficiente y educación vial son los puntos básicos a resolver si se pretende atacar el tema desde varios frentes; al menos, esto es lo que se desprende de las consultas que Rosario/12 les realizó a Gustavo Badosa, vicepresidente del Sistema Integrado de Accidentes de Tránsito (SIDEAT) y secretario del Consejo de Administración de Sancor, y a José Adjiman; ex director del Instituto del Transporte, y docente de la facultad de Ingeniería de la UNR, para entender cómo se puede mejorar la problemática.

"Resolver el problema del tránsito es una materia pendiente que tiene la sociedad, y estamos todos comprometidos. Cualquier acción que pretenda encarrilar un poquito la seguridad vial es plausible", dijo Badosa cuando este diario le preguntó qué opinaba sobre la batería de medidas que piensa implementar la Municipalidad para ordenar el tránsito. Adjiman cree que hay que aplicar "severidad en las multas, como ocurre en otras ciudades del mundo; porque si la sanción es insignificante es probable que las infracciones se vuelvan a cometer".

Sobre las críticas que le efectuaron al proyecto, por considerar que persigue solamente un afán recaudatorio, el especialista señaló que si bien hay cosas que no comparte, "de todas maneras está comprobado que no hay posibilidades de mejorar el tránsito si no hay fuertes sanciones. Nosotros trajimos a Rosario al jefe de Seguridad Vial de España, y él dijo claramente que la sanción, aunque no nos guste y caiga antipático, es necesaria porque si no, no hay manera de encarrilarlo".

Para Adjiman, sancionar a los infractores sigue siendo la manera de evitar futuros accidentes. El ex secretario de Servicios Públicos de la Municipalidad puso como ejemplo la "eficiencia de los controles de alcoholemia que hicieron descender notablemente los índices de accidentes de tránsito".

Uno de los inconvenientes que se presentan a la hora de realizar un análisis del tema es la supuesta facilidad para sacar la licencia de conducir. "Es mucho más fácil que en Europa, pero el carné por puntos va a ser un paso adelante. Dentro de lo light que es sacar un registro de conductor en Argentina, Rosario tiene un registro de conductor bastante interesante. De todas maneras hay que hacer un registro único, donde tengamos una base de datos real", precisó Badosa. En la misma sintonía, Adjiman entiende que el carné por puntos "será un paso importante para resolver esta cuestión"; aunque entiende que habría que tener "algunas consideraciones con las personas que están ocho o diez horas manejando un auto por cuestiones laborales".

Para el vicepresidente del SIDEAT, "no tenemos que inventar nada, en el mundo está todo resuelto; tenemos que copiar los buenos ejemplos, pero hacerlo significa hacer grandes inversiones. Si tendríamos un sistema de transporte público de excelencia no necesitaríamos ir a trabajar en auto y entonces el tránsito seguramente se descongestionaría". Adjiman adhiere a este concepto, destacando además que "la ciudad fue diseñada en manzanas, pensando en la movilidad que se utilizaba en la época. Y eso es algo a tener en cuenta a la hora de analizar los inconvenientes que genera el tránsito actual, con automovilistas que tienen que frenar cada 120 metros".

Según Badossa, el tema de la educación es fundamental. En este sentido, el especialista señaló que "hay una recepción importantísima en la sociedad. Estamos haciendo una campaña donde todas las semanas vamos a un colegio y proyectamos un video de 25 minutos y Gerónimo Bonavera, de la ONG Conciencia Vial, les da una charla a los chicos de 5to año de la secundaria. Los pibes se enganchan y preguntan; pero seamos realistas, nosotros nunca les hemos dado herramientas".

Todo lo contrario sucede con otros temas que hacen la concientización de un problema. Según Badosa, "se ha trabajado mucho mejor en medio ambiente que en seguridad vial. Mis hijos hoy tienen una conciencia ambiental que yo no tenía a esa edad, pero en tránsito no pudimos hacer lo mismo. Educación vial debería estar incluida en los planes de estudios".

En relación al panorama futuro, el secretario del Consejo de Administración de Sancor indicó que "no es alentador porque se vuelcan a la calle en el país por año 500 mil autos. Es un problema que será exponencial, aunque no es difícil resolverlo. Hay que trabajar sobre cuatro o cinco puntos. Nos hace falta infreaestructura, un servicio de transporte público distinto, pero la realidad es que en todos los lugares del mundo el transporte es caro". Mientras que Adjiman, a la hora de las comparaciones, sostuvo que "a pesar de las quejas de los rosarinos, estamos mejor que en otras ciudades".