"No vamos a militarizar la ciudad". Esta fue a respuesta que ayer brindo el ministro de Seguridad, Daniel Cuenca, luego de ser consultado sobre los dichos del tesorero del Sindicato de Peones de Taxis Ricardo Vidal quien adelantó que pedirán que las calles de Rosario "sean vigiladas por la Gendarmería nacional". Y aseguró que "los corredores seguros se han ampliado y que funcionan". El pedido se hizo en una jornada cargada de hipótesis sobre los dos últimos episodios que involucraron a taxistas: el primero de los hechos fue el crimen de Hugo Prada, el conductor que fue hallado sin vida en Oroño al 3500 con un disparo en el pecho, y sobre el que no hay pistas firmes. El otro hecho ocurrió en la madrugada de ayer y tuvo como supuesta víctima a un taxista que ya denunció hechos de robo anteriores, y cuyos antecedentes fueron generosamente distribuidos por la propia policía.

"Las políticas de seguridad son para todas las personas, no solo para los taxistas. Y mi preocupación es darle seguridad a todos los habitantes, más allá que por la tarea de los taxistas uno debe pensar en esquemas como los corredores seguros". Esta fue la definición que eligió Cuenca para responder el pedido público del gremio de los choferes de taxis.

El funcionario se mostró cauto ante el pedido para que se sume a la Gendarmería a patrullar las calles. "Los peones de taxis pueden tener su opinión, pero la seguridad es materia provincial. Cualquiera tiene derecho a pedir lo que estime adecuado, pero creo que no están dadas las circunstancias para que la Gendarmería esté en las calles de Rosario".

Las declaraciones de Cuenca se dieron en la misma jornada en la que se conoció que la policía investigaba al chofer de un taxi que dijo haber sido asaltado y denunció que los delincuentes no sólo se alzaron con la recaudación sino que lo abandonaron y le llevaron el vehículo. El taxista tendría antecedentes por denuncias similares de supuestos robos de unidades que luego fueron encontradas, incluso también se lo estaría asociando a otras prácticas dudosas de compra y venta de celulares a menores.

Ayer fuentes policiales indicaron que alrededor de las 5 de la mañana de ayer Amilcar Alberto A., de 29 años conducía un taxi VW Polo RA 0636, cuando en la intersección de Cafferatta y Córdoba fue abordado por una pareja portando varios bolsos, que solicitó ser llevada hasta la zona del Reloj, en Villa Gobernador Gálvez. Según el relato del chofer, al llegar a avenida de Circunvalación y San Martín, el hombre extrajo un objeto punzante de entre sus ropas y tras apoyarlo en las costillas del chofer, le exigió la recaudación y lo obligó a descender del taxi. A los pocos minutos la pareja había desaparecido del lugar.

Amilcar Alberto A. realizó la denuncia en la subcomisaría 20, con jurisdicción en la zona, pero allí no pudo recordar el número de la patente de taxi, lo que dificultó la búsqueda y animó las sospechas de la policía que luego de la rutinaria averiguación de antecedentes encontraron que el chofer ya había efectuado el mes anterior y en julio del año pasado falsas denuncias de robo de automóviles.

Cuenca reconoció que "existe alguna precariedad en el marco de esta denuncia, y que va a tener que investigar el juez penal de turno. Pero no quiero barajar ninguna hipótesis, porque está la justicia investigando".

El ministro reconoció además que "habrá cambios en la Policía" y que los mismos obedecen a cuestiones pensadas anteriormente y no a situaciones de extrañas a un recambio de rutina.