CIUDAD › EL CRIMEN DE LA ADOLESCENTE DE 16 AñOS
La jueza Alejandra Rodenas, a cargo de la investigación del crimen de Gabriela Nuñez de 16 años, aseguró ayer que hay abundantes elementos probatorios que se pudieron recolectar del hecho pero, al mismo tiempo, lamentó el "silencio" del barrio ya que hasta ahora hay un solo testigo.
Entre las pruebas la magistrada apuntó los mensajes amenazantes y el último que la víctima envió a una amiga: "Andrés me quiere matar", en referencia a un joven de 23 años con quien tenia una relacion afectiva y que fue detenido. Además Rodenas confirmó que se presume que hubo una "reyerta" previa, posiblemente del día anterior al balazo fatal, entre el supuesto matador y Gabriela. La magistrada llamó también la atención sobre la forma violenta de comunicarse entre los jóvenes, en este caso de sectores de clase media.
En diálogo con Radio Dos, Rodenas dejó en claro que se está en una etapa preliminar de la investigación, atento al estupor que produjo el crimen en la familia y el círculo íntimo de la víctima, y dijo que el joven detenido, un estudiante universitario, aún no había declarado. Además, reveló que se secuestró el arma homicida y el vehículo en el que el muchacho se desplazó durante el día de ayer y en el que, se presume, intentó una fuga.
Rodenas dijo que prefiere ir "sin apuro" para que la investigación tenga bases sólidas. "Vamos a tomarnos los tiempos procesales", afirmó, cosa de armar "el rompecabezas" lo más preciso posible.
Consideró de vital importancia romper el silencio del barrio el crimen se produjo en San Juan y Sucre, a una cuadra del instituto de inglés del que salía la víctima porque hasta ahora sólo hay un testigo de 16 años. "Esta esa dualidad: criticamos el sistema, pero cuando hay que poner lo que hay que poner en una declaración la gente no colabora". En ese sentido dijo que "había un negocio abierto" desde el que se podría haber visto algo.
La magistrada llamó también la atención, de acuerdo a los mensajes que vio de MSN y celular, es el nivel de violencia en las comunicaciones, "incluso en manifestacionesde afecto". "Los chicos están diciendo otras cosas en la forma de establecer vínculos afectivos", afirmó, en un análisis que excede los alcances de este caso. "La violencia verbal tiene que ver con el registro simbólico de una generación", enfatizó.
Además, en referencia al caso, insistió en que el supuesto asesinato es un chico universitario, por lo cual no cabe asociar violencia con marginalidad, una tipificación a esta altura "antigua".
Tambien ayer Ernesto, el papá de la chica asesinada, brindó un desgarrador relato radial: "Por favor, si alguien vio algo que se acerque a la policía", comenzó diciendo para agregar que el joven detenido siempre les trajo problemas. "Siempre tratamos de alejar a esta persona de nuestra hija. Era una persona obsesiva, que nos trajo muchos problemas".
El hombre destacó que "según mi hija nunca fueron novios. El tiene otra novia. A mi hija la seguía a todos lados. La iba a buscar al colegio. Al principio nos pareció una relación buena, pero qué sé yo. Nos pareció un buen muchacho hasta que vimos que tenía una tendencia agresiva y entonces le pedimos que la dejara. Creemos que es él. No hay otros indicios. Creemos que fue él porque a mi hija la mataron y no le faltó nada. Tiene su celular, su bolsito. Si la quisieron robar no le iban a dejar sus cosas".
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