CIUDAD
La municipalidad resolvió prorrogar por cinco años más la habilitación de ambos boliches que funcionan en Pichincha. La decisión apunta a evitar que sus propietarios presenten demandas por el perjuicio económico.
Mientras elabora el proyecto tendiente a reformular la ordenanza que regula el funcionamiento de los locales bailables -proceso impulsado tras la muerte de un menor en la cantina La Diosa el fin de semana pasado-, la municipalidad resolvió prorrogar por cinco años más la habilitación de dos boliches que funcionan en Pichincha. Se trata de las discos Satchmo y Costello, ubicadas sobre la avenida Rivadavia y cuyas habilitaciones habían caducado días atrás en el marco de lo establecido en la Ordenanza 7218 que regula la actividad desde el 2001 y que dejó de promover al barrio como zona de radicación de discos. El titular de la Dirección de Habilitación Municipal, Gustavo Leone, aclaró que su repartición tomó tal medida después de "no encontrar oposición en los vecinos" linderos y explicó que la decisión adoptada apunta a "evitar que los propietarios de estos locales bailables demanden a la Municipalidad" por el perjuicio económico y por supuestos derechos adquiridos.
La ordenanza 7218 fijó en el 2001 zonas de promoción para la radicación de boliches de más de 250 metros cuadrados y eliminó otras, entre ellas Pichincha. Por esa razón, desde la promulgación de la norma no se permite la habilitación de nuevos locales bailables en esa zona.
Con los dos boliches que aún funcionan en el barrio el trato fue distinto. Tradicionalmente, el municipio otorga cinco años de prórroga por única vez a los locales emplazados en áreas cuyos usos se cambian después de haber sido habilitados esos emprendimientos.
Leone confirmó a Rosario/12 que tal modalidad se aplicó con Satchmo y Costello. "Es para evitar juicios contra la Municipalidad", apuntó para luego aclarar que durante las consultas "casa por casa" que hizo el Ejecutivo con los vecinos de la zona no se escucharon quejas.
Según el director de Habilitación, los mayores problemas en la zona lo generan los bares con amenización musical. "Son varios en Pichincha sobre los cuales hemos recibido quejas. En los últimos meses incrementamos los controles para que los vecinos puedan dormir tranquilos", indicó.
Por su parte, el director de Inspección Claudio Canalis confió a este diario que tras el receso legislativo de enero, el municipio convocará a concejales, empresarios y vecinos para comenzar a estudiar eventuales reformas a la ordenanza 7218 que regula la actividad de los espectáculos públicos en Rosario y en especial los locales bailables.
Esa norma fue sancionada en el 2001 tras seis meses de discusión en el Concejo. La ex edila Analía Carrió, actual titular de la Oficina Municipal de Defensa del Consumidor, presidió la Comisión especialmente creada para analizar la normativa de aquel entonces y proponer reformas tras consultar a los actores involucrados.
Tras el incidente registrado el fin de semana pasado en la cantina La Diosa -donde fue asesinado un menor- y ante la opción sugerida por el Departamento Ejecutivo de modificar la ordenanza, Carrió dijo ayer en diálogo con Radio Dos: "Más que la norma habría que repensar de qué manera el municipio ejerce el poder de policía".
Según la funcionaria "tal vez hayan cambiado algunas conductas de los jóvenes en estos años, pero ante cada incidente no se puede pensar en modificar las ordenanzas. Acá lo que falla es el cumplimiento de las normas, función que le corresponde al Ejecutivo. A lo mejor sea necesario incrementar el número de inspectores que recorran los boliches para garantizar su efectiva aplicación".
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