CIUDAD › DETUVIERON A MARIO ROBERTO SEGOVIA, EL MAYOR PROVEEDOR DE MéXICO
Fue detenido ayer en Aeroparque. Vivía en una mansión blindada en el corazón de Fisherton. Se hacía pasar como exportador de bananas pero no lo era: en dos años envió 8171 kilos de la sustancia prohibida, por 30 millones de dólares.
Mario Roberto Segovia vivía en Alvarez Condarco 472 bis, y bulevar Argentino, en la zona más recoleta de Fisherton. Sus vecinos creían que era exportador de bananas, pero en realidad está sospechado de ser el mayor proveedor argentino de efedrina de los carteles mexicanos. Ayer a la tarde, personal de la Policía Federal lo detuvo en el Aeroparque Jorge Newbery, de Buenos Aires, cuando estaba por tomar un avión hacia Puerto Iguazú. El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Anibal Fernández, confirmó que entre 2006 y 2008 llevó 8.171 kilos de la sustancia química desde la capital Federal hacia Rosario, con destino final a México. "En los valores locales eso significó una ganancia aproximada de 8 millones de dólares y la colocación de ese producto en el mercado mexicano son unos 30 millones de dólares", precisó. Desde ayer a las 15, personal de la Delegación de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas de Zárate-Campana, acompañado por integrantes de la Side realizaron trece allanamientos en Rosario y Villa Gobernador Gálvez, y detuvieron a tres personas. En la casa de Segovia, donde apresaron a su esposa, secuestraron además dos camionetas Hammer, un Roll's Royce, un Land Rover y dos cuatriciclos. También incautaron 275 mil euros, 70 mil dólares y 10 armas, como así también lingotes de oro.
La detención se produjo por orden del juez de Zárate Campana Federico Faggionatto Márquez, quien también lleva el expediente por la denominada "ruta de la efedrina", que comenzó en julio pasado, cuando se desbarató en ingeniero Maschwitz un laboratorio de metanfetamina.
La investigación sobre Segovia comenzó en 2006, cuando se detectó una encomienda sospechosa en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. "Era una encomienda con 500 miligramos de recinina, que es un tóxico por ingestión que puede llegar a causar la muerte", señaló el ministro al precisar que se comenzó a sospechar que ese elemento podría "ser utilizado como agente de un ataque biológico". No era la primera vez que el sospechoso ingresaba sustancias prohibidas. "Con anterioridad, este señor había importado otra sustancia llamada aconitina, que produce la muerte en adultos con una dosis de tan sólo de 3 a 8 miligramos", indicó el ministro.
Segovia, de alrededor de 34 años, llevaba documentación falsa, a nombre de Héctor Germán Benítez. Pero la pesquisa de la SIDE había determinado que Benítez "es un recluso que cumple una condena por robo calificado desde 2003 en Sierra Chica, por lo que el destinatario de estas sustancias no era esa persona".
Las actividades ilícitas de Segovia estaban diversificadas. "Este Segovia estaba trabajando en este momento en un negocio para la fabricación de cds y dvds truchos. Y para nosotros es el mayor proveedor argentino de efedrina de los carteles mexicanos", agregó el funcionario nacional que destacó el trabajo "minucioso y de orfebre" de los investigadores.
La casa de Segovia, ubicada al lado de la casa conocida como la de los fantasmas, en el barrio del oeste, estaba blindada, y además, tenía una garita enfrente. El propietario le pagaba a un hombre para que evite la incómoda presencia de curiosos y también que le tomaran fotografías a su mansión. Además, un sistema de cámaras monitoreando desde el dormitorio le daba una perspectiva de toda la propiedad y la zona.
El Roll's Royce patente HNL 137 fue patentado hace 10 días, y su costo asciende a 600 mil dólares. En tanto, las dos Hammer tenían dominio HKT 276 Y GJG 658. Estos vehículos sólo pueden ingresar al país por franquicia diplomática, y por eso Segovia estaba en la lista del juez Norberto Oyarbide para ser indagado en el marco de la causa por la compra irregular de vehículos. Además, en su casa encontraron varios lingotes de oro: dos de un kilo, dos de medio y otros dos de 100 gramos. Y un arsenal: una escopeta, carabinas, pistolas y dos mochilas con municiones, así como reactivos químicos prohibidos por la ley de seguridad nacional. Por otro lado, los investigadores sabían que había comprado un avión en los últimos días, pero hasta anoche no lograban encontrarlo.
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