Se acabaron las sospechas. El análisis preliminar indicó que el camillero del hospital Centenario cuyo cuadro generaba dudas sufre dengue, aunque recién hoy las autoridades tendrán la confirmación. El paciente se encuentra bien y sigue un tratamiento en su casa de Villa Gobernador Gálvez, donde creen que se contagió. La directora del hospital, Aurora Bruno, relativizó la posibilidad de que el camillero se haya infectado durante su trabajo en el edificio de Urquiza y Francia, ya que por el período de incubación no existe relación con la internación de pacientes con esa enfermedad. Al mismo tiempo, el ministro de Salud de la provincia, Miguel Angel Cappiello consideró que el brote epidémico entró en una meseta y dijo que los casos siguen en torno a los 650. También aseguró que el "brote explosivo" de Hersilia ya fue controlado.

Fiel a su estilo, Cappiello lanzó una particular consigna de trabajo: "Hay que romperle los huevos al mosquito en invierno para impedir que haya dengue en verano". Y al mismo tiempo admitió que la fabricación de repelente no alcanzará para la demanda.

El funcionario dijo que se mantienen los diez casos en Gato Colorado, 11 en Tostado, 26 en Rosario y que son cerca de 650 en toda la provincia, por lo que la "tendencia es estable". De todas formas, aclaró, "tenemos que seguir trabajando porque el dengue evoluciona por brotes y porque debemos evitar que haya agua estancada ni siquiera en una tapita de gaseosa".

En ese marco, resaltó que la prevención y la campaña de concientización de la población continúa. Cappiello admitió además que la ausencia de repelente es un problema nacional y que la propia ministra de Salud de la Nación, Graciela Ocaña, le dijo esta semana que habían pedido 100 mil unidades para repartir en todo el país. "Pero las fábricas se han quedado sin repelente", señaló y agregó que la producción propia en el laboratorio municipal de Rosario podría estar lista para fin de abril o primera quincena de mayo.