Peones y titulares de taxis resolvieron ayer suspender desde anoche y por una semana el servicio nocturno -entre las 22 y las 6-. La medida de fuerza, adoptada tras una asamblea realizada en el Parque Independencia apunta a reclamarle al gobierno provincial la implementación de inmediatas medidas para combatir la inseguridad, sensación potenciada tras la muerte, el fin de semana, del taxista Jorge Poremba, que agonizó varios días después de recibir un impacto de bala mientras trabajaba. Al mismo tiempo el jefe de la policía rosarina anunció que desde hoy la provincia aumentará "un 75 por ciento los controles en esquinas peligrosas durante la noche". El comisario Héctor Hermida, titular de la Unidad Regional II precisó que "de seis patrulleros se pasará a 10 unidades" encargadas de efectuar los patrullajes. Hoy la cúpula policial y del Ministerio de Gobierno se reunirán con expertos en comunicaciones para avanzar en la implementación del sistema satelital de control de los coches.

La bronca y el malestar de los tacheros ya se había percibido el domingo durante el entierro del chofer agredido. Ese día, cuando convocaron a la asamblea de ayer, ya habían cuestionado la escasa presencia policial en las esquinas más conflictivas pese a la reunión que habían mantenido a comienzos de la semana pasada con el ministro Roberto Rosúa.

La indignación de peones y titulares de licencias se potenció al conocerse, como informó ayer Rosario/12, otros dos hechos de violencia que tuvieron a trabajadores del sector entre las víctimas.

A media mañana comenzó la asamblea convocada por el Sindicato de Peones de Taxis a la que adhirieron la Asociación de Conductores de Taxis y la Asociación de Titulares de Taxis Independientes (Atti). Los taxistas

señalaron que el control policial acordado días atrás durante el encuentro celebrado con Hermida y Rosúa "no fue cumplido". También se quejaron por la implementación de la obligatoriedad para los titulares que tienen tres o más licencias de contar con el sistema de radiollamadas obligatoria.

Entre las mociones lanzadas por los taxistas se encontraba la idea de realizar quites de colaboración por turnos (paros de dos horas), y otras medidas similares. Pero la idea que se instaló con más fuerza fue la de no trabajar durante la noche hasta tanto no estén cumplidas las medidas de seguridad en las calles, principalmente durante la noche. Los taxistas votaron de manera mayoritaria esta última petición.

"La medida de fuerza es por una semana, hasta el domingo inclusive pero en realidad es un paro voluntario, dependerá de cada trabajador, de cada propietario de licencia trabajar o no", aclaró a este diario Mario Cesca, de la Asociación de Titulares de Taxis Independientes (ATTI). Durante el debate, el dirigente relativizó los efectos que podría tener el paro nocturno: "Si paramos durante la noche nos asaltan o agreden igual en plena luz del día como de hecho ha pasado", señaló.

Cesca dijo tener la esperanza "de que el tema se destrabe cuánto antes, incluso mañana (por hoy). Al mediodía fuimos citados por el ministro Rosúa a la delegación local de la Gobernación junto a los peones, la CGT y la Asociación Empresaria. La problemática de la inseguridad no afecta sólo a los taxistas es un problema de la sociedad en su conjunto. Las soluciones hay que buscarlas entre todos", apuntó el titular de ATTI.

Previamente, a media mañana, Hermida y Rosúa se reunirán con expertos en comunicación para avanzar en los detalles de la implementación del anunciado sistema de control satelital de las unidades.

En ese sentido, el jefe de la Unidad Regional II, anunció ayer en diálogo con Radio Dos que desde hoy la provincia aumentará "un 75 por ciento los controles en esquinas peligrosas durante la noche". Hermida informó que de seis patrulleros se pasará a 10 unidades encargadas de custodiar el patrullaje en las zonas conflictivas.

Por su parte, el ministro Rosúa cuestionó, elípticamente a la Municipalidad de Rosario por no haber implementado aún los mecanismos de seguridad interna como establece la normativa aprobada hace algunos años en el Concejo. La ordenanza aludida por el titular de la cartera política y elaborada por el concejal radical Jorge Boasso le entregó al Departamento Ejecutivo un abanico de opciones, desde el sistema de tarjeta magnética hasta un blindex que separe al conductor del pasajero, para potenciar la seguridad al interior de las unidades.