Desde hace diez años el porcentaje de embarazos adolescentes en chicas menores de 17 años en Rosario, está clavado en el 9 por ciento de los partos que se atienden en las dos maternidades municipales pese a que, justamente la ciudad, es pionera en materia de salud sexual y reproductiva tiene desde 1996 el Programa de Procreación Responsable , y la provincia instrumentó en 2002 el Programa de Salud Sexual y Reproductiva. De allí que el Area de Investigación de la Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad trabaja desde hace tiempo a partir de ese indicador, y una cantidad más que lo complementan, para evaluar el proceso de prevención del embarazo en niñas y adolescentes y la atención hacia esa franja etárea desde los centros de salud municipales y ahora también desde los provinciales. El estudio comenzó en los efectores del Distrito Oeste ya que es el que tiene las más altas tasas de fecundidad y natalidad que superan con amplitud al resto de los espacios de descentralización municipal. Los equipos de salud perciben, a tono con el índice mencionado, que aunque se disponen de insumos para la prevención del embarazo no planeado en adolescentes de menos de 17 años, y también de menos de 14, no se lograron disminuir los porcentajes. Además no hay en los centros de atención primaria, una evaluación sobre los obstáculos que se les presentan a las chicas para el acceso a la prevención del embarazo no planeado.

En el territorio santafesino la Ley de Educación Sexual que fue aprobada en 1992 nunca se aplicó y ahora están en marcha algunos aspectos de formación docente (ver recuadro) pero a los chicos santafesinos todavía no les llegó el impacto de la educación en la materia. Se asegura que este año comenzará.

Las maternidades municipales atendieron durante el año 2008, 6340 partos de los cuales el 9 por ciento corresponde a menores de 17 años, un porcentaje que se mantuvo sin variaciones en la última década. Con el trabajo que comenzó a recorrer el Area de Investigación de la Secretaría de Salud municipal a cargo del bioquímico Lelio Mangiaterra (ver aparte) se intenta contar con datos significativos, en calidad y en cantidad, que permitan tener claridad sobre el problema y que a partir de la información obtenida puedan ajustarse las políticas públicas. De ahí que Mangiaterra evalúe la tarea del Area de Investigación como la de una autocrítica permanente con miras "a brindar mejor salud pública, sobre todo a los sectores de menores recursos".

No es casualidad que la tarea del Area comience por el Distrito Oeste a cargo de Andrea Montaner. Allí, como dice la justificación del trabajo "están las más altas tasas de fecundidad y natalidad (80 por mil y 20 por mil respectivamente), superando ampliamente la del resto de los distritos. En tanto la tasa de fecundidad específica para mujeres menores de 20 años es también la más alta, 47.5 por mil, mientras que la de Rosario es de 29.9 por mil". Estudiar lo que sucede en el Oeste es, entonces, más que representativo de qué pasa y de aquello que hace falta, aunque las integrantes del Area de Investigación, Rosario Maidana y Alicia Rodríguez, ya adelantan una mirada en cuanto a que en las adolescentes embarazadas en general, y en particular en las menores de 14 años, las categorías de embarazo más preocupantes a tener en cuenta son la violencia y el abuso sexual, dos flagelos que casi siempre están invisibilizados y no se manifiestan en las consultas. "Por eso -dicen- es necesario sensibilizar a los equipos para su detección y eventual trabajo conjunto con la familia. También es importante integrar a otros miembros de los equipos de salud", además de los profesionales que habitualmente se consideran 'más a mano', médicos, bioquímicos, odóntólogos y ampliar el espectro con el número adecuado de especialistas en Trabajo Social y Psicología.

Durante el 2007 se registraron 521.073 consultas en todos los centros de salud de Atención Primaria de la Municipalidad de Rosario. De este número, también de acuerdo al planteo de la problemática de investigación, el 68 por ciento corresponde a mujeres y de éstas, la cuarta parte proviene de los centros de salud del oeste, que son 8. Estos 8 centros por razones de accesibilidad geográfica se articulan con la Maternidad Martin que atendió, durante 2008, 139 embarazadas menores de 17 años y otras 5 menores de 14 cuyos controles fueron llevados adelante por alguno de los centros de salud del oeste.

Rosario Maidana y Alicia Rodríguez sostienen que existen "consensos basados en evidencias científicas acerca de que el grupo de niñas y adolescentes menores de 14 años tienen un riesgo biológico aumentado. Por otro lado es en este grupo donde adquiere mayor relevancia la violencia y el abuso sexual, dimensiones del embarazo de difícil visibilización. Desde la implementación de esta política garantista de los derechos de las personas a elegir la forma de planificar la cantidad de hijos que quieren/pueden tener, no se ha realizado una evaluación en los centros de Atención Primaria sobre los obstáculos para el acceso de las adolescentes a la prevención del embarazo no planeado".

El trabajo tiene además el propósito de realizar un análisis de los embarazos de niñas y adolescentes de los sectores más pobres de la ciudad y pretende producir transformaciones en las prácticas cotidianas de los integrantes de los equipos de salud. Por eso se propone "leer historias clínicas junto a los médicos de cabecera de estas adolescentes, previamente y luego del embarazo para evaluar la prevención y el proceso de atención, tener charlas con quienes llegaron a la maternidad para indagar acerca del conocimiento sobre prevención y sobre las distintas fuentes de información".

Al mismo tiempo se considera de importancia obtener información sobre los distintos dispositivos para la prevención del embarazo en general y del adolescente en particular (entrega de anticonceptivos orales, realización de talleres de información y sensibilización, trabajos en las escuelas y en los Centros Crecer).

La presentación de la investigación invoca un límite que tiene la gestión, desde la micropolítica en salud. "Ese límite se sostiene , se llama pobreza, a veces miseria. Y a ese límite se quiere llegar".

Este trabajo se realiza en forma conjunta con los equipos de los centros de Salud. El armado del trabajo contó desde el primer momento con el aval del Area de la Mujer y la dirección de Atención Primaria de la Municipalidad de Rosario y particularmente con el respaldo de Andrea Montaner, coordinadora del Distrito Oeste.

Desde el Area de Investigación y de Bioestadística, esta última cargo de Silvia Bisio, se concurre a las reuniones de los equipos de salud en cada centro y a los espacios designados para el retrabajo con las historias clínicas. Allí se recoge la información acerca de la consulta realizada por la niña adolescente, previas al embarazo, las posibilidades de prevención, la accesibilidad a los anticonceptivos y a los distintos dispositivos disponibles para abordar la problemática. La apuesta, se reitera, es llevar a cabo el trabajo tanto en los efectores municipales como provinciales para unificar e integrar las dos jurisdicciones, acordar abordajes, formas de registro y "comenzar a hablar de un solo sistema de salud en Rosario".